Parte 1

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El chino se encontraba algo asombrado pasando por el bosque nuevo para él, viendo los enormes árboles, nunca había visto algo así, ni siquiera en su tierra nativa donde acostumbraba a ver cosas mucho más grande que en el hábitat de los humanos.

Revisó su mapa otra vez, sonriendo al ver que iba por buen camino. Divisó una cueva grande, perfecta para descansar ya que pronto anochecería y no sabía que peligros se podría encontrar ahí.

Miró todo el alrededor, estaba ligeramente limpia y se lo adjudicó a la suerte. Encendió su lámpara de aceite y se adentró un poco, buscando donde sería bueno colocar su saco para dormir.

—¿Es normal para los elfos entrar a la casa de otros sin pedir permiso?

China brincó al escuchar esa voz de ultratumba, se giró aún con los nervios acariciarle la punta de los dedos, viendo una figura grande y robusta, vestida de un negro que marcaba de una manera imponente sus hombros anchos.

—Lo-Lo siento, no creí que alguien viviera aquí. Ya me voy.

El menor se excusó con prisa y trató de retirarse, obteniendo un acorralamiento entre los brazos del ruso y la pared.

—Es raro ver elfos aquí, ¿Qué buscas?

—Eh... bueno... dijeron que... había un vampiro cerca de aquí y... quería verlo...

—Niño, vivo en una cueva, llevo ropa negra, seguro que el olor a sangre te llega y creo que desde ahí me ves los colmillos, ¿Tengo que tener un letrero que diga vampiro?

—Pero me dijeron que era feo.

—Gracias por el cumplido pequeño.

—Soy mayor que usted —respondió enojado.

—Tengo 491 años.

—Tengo 602 años.

—Tienes cara de bebé.

—Y usted de viejo frustrado.

Oh, eso sorprendió al mayor, le gustó esa actitud rebelde en contraste con el tono tembloroso del principio. Se alejó del asiático para analizarlo de frente; cara redonda y pequeña, hombros anchos resaltando que es macho, aunque esa cintura ajustada por una banda le hacía pensar en lo contrario.

—Entonces, ¿Para qué me buscas niño?

—Me llamó China, no niño.

—Yo soy URSS, ¿Qué quiere el kitayskiy mal'chik conmigo? (Niño chino)

—Oh por... —sintió la vena de su frente latir— Señor URSS, vine aquí con la misión de avanzar como brujo —vio al soviético levantar una ceja—. Por ende, quiero su sangre y unos de sus dedos.

—Casual.

—Obvio se que no será gratis, así que estoy aquí para intercambiar con usted cualquier cosa que necesite.

China sonaba confiado, y es que no es menos de esperar de alguien que ya ha arriesgado su vida significativas veces; luchas contra ogros, peleas con elfos fuera de su clan, viajes lleno de estrés y sin comida, momentos de desespero debido a la incertidumbre de la situación. Uno de los más destacables fue cuando tuvo que colarse en un pueblo humano, donde estuvieron a punto de colgarlo por ser un intruso.

Estaba dispuesto a cualquier misión que el ruso le encomendara, desde traerle un jabalí asesino, hasta cruzar el puente de la discordia por una manzana dorada, conocida por ser una fuente de estamina digna para los guerreros.

—Quiero tu culo.

—¿Disculpe?

—Quiero tu culo.

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⏰ Última actualización: Aug 07, 2022 ⏰

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