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—Disculpa, acaso estás faltando me al respeto mocoso

—Claro que no, viene por qué quería saber que se le ofrecía señor Kim -dije disimulando mi nerviosismo -

—Bueno -me senté - cómo últimamente hemos estado encontrando en varias ocasiones

—Siempre

—Si, que te parece si comenzamos a salir

—Como amigos -lo mire serio

—Como amigos

—Mmm, bien

Kim Taehyung

Perdóname hermano, pero quiero quitarme a esa bruja de encima

—Ya pediste algo de tomar

—No tomo muy a menudo

—Si claro como no me ocurrió desde un principio

Será difícil convencerlo para que finja ser algo conmigo

—Bueno, quisieras contarme algo de ti

—Jeon Jungkook, tengo solo veinte años

Y Haci siguió contándome de su vida hasta que calló la madrugada, el ya estaba muy tomado , disque que no tomaba muy seguido

Pague la cuenta y lo tome de sus brazos para que pudiera caminar bien, llegué a mi departamento y lo deje en el sofá, no supe dónde vivía Haci que lo traje aquí, aquí en mi hogar dónde nunca traiga a NADIE

—Señor Kim –dijo tratando de no quedar dormido–

—Te quedarás hoy aquí, así que no pienses que te traje para otra cosa muchacho

—Por que me traería para otra cosa, lo estuve pensando -dijo mientras me miraba, tenía hipo por lo que no podía hablar muy bien del todo- y quiero aprender a tocar el piano, es lo que toca usted no

—Yo toco el violín –rei– estando borracho haces que seas tierno y gracioso niño

—Si lo quesea que toque me puede enseñar a tocarlo -se recuesta bien en el sofa-

—Si Jungkook, te traeré una sábana para que puedas dormir bien

Fui directo a mi habitación para sacar del ropero una sábana, al tenerla me dirijo a la sala encontrándome a Jungkook ya dormido

Lo acomode bien y le puse bien la manta, hasta que se despierta

—Señor Kim

—Mejor duerme muchacho

—Solo quería su atención pero tuve otra cosa

Y con solo decir eso quedó dormido

No le di importancia a lo que dijo y solo decidí también ya dormir

Al día siguiente cuando ya estaba haciendo el desayuno, decidí no despertar a Jung Kook, pero pareciera que si lo hice por el olor a tocino

—Donde estoy –dijo levantándose de sofa–

—En mi casa, estabas pasado de copas y te traje

—No dije ninguna estupidez o si –me mira–

—Por supuesto que no, solo hiciste como cualquier borracho diría, ligarce a una mujer con su dinero

—Por dios, pago usted la cuenta

—Claro, con mi dinero

—Bien –se coloca los zapatos y se arregla el saco– tome

—Que es eso

—Son veinte dólares, por qué estoy seguro que no tome solo cinco vasos de cerveza

—Por lo menos toma algo para esa resaca

—En mi casa me pongo hielo o como algo picante, tome los y listo

—Las clases de violín las puedes tomar pasado mañana –tome el dinero no muy convencido– hasta pronto –dije eso y se fue de mi casa aún dudando 

TUS CARICIAS TAMBIÉN DUELEN// TaeKook Donde viven las historias. Descúbrelo ahora