Siempre fuiste tú

Capítulo 1

Si algo he aprendido durante mis 17 años de vida es que hay que vivir el momento y dejarse llevar. Nadie va a vivir la vida por ti, tu vida es tuya y tu eres quien decide que hacer con ella...
Y a eso voy, a construir el camino de mi vida, el que me lleve a ser feliz.

—¡Allyson! —oigo gritar a mi madre desde el piso de abajo— ¡Vas a perder el avión!

Sonrío para mis adentros mientras termino de cerrar mi maleta. Si, MI maleta. Me voy, me voy lejos de Madrid donde he vivido toda mi vida, aunque para ser sinceros no lo voy a echar mucho de menos. Me miro por ultima vez en el espejo de mi habitación y tras contemplarme unos segundos asiento.

—Estoy lista —pronuncio convenciéndome a mi misma de que estoy haciendo lo correcto— 

No voy a negaros que me aterra la idea de marcharme a la otra punta a empezar una nueva vida, lejos de mis padres, de mis amigos y de mis costumbres. Madrid era todo lo contrario a Genevieve, el lugar donde veraneaba con mi familia cuando era pequeña. Me encantaba ese lugar, tan lleno de naturaleza...de vida. Era un pueblo muy pequeño con pocos habitantes pero creedme, no le faltaba de nada. No me creo que después de todos estos años pasando allí los tres meses de verano, fuese a ser mi hogar.
Me he pasado los dos últimos años deseando terminar la etapa de bachillerato para poder dar este paso.

—¡Allyson! —grita esta vez mi padre y yo me apresuro a bajar las escaleras lo más rápido que puedo ya que cargaba con la maleta—

Cuándo llegamos al aeropuerto tocaba la parte que deseaba evitar con todas mis fuerzas, la despedida. No me gustaba, lo odiaba. No entendía el motivo de una despedida, son tristes y es algo de lo que siempre intentaba escaquearme pero esta claro que este no era el momento y no lo digo porque no lo estuviera deseando sino porque me encontraba apretujada en medio de mis dos padres lo que me hizo dudar entre si estaba en medio de un abrazo o formando un sandwich.

—Te voy a echar mucho de menos mi pequeña —Pronuncia mi madre entre lagrimas tras darme un beso en la frente—

—Ahora no voy a tener con quien meterme todas las mañanas —Habla esta vez mi padre, lo que me hace soltar una pequeña carcajada—

Mis padres lo eran todo para mi, un pilar fundamental en mi vida y siempre he tenido su apoyo en cada paso y decisión que he tomado. No tenía ninguna queja sobre ellos y los iba a echar mucho de menos. Pero como muy bien me dijo mi abuela una vez... "Tienes que aprender a construir tus propias alas y volar, volar muy alto"

—Pórtate bien con tu hermano y no le des problemas —Me advierte mi madre por milésima vez y tras eso y un montón de besos, abrazos y lagrimas más, por fin, después de lo que ha parecido una eternidad, me subo al avión.—

Oh si, con mi hermano. El pequeño detalle de todo esto era que no iba a vivir sola, de ser así mis padres no me habrían dejado. Me mudaba a vivir a casa de mi hermano, el tenía cinco años más que yo y llevaba cuatro años viviendo en Genevieve. Todo empezó cuándo le dieron la oportunidad de estudiar cerca de allí con una muy buena beca la cual acepto. Había estudiado cine y le fue genial, tras acabar la carrera bastantes productores contactaron con el y ha ido haciendo sus cosillas que le han permitido ser totalmente independiente económicamente.
Pero eso no iba a ser un problema, yo con mi hermano siempre he tenido una muy buena relación y lo he echado mucho de menos todos estos años, venía a visitarnos en navidad y nosotros a el en verano pero claro no era lo mismo que tenerlo en casa. Mi hermano y yo somos como el agua y el aceite. Totalmente distintos y no solo físicamente.

Con la cabeza apoyada en la ventanilla del avión, me quite los cascos dejándolos sobre mi cuello al darme cuenta de que ya íbamos a aterrizar, las cinco horas de vuelo se me habían pasado más lentas que nunca y puede ser porque era la primera vez que volaba sola o porque eran las dos del medio día y mi tripa no había dejado de rugir en estas cinco horas.