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Lentamente avanzaron hacia la terraza cuando las luces empezaron a apagarse hasta que solo quedara una tenue luz. JiSung se sentó sobre el asiento de pierda a la orilla del balcón y estiró su mano para que MinHo la tomara y se sentara a su lado.

"JiSung." le dijo mientras tomaba sus manos y agachaba la cabeza para verlas. "¿Eres feliz aquí conmigo?" JiSung le sonrió enternecido.

"Si." le contestó. Lentamente su sonrisa fue cayendo, miró el cielo estrellado y apretó sus manos sostenidas por MinHo.

"¿Qué sucede?." tomó con extremo cuidado la mejilla de JiSung y lo hizo voltear hasta mirarlo a los ojos.

"Nada, solo..." ladeó su cabeza mirando con ojos tristes a MinHo. "Extraño a mi padre, y quisiera verlo, aunque sea solo unos segundos." negó con la cabeza. "Pienso mucho en él." MinHo no pudo evitar formar una mueca ante el sentimiento de culpabilidad que albergaba en su pecho. Suspiró hondo. Luego, medio sonrió al recordar.

"Hay una manera." se levantó y tiró la mano de JiSung hacia dentro de la gran casa. JiSung confundido, lo siguió hasta la habitación de la bestia. MinHo avanzó hasta la pequeña mesa donde se encontraba aquella rosa mágica, y tomó el espejo. "Este espejo te mostrará lo que sea." le dijo mientras se lo enseñaba. "Solo pide lo que quieras ver." dijo con voz suave y calmada mientras se lo entregaba.

"Quisiera ver a mi padre, por favor." le pidió al espejo una vez lo tuvo en sus manos. El reflejo de JiSung fue distorsionado hasta que otra imagen tomó su lugar. "¡Papá!." dijo aterrado cuando vio a su padre en medio de la tormenta, luchando por poder avanzar en la nieve. "Oh no." MinHo se acercó a JiSung para ver al desvalido hombre apenas aguantar el frío del bosque. "Debo, debo ir a ayudarlo." susurró JiSung sin poder quitar la vista del espejo. MinHo miró la rosa resplandeciente con pesadumbre para luego ver a JiSung, quien limpiaba sus lágrimas rápidamente de sus mejillas.

"Entonces ve con él." JiSung lo miró confuso.

"¿Qué has dicho?" MinHo desvió la mirada.

"Te dejo libre." tensó su mandíbula al notar lo difícil que fue decir aquello. "Ya no eres mi prisionero." JiSung agachó su cabeza y asintió mientras mordía el interior de sus mejillas para evitar llorar.

"Gracias." le susurró. "Gracias por entender que mi padre me necesita." JiSung le tendió el espejo, pero MinHo no lo tomó.

"Ahora lo necesitas más que yo." le dijo. "Además, así podrás verme cuando pienses en mí." JiSung le sonrió con pesar. Se acercó más a la bestia y lo abrazó rápidamente, para luego correr hacia la puerta.

"Señor, creo que todo va estupendamente." dijo SeungMin mientras entraba unos segundos después a la habitación de MinHo. "¿Señor...?"

"Lo dejé ir." dijo calmadamente mientras sostenía sus manos tras la espalda y miraba con pesar su reflejo en la ventana.

"¿Que hizo qué?." gritó horrorizado, poniendo sus nudillos a cada lado de su boca. "¿Cómo pudo hacer eso?." nuevamente gritó, llamando la atención de Chan.

"Tenía que hacerlo." dijo simplemente sin girarse. Chan miró a SeungMin con confusión.

"Pero... ¿Por qué?"

"Porque después de tanto tiempo, por fin sintió el amor." dijo Felix quien se apoyaba en el marco de la puerta cruzándose de brazos lentamente.

"¡Entonces! ¡Se romperá el hechizo!" dijo Chan con optimismo. "¿No...?"

"No Chan, no es suficiente." negó con la cabeza. Chan dejó caer su sonrisa. "JiSung también tiene que amarlo."

"Pero ya es demasiado tarde." dijo SeungMin saliendo de la habitación.

¡Esa es mi bestia! -MinSung-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora