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"¡Muy bien!" gritó SeungMin. "El salón principal del ala sur es un reverendo cuchitril." dijo mirando a todos los sirvientes de la casa. "Debemos convertir ese basural en la porquería más bella que los ojos del amo y Hyung hayan visto." JaeMin aplaudió con emoción. "Gracias." le dijo SeungMin, guiñándole un ojo. Cuando iba a hablar nuevamente, un plumero le llegó a la cara. "¡ChangBin!" gritó adolorido. Rodo sus ojos y siguió. "Tenemos 8 jodidas horas para convertir el salón en un puto paraíso de princesas, ¿me oyeron?." un claro 'si' se escuchó por parte de todos. "Encargados de cocina, vayan a hacer un banquete digno de un Dios, los de aseo espero ver mi reflejo en el piso..." miró a ChangBin, quien alzaba una ceja. "Por favor." suspiró. "Los de jardinería necesito que confeccionen unos bellos arreglos de mesa y decoren, y los demás, necesito que restauren las mesas, sillas y demás que el amo rompió." cuando todo el personal se dispersó, SeungMin miró a Chan como este se colaba de sus deberes yendo hacia la biblioteca en puntitas. "Te pillé." le susurró en su oído para espantarlo cuando Chan asomó la cabeza por la puerta.

"Maldición enano." le susurró con molestia el rubio. "Casi me matas de un susto." SeungMin rió bajito y tomó el antebrazo de Chan para alejarlo de la biblioteca.

"No te corras de tus tareas y ve a ayudar." le regañó SeungMin. "Debemos hacer que el amo y JiSung se enamoren antes de que sea tarde." Chan suspiró.

"Lo sé, lo sé." sobó sus muñecas con fuerza. "Ya no quiero seguir siendo un prisionero."

"Nadie aquí quiere, Chan." SeungMin colocó una mano sobre su hombro, y le sonrió afectuosamente. "Pero puedo apostar a ojos cerrados que el amo va a cambiar y que este hechizo se va a romper." Chan le sonrió.

"'Nunca he visto historia más triste que la de Julieta y su Romeo'." JiSung terminó de narrar aquel libro y lo cerró suavemente. Miró a MinHo que yacía a su lado, cargando su cabeza en su mano. MinHo lo miraba con una sonrisa boba, el movimiento de los labios de JiSung lo distrajo a momentos.

"¿Podrías leerla una vez más?" preguntó suspirando. JiSung lo miró alzando una ceja mientras le sonreía.

"¿Qué tal si lo haces tu?" le propuso mientras le entregaba el libro. MinHo mordió su labio, nervioso.

"Oh... está bien." recibió el libro y lo abrió. Cuando todas las letras se le amontonaron, achinó más sus ojos frunciendo el ceño mientras se acercaba al libro al rostro. "Ehm... uh... demonios." masculló frustrado.

"¿No... aprendiste a leer?." le preguntó JiSung mientras recargaba su mano contra la de MinHo.

"Claro que sí." le respondió. "Algo." suspiró. "Pero fue hace mucho."

"Entonces yo te ayudo a recordar." le sonrió mientras tomaba el libro. "Desde... aquí." puso el libro en medio de ambos y acercó su cabeza. MinHo dudó al principio, pero al final, habló.

"D-dos... dos pers-persi... ¿dos persianas?" JiSung negó, colocó su dedo sobre la palabra y dijo.

"Ve juntándolas de a dos." le dijo.

"Dos persi...personas." JiSung le asintió, alegre. Continuaron por una hora, y en algún momento, inconscientemente sus manos se acercaban y tocaban más que en un principio. Cuando MinHo recién hubo terminado el primer capítulo, sus manos yacían entrelazadas.

Felix entró después de un rato a la biblioteca para avisar que debían prepararse para la cena de esa noche. No pudo evitar la sonrisa al ver sus manos juntas. JaeMin en cambio, acompañó a JiSung a su habitación y le preparó una muda de ropa limpia para cuando este se terminará de bañar. Por otro lado, Chan y SeungMin se fueron con su amo hacia su habitación y comenzaron a preparar todo lo que creyeron que haría más atractivo a la bestia. Tomaron diversas prendas y perfumes.

SeungMin tomó un cepillo de pelo y obligó a su amo a sentarse sobre un taburete para así poder peinar su pelo.

"Pelo sedoso, pelo sedoso, pelo... sedoso." se repetía SeungMin forzosamente, mientras intentaba sacar el peine del pelo en cada pasada.

"Señor, el joven está listo." dijo Felix cuando entró a la habitación. "Y esperando por usted." MinHo se puso nervioso. ¿Qué haría si JiSung le rechazaba? Dudaba que su débil corazón aguantara el perder a quien aprendió a amar. Sacó pecho cual gallardo y avanzó a paso firme hacia el inicio de la gran escalera para ir al gran salón. JiSung apareció por el otro extremo de la escalera, y le sonrió a MinHo con timidez. MinHo lo observó con fascinación. La ropa holgada y oscura hacían resaltar el delgado cuerpo de JiSung, su cabello castaño se deslizaba como fina seda a cada paso que daba más cerca de MinHo. Chan empujó levemente a su amo para que este reaccionara y avanzara.

"Diga algo sobre el traje." le susurró Chan entre dientes cuando MinHo comenzó a boquear sin saber que decir.

"Casémonos." masculló en un descuido mientras seguía estando en las nubes. Chan le dio un codazo y MinHo despertó. JiSung alzó su ceja sin haber entendido lo que dijo el más alto.

"¡Un elogio!." le susurró/gritó al oído para luego irse cuando JiSung comenzó una risita suave.

"Que... hermoso estas." dijo con notable vergüenza.

"¡Gracias!" le respondió JiSung, animado. "Tu estas muy guapo y... Peludito." MinHo estiró su mano hacia el más pequeño y le sonrió. JiSung la tomó con gusto, y bajaron por las escaleras hacia el gran comedor para cenar. "Honestamente no tengo mucha hambre." dijo JiSung algo distraido.

"Yo tampoco." le contestó MinHo rápidamente. "Quieres... quisieras, uh, no sé... tú."

"¿Bailar?" JiSung alzó su ceja divertido. MinHo asintió. "Me encantaría." Se dirigieron al gran salón, al cual constaba de un suelo de cerámica reluciente y muchos arreglos elegantes de flores los cuales adornaban lo alto de la estancia. MinHo tomó con inseguridad la mano de JiSung y solo apretó un poco, JiSung le sonrió mientras rodaba los ojos y se apegaba más al cuerpo contrario. Tomó el gran brazo izquierdo de MinHo con rapidez y lo puso sobre su cintura, con la otra mano hizo entrelazar sus dedos y cuando JaeMin dio la señal a la pequeña orquesta que se había creado esa mañana JiSung comenzó a moverse, primero con su pie derecho y luego el izquierdo, hasta que MinHo al fin empezó a bailar con él.

Daban tranquilos pero firmes giros alrededor de toda la estancia, no podían siquiera despegar la vista del otro a cada paso que daban. Algunas veces MinHo deslizaba su mano por la curva de la cintura de JiSung y le sonreía cual niño haciendo una travesura, JiSung solo negaba con la cabeza, divertido, y se reía levemente. Cuando la música comenzó a decaer en una leve balada, los pasos de ambos se fueron acabando hasta quedar como solo una danza de lado a lado.

"Nunca te lo había dicho, pero." murmuró MinHo, concentrado en el rostro de JiSung. "Adoro esas dos perlas que llevas como ojos." JiSung mordió su mejilla ante el alago, contento. "Veo un mundo en ellos, algo hermoso." llevó su mano izquierda hasta el cabello de JiSung y pasó sus grandes dedos por entre el cabello de este. "Aventuras, acción, mucho amor... anhelo." JiSung lentamente se apegó más a MinHo y rodeó el cuello de este con sus antebrazos.

"También veo algo hermoso en tus ojos." le dijo sonriéndole lentamente. "Veo a un hombre que tuvo miedo." frunció su ceño. "Que aún lo tiene, pero que sabe que ya no está solo." pasó una de sus manos por la rasposa mejilla de MinHo y la acunó.

"Tu llegada fue lo mejor que le pasó a mi miserable vida." confesó con pena. "Has pasado por tanto en esta casa y aun así..." JiSung soltó una leve risa y miró con ternura a MinHo.

"A pesar de que desde un principio me ataste a esta casa, creo que quedarme aquí fue una buena decisión." lentamente se movían a la casi insonora música de salón que los empleados tocaban, yendo de un lado a otro. "Tomé cariño de todos aquí." MinHo comenzó a apegar más a JiSung a su cuerpo hasta que el espacio entre sus torsos fue nulo. "Pero mucho mas de ti." le susurró apegado a sus labios, rozándolos sutilmente.

"Si te quedas conmigo, prometo hacerte el hombre más feliz." JiSung lentamente se puso de puntitas y besó a MinHo, intentando apegarse lo más que pudo en ese momento.

Todos los presentes en el salón soltaron un gran suspiro de alivio. Al fin su hechizo se terminaría.


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¡Esa es mi bestia! -MinSung-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora