-El Instituto, Washigton DC-
-21 de septiembre del 2006, 0400 h local-
Catorce muertes, todas en la misma ciudad, todas por paro cardíaco. Era imposible que fuera una coincidencia.
La respuesta era simple; una variante genética.
Y una muy peligrosa.
Repasaba los informes con una atención que bordeaba en la obsesión. Una y otra vez, sus ojos recorrían las páginas llenas de datos y gráficos, en busca de algún error, alguna omisión, algo que pudiera haber pasado desapercibido. Pero no, no había registros de una variante así en toda la base de datos, ni siquiera algo remotamente similar.
Cada asesinato estaba meticulosamente planificado, como si el responsable hubiera dedicado semanas, tal vez meses, a asegurarse de que su obra quedara sin descubrir. No había dudas de que se trataba de un solo individuo, pero no uno cualquiera. Este asesino era extraordinariamente inteligente, había creado un modus operandi tan discreto que no llamaba la atención ni de las autoridades ni de los medios de comunicación. Su capacidad para ocultar los crímenes y evitar cualquier patrón obvio era prueba de su pericia y su astucia.
Y habría evitado ser notado, de no ser porque ellos se dedicaban precisamente a resolver este tipo de casos.
¿El problema?
Sin evidencia.
Esto convertía el caso en el epítome del crimen perfecto. Los asesinatos se habían llevado a cabo en lugares aislados o en zonas fuera del alcance de las cámaras de seguridad circundantes. No se hallaron indicios de lucha en los lugares de los crímenes ni en los cuerpos de las víctimas. Todo parecía como si la muerte hubiera llegado con la suavidad de una sombra, sin previo aviso ni resistencia.
Según los expedientes, el primer asesinato se reportó hace tres meses y dos semanas, desencadenando una serie de homicidios a razón de uno por semana. Una meticulosidad fría y calculadora, como un reloj de muerte que marcaba su siniestro compás. Faltaba un día para completar la semana desde la última víctima. El tiempo se agotaba, y la presión crecía con cada tic del reloj. Sin embargo, no podía tomar medidas hasta que el director designara a los miembros del equipo de investigación. La caza del asesino era inminente, pero hasta entonces, permanecía atrapado en la espera, consciente de que el siguiente movimiento del criminal podía ser el último clavo en el ataúd de la próxima víctima.
Un pesado letargo amenazaba con dominar mis párpados, el sueño acechaba, pero me negué a sucumbir. Sacudí la cabeza para mantenerme alerta, resistiéndome a su atracción. Necesitaba estar completamente informado.
—Gelato.
Registre la voz, pero no me volteé para ver a la persona.
—¿Sí, Paper?
—El director ha solicitado tu asistencia en el caso actual debido a tus habilidades analíticas para lidiar con crímenes relacionados con variantes. Ha enfatizado que es de vital importancia atrapar al responsable de dichos crímenes rápidamente. Si otra facción llega a enterarse de la existencia de una variante de semejante magnitud, convertirá la ciudad en un campo de batalla para tenerla de su lado, y debemos evitar ese escenario a toda costa.
Tal y como lo esperaba. No tenía ninguna duda de que sería uno de los destinados a formar parte del equipo de investigación.
—¿Quiénes son los otros que fueron convocados para conformar el grupo?
—Cinco cazadores incluyéndome y cuatro novatos.
Mis ojos se entrecerraron un poco ante la última parte de la declaración. ¿Novatos? ¿A qué está jugando el director?
—La situación actual no debería ser abordada tan a la ligera. Todavía no están preparados para enfrentar este tipo de casos, y menos con las circunstancias tan inciertas que lo rodean. —advirtió Gelato con seriedad.
Paper asintió. —El director cree que esta podría ser la prueba de fuego que necesitan para dar el primer paso hacia mayores responsabilidades. —mencionó.
—También podría ser el paso hacia su muerte. —advirtió Gelato, con una mirada sombría.
—Créeme, a mí tampoco me gusta. El comité de ética intentó apelar, pero la decisión del director es clara. —respondió Paper.
Llevé mi mano derecha a uno de mis mechones de cabello y empecé a jugar con él. El director era un hombre razonable en la medida de lo posible, pero a veces tomaba decisiones que simplemente no llegaba a comprender.
De todos modos no tenía sentido pensar en ello. La decisión ya fue tomada.
—Paper.
—¿Sí, Gelato?
—Por favor, informe al director que reúna a todos los involucrados en el equipo de investigación a primera hora mañana.
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VCIS (Piloto)
LosoweVCIS es la sigla para Servicio de Investigación Criminal de Variantes. Sigue las operaciones de un grupo de elite cuyo objetivo es la investigación de cualquier crimen que esté conectado con el uso de una variante.