Amor a mil Granadas (Bakugou x Tu)

Cap. 28

No sé qué estoy haciendo, no sé qué me está sucediendo.

Suspiré por quinta vez en el día, estaba frustrado por lo que había pasado el día de ayer. No sabía en qué momento había pasado esa idea por mi cabeza, no sé porque lo pensé en primer lugar.

Ni siquiera es tan bonita para que llegara esa idea a mi cabeza.

—¿Bro? — pregunto kirishima preocupado— ¿Te encuentras bien?

Solo asentí y seguí comiendo.

Estaba tan cerca, pero tan cerca de ella que creí que nos íbamos a...

Solté un grito de desesperación y azoté mis puños contra el comedor. Todos se giraron hacia mi y yo grite molesto que era lo que miraban.

Salí molesto de ahí y caminé hacia el patio.

—¡Bakugo! —me llamo una vez más Kirishima— ¿Qué te está pasando? Se que eres prepotente, pero esta vez Kaminari está callado.

—No soy prepotente —dije molesto—, y no estoy molesto por eso.

—¿Entonces?

No sabía, no sabía exactamente porque estaba frustrado, si el hecho de pensar que quería besarla o creer que ella quería besarme.

—Ayer estuve en casa de Nanase, estábamos solos y bueno...

Kirishima me miró con una expresión de preocupación y emoción así que supuse que el idiota estaba pensando en otra cosa.

—Ni se te ocurra pensar en esa estupidez —dije amenazante.

—Lo siento, es inevitable pensar en eso cuando dices que fuiste a una casa de una chica y estaban solos.

Explote su estúpida cara y soltó un quejido de dolor. Suspiré más frustrado, mientras que él se quejaba. Si soltaba todo ahora mismo ya no habría vuelta atrás.

—Casi la besaba.

Él dejo de quejarse, solo se quedó en silencio, inmóvil. Estaba nervioso y no sabía porque, nunca me había sentido de esa manera en mi vida. Tan pequeño, tan débil por una situación estúpida.

Después de un silencio algo largo e incómodo, él reacción con una sonrisa y me tomo de los hombros.

—Dios, ¿Cómo lo puedes decir tan tranquilo? Cuéntame cómo paso.

—No paso nada, solo tenía su rostro rojo y me acerqué a ella para saber si estaba bien, pero cuando estaba cerca de su rostro tuve un impulso de quererla besar, sin embargo, no lo hice.

—¿Por qué no?

—Porque ella se iba a sentir incómoda o no sé, que se yo.

—Exactamente ¿Por qué te sientes frustrado?

Para empezar, ¿por qué me siento frustrado? ¿por qué estoy tan decepcionado? ¿por qué le estoy tomando tanta importancia a algo tan tribal?

No lo entendía, no sabía porque estaba comportando como un idiota inmaduro. Lo único que sé es que estaba molesto por no juntar sus labios con los míos. De creer que ella deseaba lo mismo que yo deseo, el querer fundir no solo sus labios con los míos.

-Honestamente, no tengo ni puta idea.

Siempre peleo con mis voces internas, mi completa existencia es un desastre. Soy alguien que actúa y después piensa, y lo hago porque sé que todo lo que haga saldrá buenos resultados, sin embargo, cuando se trata de ella, mi cabeza no deja de bombardearme de preguntas y dudas, hasta el punto de sentirme inseguro y lo odio. Odio sentir que ella tiene un poder sobre mí y ni siquiera ella es consciente de ello.