Herida incurable

Cap.1: La desgracia

Era un bonito día de julio, estábamos todos en la playa al lado del hotel en el que estábamos acomodados durante esa semana. Mientras mis padres preparaban la barbacoa, junto a sus amigos, yo y mi hermano estábamos jugando alegramente dentro del mar. Yo tenía trece años y mi hermano acababa de cumplir los dieciocho. Èramos inseparables, para mi lo era todo, mi amigo, mi faro que me iluminaba, mi dios. Tenia los ojos azules como el mar, su piel era dorada como el color de la arena, el pelo color castaño. De estatura alta y fuerte, era capaz de derretir a todas las chicas que lo viesen. Mientras jugabámos con las olas del mar se oyó un fuerte golpe que provenía de justo donde estaba el hotel. Intrigados fuimos a ver cual era la causa de este ruido. El hotel estaba en llamas. Mis padres preguntaron si todos pudieron salvarse y al parecer todo el mundo había podido escapar, pero enseguida note que mi hermano no parecía compartir la misma idea que yo, ya que sin pensárselo dos veces corrió dentro del hotel sin que yo ni nadie pudiese pararlo. Entonces allá empezó todo de todo. El hotel, ya camuflado por las llamas, se derrumbó, con mi hermano dentro. Es curioso pero en ese momento no podía pensar en nada. Mi mente se quedo en blanco, como si en aquel momento estuviera en un mundo paralelo donde no existieran los pensamientos ni los sentimientos. Pero entonces me di cuenta de que no era un mundo paralelo, sino que era el golpe más brutal que te pueden dar. Mi hermano habia muerto. Mire a mi alrededor y vi a todo el mundo gritando y mis padres al suelo llorando. Entonces algo hizo "clic" en mi mente, y de mis ojos, sin poder evitarlo, empezaron a brotar lágrimas descontroladas. Eso es lo último que recuerdo. Cuando desperté estaba al hospital con mi madre y mi padre al lado. Al parecer había quedado inconciente después de la gran desgracia. Tarde varios segundos en recordar lo que había pasado y de nuevo volvieron a brotar lágrimas descontroladas de mis ojos. Parece ser que eso de llorar es contagioso ya que ellos también empezaron a llorar descontroladamente. Así estuvimos, supongo que horas, sin hablar, solo llorando.