ChenLe es un gato que adora ser un gato. Aprecia las comodidades de su holgazana vida llena de buena comida y carente de responsabilidades, pero a veces es necesario hacer ciertos sacrificios por las personas que amas, ¿No es cierto?
ChenLe es un ga...
Contenido:Fluff, comedia, fantasía, cambia formas ¿? Cantidad de Palabras:6000 palabras. Parejas: Jichen (+ nomin) Recomendación: Leer con fondo blanco (opcional).
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Salir de casa se supone que está rotundamente prohibido, la mamá del humano que cuida de él incluso lo había escrito en la lista de la heladera para que el papá del humano tuviera cuidado de no dejar la puerta abierta demasiado tiempo en caso de que el pequeño felino de la familia intentara escapar, peeero si nadie se enteraba de ello... entonces no habría roto las reglas, ¿Verdad?
Aunque, para ser honestos, si alguien llega a preguntarle fácilmente ChenLe se defendería diciendo que es una cuestión de vida o muerte, ¡Y no espera una contracción con la cual batallar!
La cosa iba así, su amo, su dulce, ñoño e inocente amo Jisung, de apenas dieciocho años recién cumplidos, estaba esperando a su cita a ciegas en el parque cerca de casa desde hace ya más o menos media hora y, en resumidas palabras, había quedado plantado. Así es.
¿Qué como se había enterado desde su encierro infernal? El chismoso pájaro del árbol de la casa del frente que le hacía la vida imposible, por algún motivo, había ido a avisarle.
—¡Que sí! ¡Te digo que con mis dos ojos lo vi! Dejaron a tu humano bien paradote en la plaza del parque desde hace ya casi una hora y sigue esperando ahí. No se ha movido ni un solo centímetro.
ChenLe, preso de su instinto gatuno, por obvias razones tiene dificultades para concentrarse en lo que el pájaro le dice, pues verlo parado en la orilla de la ventana con tanta naturalidad tan solo le hace desear saltar encima de él y atraparlo entre sus garras. Sin embargo, se contiene, recordando que saltar a la ventana también está prohibido y que ha sido mil veces reprendido por lo mismo. Resopla con molestia mientras baja su cola y se aleja de la ventana hasta dirigirse a su plato de comida, la misma de siempre en la cantidad exacta que indica el empaque; casi entiende porque han dejado plantado a su humano si se la pasa prohibiendo todo lo que es divertido, quiere decir, una porción extra de vez en cuando no mataría a nadie.
—¡¿Me escuchaste al menos?! —chilla el pájaro con voz estridente, volando hacia adentro con sus alas revoloteando en total indignación al ser ignorado por el odioso gato antes de posarse encima del armario, lejos de sus garras.
ChenLe se acerca a tomar agua y procede a estirarse mientras un largo bostezo se escapa de su boca. Mhmmmmm, sí, a esa hora hace un buen rato para echar otro sueñito.
—Sí. Ya te escuché. Tú no hablas, gritas —se queja, dándole la espalda dispuesto a acostarse a dormir.
—¡¿Y no harás nada?!
ChenLe se gira hacia el pájaro con mirada molesta. ¿Haechan es como se llama? No puede recordar su nombre, pero tampoco le importa. Solo quiere que se calle y deje de decir incoherencias como si estas fueran cosas realmente obvias.
