YOUNG LOVE 🔞 𝓨𝓸𝓸𝓷𝓶𝓲𝓷

02

Jimin veía por tercera vez el mensaje mandado por su ex, se sentía furioso, frustrado y decepcionado. Cuando Jungkook le había pedido permiso para ir a la fiesta que sería llevada a cabo en la casa de su compañero, que vivía fuera de la ciudad, había dicho claramente que no tenía permiso, pero ¿Qué había hecho en su lugar, Min Yoongi? Había llevado a su hijo, había prometido ir a recogerlo y había cancelado al ultimo momento. Avisándole a él, a las dos de la mañana que debía ir a recoger a su hijo de dieciséis años y mandándole la ubicación como si no hubiera estado en desacuerdo desde el inicio. Observó a su hijo y amigos caminar tambaleantes.

-Gracias por venir por mi papá- dijo Jungkook recostándose en el asiento trasero sin darse cuenta de que no era el padre que debería estar recogiéndolo.

Condujo hasta su casa ignorando la llamada entrante de su ex marido. El trayecto de treinta y cinco minutos fue tranquilo, únicamente siendo perturbado por su propia preocupación, al ver ebrio a su hijo menor de edad mientras dormía profundamente, roncando.

Cuando finalmente logró ayudar a subir las escaleras a Jungkook bajó a la cocina. La salida le había quitado por completo el sueño, y ahora no podría volver a dormir. Puso su tetera en la estufa para poder infusionar algún té que le ayudara a relajarse lo suficiente para ponerlo lo suficientemente somnoliento. La tetera comenzó a hacer un ruido agudo al mismo tiempo en que la puerta era tocada con suavidad.

-¿Qué haces aquí?- preguntó agresivamente Jimin en cuanto vio a Yoongi parado en el porche.

-¿Por qué no llevaste a Kook a mi casa? El mensaje decía que no tardaba en llegar- Respondió con voz grave el mayor. Se veía cansado, vestía un pantalón deportivo, sandalias, un gorro que ocultara su cabello y una sudadera demasiado grande para su tamaño corporal.

-No puedo creer que fuiste tan irresponsable como para llevar a mi hijo a una fiesta, a la cual, por cierto, ya le había negado el permiso y que rompieras como siempre tus acuerdos- Murmuró Jimin mientras caminaba furioso hasta la cocina.

-Los papás del chico estaban en la casa, bebió un poco, y fuimos a llevarlo y a recogerlo ¿Cuál es el problema? - respondió el pelinegro exasperado. -Y No siempre rompo mis acuerdos, tengo un trabajo demandante que me pide acudir al estudio cuando haya disponibilidad en las agendas de los artistas. No rompí mi promesa, Jungkook me dijo que lo recogiera a las tres de la mañana y a esa hora no habría tenido ningún inconveniente- La boca de Jimin marcó una mueca de incredulidad que Yoongi conocía muy bien, precedía a los problemas.

-Realmente, Min Yoongi ¿no ves el problema en todo eso? ¿Cómo puedes ser tan irresponsable? Los papás del chico no estaban en la fiesta, tu hijo, menor de edad tomó sabrá Dios que clase de licores, y no lo recogiste. No pudiste dejar tu estúpido trabajo, nunca puedes. Siempre es tal artista vino, solo podía venir en este momento y yo debo botar lo que sea que esté haciendo para ir a atenderlo. Por cosas como esa es por la que lo nuestro no pudo ser- Yoongi cerró los ojos, las palabras de Jimin siempre sabían golpear en el sitio exacto para sacarle de sus casillas.

-No Park, lo nuestro no pudo ser porque no soportas que nada ni nadie más tenga más atención de la que tienes tú. Sabías con quién te casabas cuando aceptaste casarte conmigo, sabías que era mi sueño y que estaba teniendo suerte de que me pagaran siendo aún un estudiante. No te vi quejarte cuando pudiste seguir estudiando gracias a ese trabajo, o cuando pudiste aliviarte en un buen hospital. Cuando nuestro hijo iba a las mejores escuelas- Jimin alejó a Yoongi cuando se dio cuenta que se había acercado demasiado a él.

-¿Siempre es mi culpa no? Soy yo el culpable de que la cantante te besara, soy el culpable de no haber soportado como me dejabas de lado para estar con ella. Es mi culpa haber sido atropellado y que no hubieras respondido la llamada- Yoongi se acercó nuevamente, su torso rozaba con el torso de su ex, sus rostros a pocos centímetros de distancia. Golpeó la isla en la cocina haciendo temblar la taza que esperaba por el agua caliente con las hierbas de lavanda secas en su interior, pero Jimin ni se inmutó.