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Dolía, y mucho.

Sabía que había partes de su cuerpo que ya no estaban allí, pero no tenía la energía necesaria para levantar su rostro y analizar su cuerpo en busca de las partes faltantes 

El simple acto de respirar se le hacía difícil, sentía como el aire luchaba por entrar a sus pulmones y como a la vez pasaban fluidos que no deberían ir hacia los pulmones, ahogándola en un intento por conseguir más oxígeno. 

No podía entender cómo es que seguía viva. Porque si, aún sentía a su corazón latir. Su corazón iba lento y a veces se saltaba uno que otro latido, pero algo era algo. 

-Mië-chan, te prometo que haré todo lo posible, así que, por favor, resiste- dijo Ieri.

Mië abrió un poco los ojos, vaya que había costado, pero al abrirlos pudo ver como dos personas le rodeaban y ambas tenían una expresión de total preocupación y angustia. No podía distinguir bien quienes eran los que intentaban salvarle la vida, pero por la voz que le había hablado, podía identificar que una de las personas era Ieri, su querida tía.

"All menos no moriré sola" pensó la chica sintiendo algo de alivio en que su cuerpo podría ser enterrado y no sería olvidada en algún lugar random. 

La azabache intentó hablar, pero ninguna palabra pudo salir de su boca. En su lugar, escupió sangre que dentro de poco le empezó a ahogar. 

-No intentes hablar- dijo Ieri.

La persona al otro lado de la camilla contenía las lagrimas.

-Yuuta, si no puedes seguir entonces vete, necesito estar concentrada- dijo la castaña sin parar lo que estaba haciendo en el cuerpo de la chica.

-No, yo puedo, si Mië-chan pudo soportar aquello, yo puedo soportar esto por ella.-

Ieri no era una persona optimista, solo hacía lo que debía hacer para sobrevivir en el mundo y no se preocupaba por los que le rodeaban, porque muy bien sabía que el oficio de hechicero podía ser letal.

Aún así, al ver el cuerpo casi inerte de Mië, un nudo se formó en su garganta y por primera vez sintió asco por las heridas que la pobre tenía.

Su cabeza tan solo seguía conectada a su cuerpo por la columna y por un poco de piel, todo el resto estaba desgarrado. La cantidad de sangre que estaba perdiendo era casi inhumana. 

Si el cuerpo humano tenía 5 litros de sangre, el de Mië debí de tener al menos 15 como para haber sobrevivido en aquel estado.

Eso no era todo. 

Era como si alguien hubiese tomado la piel de la chica y la hubiese tirado hasta el punto en el que esta se terminara separando de su dueña original.

El brazo Izquierdo de Mië estaba completamente calcinado al igual que una parte de su pecho y sus piernas no se encontraban mucho mejor.

Su piel estaba pálida, casi como si fuera de papel, de seguro por toda la sangre que había perdido.

Quien hubiese pensado que una chica tan alegre y llena de cosas para ofrecer al mundo terminaría en aquel estado deplorable.

Yuuta había tenido que jurar no comentar a nadie de como estaba Mië. 

Casi como si fuese la confidencialidad de doctor-paciente.

El dolor era tan insoportable que por unos breves instantes, solo por un tiempo, Mië pensó que a lo mejor era más fácil irse.

Dejar de pelear e irse.

SPEACHLESS: Inumaki Toge x OCDonde viven las historias. Descúbrelo ahora