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Originalmente, la misión se había dado para chicos de primer año, pero cuando estos cayeron inconscientes en el segundo en el que se acercaban a esta misteriosa casa, decidieron traer el armamento pesado.
-Gojo, ve con cuidado- dijo Ieri mientras trataba a los heridos.
-Ya tengo 18, no soy un niño- dijo el adolescente de cabellos blancos mientras cruzaba la cinta de seguridad.
La mayoría de hechiceros se desmayaba al llegar a unos 10 metros de la casa, por lo que cuando Gojo puso un pie en el area designada, pudo entender él porque
El aire era pesado y te quemaba la garganta, era normal que un hechicero cualquiera se desmayara ante tal toxicidad, pero él era el más fuerte, algo así no le hacía ni tener miedo a lo que podría haber en la casa.
Probablemente sería una maldición de grado especial. No solo por su presencia, sino que también estaba el hecho de que la cantidad de energía maldita que emanaba aquella casa era inmensa.
Al llegar frente al edificio Satoru se detuvo un par de segundos para observar bien los detalles. Parecía ser una casa normal, de un barrio normal y perteneciente a una familia normal, pero en definitiva lo que había pasado allí no era normal
"Si que es algo está maldición, pero bueno, nada que el grandioso Satoru Gojo no pueda controlar" pensó el chico de manera ilusa.
La pared de la casa estaba destrozada, por lo que no fue necesario encontrar una entrada.
-Con permiso! - dijo Gojo mientras entraba alegremente a la casa.
Cuando el chico entró, el resto observaron atónitos cómo Gojo se abría paso por la casa, inseguros de lo que encontraría. ¿Encontraría un poderoso artefacto oculto entre las paredes? ¿Saldría ileso? Éstas eran las preguntas que rondaban por la mente de los hechiceros mientras observaban.
A lo lejos, Shoko se hacía la misma pregunta, tenía experiencia tratando con rarezas de la hechicería, pero aun así no recordaba haber visto algo parecido a aquello. Planeaba compartir sus pensamientos con su kouhai, Nanami pero justo antes de poder hacerlo, la figura de Gojo fue despedida de la casa.
-Satoru!- gritó Ieri mientras pasaba la cinta de seguridad.
En cuanto la nube de polvo de disipó, Ieri se detuvo.
Gojo estaba sin sus lentes y su característica sonrisa se había borrado del rostro.
No solo eso, el chico había levantado su brazo en señal de que nadie hiciese un movimiento.
-Pequeña, puedo ayudarte, pero debes dejar que vea si estás herida. - dijo Gojo utilizando el tono de voz más dulce que Ieri jamás pudo escuchar venir de él.
"Pequeña?" se preguntó a sí misma la castaña.
-Todos dijeron eso, y todos me lastimaron, solo quiero que pare...- dijo la voz de una pequeña niña provocando que los presentes se tensaran.
"¿Acaso todo eso era provocado por aquella niña?" Pensó Ieri mientras analizaba la situación con cuidado.
Gojo miró directamente a la niña, quien tapaba sus oídos y cerraba sus ojos con fuerza.
La pobre no paraba de llorar. Sus ropas estaban sucias al igual que su rostro y su cabello era un desastre. Se suponía que aquel desastre había ocurrido la noche anterior, pero se notaba que el estado deplorable de la niña era algo que se arrastraba desde ya hace un buen tiempo.

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SPEACHLESS: Inumaki Toge x OC
FanfictionLuego de meses de saber absolutamente nada el uno del otro, Inumaki Toge e Ichinose Mië deberán trabajar un lazo que pensaban muerto. No se si incluiré Lemon!!!!! Si incluiré escenas sangrientas, por eso activo el contenido adulto