Este hasta yo lo sentí muy apresurado pero lo intente, lo juró que lo intente.
Despertó de golpe sintiendo un dolor punzante en la parte frontal de la cabeza haciendo que cerrara los ojos con fuerza, levanto su mano estampándola en la zona que dolía. Con su otra mano intento recuperar el equilibrio mientras lentamente abría los ojos de nuevo. Ante su vista había y su poco entendimiento pudo percatarse de que estaba en un lugar totalmente desconocido. Las paredes parecían ser de metal o titanio y eran poco llamativas por las luces rojas y azules que se mezclaban. Dirigió su vista hacia más adelante, algo que parecía ser una mesa con una pantalla pegada, parecía algo de última tecnología. Era casi imposible de comprender para alguien como él.
En sus alrededores se encontraban máquinas y artefactos de todo tipo, todas impecables y extrañas. Miro a su costado sobresaltándose al ver otro cuerpo al parecer desmayado al lado de donde había despertado.
Era un hombre, gracias a su posición pudo sospechar que era probablemente algo más alto que él, vestía completamente de negro y tenía el cabello perfectamente arreglado. Lo más llamativo de él era su distinguido bigote perfectamente recortado haciendo que su barba apenas creciente fuera totalmente opacada. Le pareció gracioso.
Se agacho sutilmente hasta tener su mano a una distancia adecuada para acercar su mano hasta el hombro del contrario y agitarlo sutilmente, pero este no despertó hasta unos segundos después.
Se levanto de golpe asustando por un segundo al moreno. Observo rápidamente todo a su alrededor quedando igual de confundido que el contrario al cual termino mirando a los ojos intentando recordarlo o recordar cualquier cosa, pero simplemente no venía nada a su mente, era como si todo se hubiera borrado.
Hubo un silencio incomodo antes de que empezara a hablar. —Tu... ¿Quién eres? —Le pregunto desconfiado.
—Uh... —El moreno movió los ojos en busca de respuestas. —No lo sé. —Expreso con una mirada preocupante. —No... no puedo recordar mi nombre.
El azabache se reincorporo medio sentándose en el suelo. —Yo tampoco. —Habló colocando su mano en su barbilla pensando. —Pero si estamos aquí supongo que debe haber una razón... —Busco una solución lógica rápida para responder. Examino de nuevo el espacio donde se encontraban. —Hmm, este lugar es un... un... —Dio un pequeño vistazo a algunos tubos de ensayo que se encontraban en la mesa. —¡Laboratorio! —Fue lo primero que pensó dejando confuso al otro.
—Dudo que esto sea un laboratorio... hay tantas cosas... raras —Expreso con desconfianza viendo el estante lleno de BadNiks apagados. —Pero bueno, lo que tu digas. —Dijo aún con extrañeza.
—Eh, bien. Creo que al parecer estamos en un periodo de amnesia y por alguna razón estamos en este... lugar. —Hablaba mientras se ponía de pie viendo sus singulares vestimentas. Rápidamente se le ocurrió una idea. —¡Ya sé! —Apunto con su dedo al contrario que aún se levantaba de nuevo para luego buscar entre los bolsillos de su gabardina, topándose con algo en forma rectangular cubierto en cuero negro, no tardo y lo saco rápidamente para abrirlo. Era una identificación que emanaba luz roja de ella en un código, la volteo topándose con una identificación que se podía denominar como normal. —Uh, ¿Doctor Ivo Robotnik? ¡Ivo Robotnik! ¡Me llamo Ivo Robotnik! —Anuncio con emoción al hombre frente a él.
—Un placer, Ivo. —Dijo en broma haciendo una reverencia. Luego de esto procedió a buscar entre los bolsillos interiores de su traje, encontrando su tarjeta y así mismo su nombre. —Lee Stone. —Anunció con orgullo.
—Igualmente un placer, Lee. —Dijo de la misma manera que el contrario provocando las risas de ambos.
—Espera, ¿tenemos teléfonos? —Pregunto el agente deteniendo las risas.