First Times

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Primeras Veces

—Me gustas. Sal conmigo.

No había respondido de la impresión, mucho menos por el beso repentino con el cual Bakugō acompañó su confesión. Si, no iba a negar que él también le gustaba, pero el rubio se le había adelantado, porque Shōto tenía una manera diferente en la que planeaba confesarse, no así y menos después de una misión ni tampoco frente a Endeavor ni a Midoriya.

Y Bakugō seguía delante de él, esperando una respuesta. ¿Qué se supone que debia responder cuando era su primera vez teniendo a alguien frente a él que le gusta? Estaba tan nervioso que su mandíbula se presionaba a sí misma y no podía hablar, no quería que Bakugō pensara que lo estaba rechazando.

Por eso estiró el brazo y sus dedos deshicieron el puño, para que su indice y medio sujetaran los del rubio, aun así, debido a su emoción descontrolada -al menos en su interior- terminó congelando sin querer el brazo de Bakugō... una parte.

—¡Maldita sea!

—¡Pe-perdón! No-no quise hacerlo, yo...— podía sentir el poder de lado izquierdo manifestarse en todo su cuerpo, no para salir en llamaradas, sino que debajo de su piel que bien podía jurar, le daba un color parecido al rosa.

Y Bakugō lo notó, los nervios controlando la personalidad casi impasible de Todoroki, que no pudo evitar sonreír y luego, reír a carcajadas. Había logrado que el chico bonito se descontrolara.

—¿No vas a responder? Pero descongélame el brazo.

Asintió, acercando su mano izquierda para evaporar el hielo y cuando lo hubo hecho y notó que el brazo de Bakugō estaba bien, quiso alejarse para llamar a una de las enfermeras de la agencia -por las dudas-, pero el otro no lo permitió.

Con Bakugō al frente, Todoroki se vio siendo llevado de la mano hacia el jardín interior que la agencia de Endeavor tenía para que los héroes que trabajaban ahí se relajaran, al menos un poco. Y en la banca mas alejada, es donde se sentaron, con un Shōto un poco incomodo y un Bakugō a punto de explotar por sus sentimientos.

—No me has respondido— el primero en hablar fue el rubio, recargado con su espalda en el respaldo de la banca, con la fuerza de voluntad al tope porque se moría por volver a probar los labios de Todoroki. Irónicamente, Shōto era dulce, muy dulce.

—Me has sorprendido, que no sé que responder.

—Si te moleste...

—No me ha molestado, solo no me lo esperaba— hubo un minuto de silencio, que se rompió con el suspiro de Shōto—. Ese fue mi primer beso— como estaba inclinado, viendo el pasto, como si hubiera algo interesante ahí, se levantó y giró hacia Katsuki. Su espalda contra la pared para intentar quedar de frente—. ¿Ya has besado antes?

Negó. Mejor lo pensó mejor y respondió con la verdad—. Sí, pero no fue un beso real, solo toqué sus labios con los míos, no le metí la lengua como a ti— respondió con soberbia—. Pero ese beso fue cuando tenía como cuatro años, ni siquiera cuenta.

Se mordió el labio inferior. Le tenía envidia a Bakugō que, sin importarle lo que fuera a responder -aunque se notaba que el rubio esperaba que su respuesta fuera que sí- se había atrevido a besarlo, a decirle sus sentimientos sin tapujos.

Era su primera vez sintiendo esa clase de emociones por alguien, contra alguien y también quería demostrárselos.

—¿Puedo intentar algo?— preguntó, acercándose más a Bakugō.

El hizo lo mismo, estaban tan cerca que podía sentir su aliento cálido y frio al mismo tiempo—. Tú puedes hacer conmigo lo que quieras.

Shōto sonrió, Bakugō era así de intenso y así le gustaba.

Tomó el rostro del otro entre sus dedos, con suavidad, notando la calidez de la piel y el sonrojo en la misma por su cercanía, estaba seguro que él estaba peor. Sus ojos miraron los rojos de Bakugō y le parecieron tan bonitos, por primera vez se sentía bien verlo tan de cerca, quizás era por sus sentimientos. No es que antes se sintieran mal, es que no sentía nada hasta que comenzó a fijarse más en él.

Y mientras Shōto iba demasiado lento para su gusto, él se atrevió a sujetarle de la cintura, sus dedos apretando lo suficiente para que el otro supiera que estaba ansioso, cosa que no importó. Por ello, fue él quien se lo hizo. Sus labios buscaban desesperados los de Todoroki, besándolo hasta hartarse, hasta que dolieron, hasta que su lengua pidió descanso y hasta que Shōto suspiró por aire.

—¿Que tal ha sido tu primera vez recibiendo un beso fránces?

Se limpió la saliva que le manchaba la barbilla, pasándose la lengua por los labios con mucha lentitud, podía sentir que tenía pellejitos levantados y también que estaban muy secos—. Se sintió bien, demasiado bien. Pero ya no sería el primero, sino el segundo, el primero me lo diste allá adentro.

Y cuando señaló hacia el edificio, ambos notaron que todos los estaban observando, incluido su padre, quien era detenido con por algunos de sus compañeros.

—Ya que somos novios, tengamos una cita.

—Sería mi primera cita y tu mi primer novio.

—Y haré que todas tus primeras veces sean conmigo— “y se queden conmigo”, pero eso no tenía que saberlo Shōto.

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