Dios,
cuida de ella,
que no me olvide,
pero que tampoco me extrañe,
que no me ame,
pero que tampoco me odie,
que siga brillando
y te llene de orgullo.
Solo Tú sabes cuanto la extraño,
pero mi alma está rota
de tanto extrañar.
Solo Tú sabes cuánto la quiero,
pero mi corazón ya no puede
seguir esperando a quien no te quiere.
Dios,
no me dejes sola,
abrázame y llena el vacío
en mi pecho que tiene su nombre.
Pongo en tus manos mi dolor, dibuja esperanza en mi vida como si fuera tu lienzo.
Se que este es un final,
pero confío que tu amor
hará de mi historia
un nuevo comienzo.
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APRENDÍ A VIVIR SIN TI
PoesieMi libro se enfoca en el duelo de dejar ir a una persona que aun no muere