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Me levanté por los rayos del sol cayendo hacia mi cara...Nah, ni mierda, fue el puto despertador. Fruncí el ceño al darme cuenta que el maldito me había levantado antes de lo esperado.

-¿Seis y media?-dije confundida. No dejaba de sonar, aunque yo estuviera golpeándolo como si quisiera matar a una araña.

-Querida hermanita, ¿me harías el favor de ¡APAGAR ESA MIERDA?!-gritó Sam.

Desesperada, lo tiré hacia la pared y se rompió en pedacitos. Bufé al darme cuenta que era el tercero en este mes.

-¡Gracias!-gritó el imbécil, al quién desgraciadamente amo tanto.

Me paré para ir a ducharme. De todas maneras, no iba a poder conciliar el sueño de nuevo. Apenas entré, empecé a quitarme la ropa. Abrí la llave del agua, ¿y adivinen qué? Estaba helada. H-E-L-A-D-A. Mientras me duchaba, tarareaba una canción de Justin Bieber con Lil Wayne, que se quedó en mi mente gracias a la estúpida de mi mejor amiga, Camila. Estaba por enjuagarme el shampoo, cuando de repente, dejó de caer agua.

-¡SAAAAAM! ¡NO ME DIGAS QUE OLVIDASTE PAGAR EL AGUA DE NUEVO!-grité furiosa.

-Mmmmm, ¿oops?

-¡SAMUEL HOWARD WILKINSON, ¿O FUISTE EL ÚNICO ESPERMATOZOIDE EN LA COMPETENCIA, O TE HACES?!

-Ya tranquila, iré a traer agua.-dijo desde afuera de la ducha.

Sorprendentemente, regresó en dos minutos. Tocó la puerta y se dio cuenta que estaba abierta. Entró y dejó lo que había traído en la tapa del retrete. Cuando salió, abrí la cortina. Lo que yacía en el retrete era...¡¿Una bolsa?! No podía tener un hermano más imbécil. Maldije en voz baja, pero cogí la bolsa. La desamarré y me enjuagué a duras penas.

Ahora no voy a poder echarme acondicionador...Eh, ya que. ¡YOLO!

Salí goteando de la ducha con una toalla enrollada a mi cuerpo. Al llegar a mi habitación, empecé a secarme y me puse lo clásico: un suéter de lana gris y unos jeans azules. El tema eran los zapatos. Al diablo. Agarré unas converse del mismo color de mi suéter, y mi penny para luego ir a la cárcel, digo escuela. ¿Acaso no es lo mismo? Se preguntarán si desayuno. Pues no. Las neuronas de mi hermano no son las suficientes para eso, así que desayuno en la cafetería de la escuela.

...

¿Saben qué es lo peor de llegar temprano a la escuela? Ver llegar al tonto de Hayes Grier y su tropa de chicos populares. Y eso que cuando lo pienso casi vomito. Él es, ¿cómo decirlo sin ser grosera? ¡Ah sí! No, espera, no hay nada.

•••
Me prometí que nunca iba a querer a los hombres, excepto a mi hermano y a mi mejor amigo Chris. Gracias al cielo, mis abuelos nos apoyan en todo lo que necesitamos.

-¡Brookcienta!-esa voz me sacó de mis pensamientos. Volteé y encontré a la persona menos deseada.

-¿Qué mierda quieres, Grier?-pregunté molesta. Él estaba parado frente a mi, con todo su grupito de niños mimados.

-Lo de siempre, arruinarte la vida.-se encogió de hombros.

-Okay.-y di la vuelta, lista para irme, hasta que su estruendosa voz sonó de nuevo.

-¡Hey! ¡No he terminado contigo!-volteé y le dediqué una sonrisa más falsa que el trasero de Nicki Minaj.

-Pues yo sí, y si me permites, tengo un desayuno que devorar.-y me fui sin esperar respuesta.

...

Después de devorar, digo desayunar, fui a mi casillero. Saqué mis libros de Historia y de Literatura. Se oyó un gritito conocido por toda la sociedad escolar...

••••

Brooke en multimedia.

¡Hola! Somos Valeria y Camila :) espero les guste nuestra primera novela :*

How to love «h.gDonde viven las historias. Descúbrelo ahora