Narra Vanesa
Estaba por Málaga, estaba claro que algo me pasaba, necesitaba estar con mi gente, rodeada de mis cosas pero en esa ecuación Mónica no estaba hoy, se había marchado, me había dejado espacio para poder recapacitar, me conoce mejor que yo a mi misma, la quiero con todo mi corazón pero ahora mismo no puedo darle todo lo que ella merece, con honestidad es así como lo veo pero no se como expresarlo con palabras.
Mi gente intuye que algo no va bien, están todos muy pendientes de mi, mis hermanos, Ana y Jorge un amigo que se ha unido últimamente al grupo, tiene una empresa de marketing digital, orientado al coaching personal, bueno mezcla un poco lo personal con lo laboral, bueno es un poco de todo, y nos está ayudando a todos a crecer profesional pero también personalmente.
La verdad es que hemos creado una conexión entre nosotros muy bonita, muy sana, estuvimos juntos en la gira americana y sencillamente conectamos como personas y hasta hoy.
Me estaba ayudando a gestionar un poco todo el tema que tenía en la cabeza con Mónica, mi amor por ella pero por otro lado el dejarla ir y soltarla.
Hoy la cena se había alargado y tenía ganas de tocar la guitarra y canturrear un poco, había bebido algo más de vino de lo habitual y estaba contenta, sobre las once de la noche alguien llamó al timbre, era tarde, se me hizo raro, Francis abrió y vi a Mónica entrar en el jardín...
Me quedé helada, de piedra, justo en ese momento Jorge me estaba diciendo una tontería al oído y me dejó un beso en el hombro, pero yo solo podía mirar como Mónica se abrazaba a Ana y no dejaba de mirarme a los ojos. Cuando ya reaccioné, me levanté y salí corriendo descalza por el jardín a buscarla, para cuando me asomé a la puerta ya no estaba, grité su nombre pero no obtuve respuesta.
V.-¡Mierda!, ¡Joder!, ¡Dios!.- dije con rabia y enfadada
A.- Vane, ¿Qué pasa?, ¿Por que se ha ido Mónica?
V.-Déjame las llaves del coche
A.-Vas descalza
V.-Déjame las llaves ¡joder!
A.-Venga yo te llevo, vamos a buscarla
V.-Corre por favor
Conducimos calle arriba, calle abajo por la zona pero no encontramos rastro de Mónica, comencé a llamarla sin parar, saltaba el buzón de voz, le mandé unos cuantos mensajes
A.- Vanesa, ¿Qué coño pasa?
V.- No estoy bien con Mónica, no se que me pasa, no soy lo mejor ahora mismo para ella, merece alguien mejor
A.-Pero...¿Qué estas diciendo?, si os adoraís
V.- Gira a la izquierda, vamos a ver en ese parque
Pasamos por el pequeño parque, vimos a gente sentada en los bancos pero no vimos a Mónica, estaba sentada en un banco más escondido que desde la calle lo tapaba un seto alto, volvimos a casa, no di ningún tipo de explicación ni a Jorge ni a mis hermanos y cuñadas.
Subí a mi estudio y me encerré dentro con mi guitarra y mi libreta y sencillamente comencé a escribir, a tocar y a llorar.
Mónica tardó pero al final me contestó un wasap, la conocía perfectamente y estaría llorando sin consuelo, me partía el corazón saber que le estaba haciendo daño.
La casa se quedó en silencio, mis hermanos se fueron, Jorge y Ana se quedaron un rato más en el porche hablando del tema...
J.- ¿Sabías algo?
A.-No, acabo de enterarme... Vanesa es muy suya para su cosas, tiene su parcela privada y ahí no se puede entrar
J.-Ya, joder, yo lo siento, no he querido...
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Siempre, 7 veces si.
Ficção GeralSegunda parte de 7 veces siempre, seguimos con Mónica y Vanesa, su vida y su historia, eso sí totalmente ficticia.