𝗶𝗶. 𝘄𝗵𝗲𝗻 𝘄𝗲 𝘄𝗲𝗿𝗲 𝗸𝗶𝗱𝘀...

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❝Desearía poder encontrarme con mi yo pequeña, para así poder mantener conmigo todos los recuerdos y sentimientos inocentes de aquél entonces❞

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❝Desearía poder encontrarme con mi yo pequeña, para así poder mantener conmigo todos los recuerdos y sentimientos inocentes de aquél entonces❞.

When We Were Kids; Twice. 

15 de abril, 2039. 

Los pequeños pies de una pelinegra hacían sonar el suelo de madera, llevaba unos cuantos libros hacia la biblioteca con cuidado de no caerse. Hasta que chocó con un azabache haciendo que se le caigan todos los libros que llevaba consigo, el azabache se limpió las ropas y chistó.

—Cuidado por donde vas, Nydia. —regañó aquel pequeño, la niña bajó la mirada arrepentida y suspiró cansada. Se agachó para recojer aquellos libros con delicadeza. El niño pasó por su lado ignorándola completamente.

—Déjame ayudarte, Nydie.—Apareció un mano conocida ayudando a la más baja. Nydia sorprendida lo miró dejando los libros de lado. 

—N-Norman...—ellos casi no se hablaban de pequeños, eran tímidos y la pelinegra no era muy sociable que digamos. Él con cuidado tomó algunos libros dejándolos en orden en el suelo.

—Si quieres puedo acompañarte para dejarlos.—Le sonrió el albino con dulzura, un azabache los miraba de lejos con los ojos entrecerrados desafiando con la mirada. La pelinegra negó con una sonrisa que hacia que sus mejillas se pusieran rosadas y sus hoyuelos se hagan notorios. 

—Gracias, Norman, los dejaré yo.—respondió sosteniendo los libros y mirando bien para no caerse. 

—Está bien, Nydie, con cuidado.―Desde que tenía consciencia, no había día el cual Norman no le dijera tan característico apodo, no sabe cuándo empezó a llamarle así, pero le gustaba.

Al llegar a su destino dejó los libros en la mesa que rodeaba una parte de la biblioteca, como pudo se sentó en la silla abriendo un libro de fantasía. El principito.

Al dejar el libro cuando lo terminó de leer, alguien entró. Los pasos eran suaves y silenciosos, era Emma. Sí, ella podía distinguir sus pasos porque siempre caminaba de la misma forma, silenciosa y precisa.

―¡Nydie!―La antena alzó sus brazos al aire dando pequeños saltos.

―Por fin te he encontrado, he estado super aburrida sin ti.―la niña mostraba su fiel sonrisa hacia su hermana, quien rió nerviosa.―¿Sí, Emma?―respondió bajando de la silla.

―¡Hay que jugar a las escondidas!

―Emm, no sé, yo nunca he jugado eso.―Confesó rascando su sien, Emma abrió tanto su boca que podía sentir su barbilla tocar al suelo.

―¿¡Cómo qué no?! ¿Ni siquiera al pilla pilla?―la antes mencionada negó con la cabeza suavemente.

―¡Yo te voy a enseñar!―La pelinaranja la tomó del brazo y la jaló hacia fuera.

𝗕𝗘𝗛𝗜𝗡𝗗 𝗧𝗛𝗘 𝗠𝗔𝗦𝗞; 𝘁𝗽𝗻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora