Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios (2 Cor 7:1)
Nosotros tenemos que santificarnos todos los días hasta que el señor venga, porque si no nos santificamos nos podemos quedar o ir al infierno sin haber obedecido al padre.
El que es injusto, sea injusto todavía; y el que es inmundo, sea inmundo todavía; y el que es justo, practique la justicia todavía; y el que es santo, santifíquese todavía (Apocalipsis 22:11).
Por eso mis hermanos o amigos lectores sigamos viviendo una vida aferrada al Espíritu Santo de Dios que restaura tu ser y tu alma. Y es que no podemos vivir sin él. Porque él es el Dios que restaura, liberta y sana, exhorta, anima y consuela.
Déjame decirte que mi cristo vive, él no está muerto porque él está para los vivos, no para los muertos. Él es que vive y él es que reina para siempre, porque el enemigo ya está muerto, ya está vencido por nuestro rey de la gloria que murió en una cruz del calvario para darnos vida, pero vida en abundancia.
Y es que sin santidad nadie, pero nadie verá al señor cara a cara, sí que usted me logra entender lo que Dios está hoy está diciendo en este mensaje para usted para que no se pierda la bendición de ser salvo por él.
Porque el tiempo se agota y es que su venida está cerca, por eso este firme velando y orando para que cuando venga no lo encuentre dormido sino que lo encuentre a usted despierto.
Velad, estad firmes en la fe; portaos varonilmente, y esforzaos
(1 Cor 16:13).
Velad, pues, porque no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor
(Mateo 24:42).
Más el fin de todas las cosas se acerca; sed, pues, sobrios, y velad en oración (1 Pedro 4:7).
Por eso mi hermano nosotros tenemos que vivir en santidad o no podemos obtener la corona y no podemos entrar al reino de los cielos.
He aquí, yo vengo pronto; retén lo que tienes, para que ninguno tome tu corona (Apocalipsis 3:11).
No todo el que me dice: «Señor, Señor», entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos (Mateo 7:21).
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La Santidad
SpiritualSeguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor. Hebreos 12:14