Cristales Rotos

El ascenso nazi

Yo era muy pequeño demasiado como para que me diese cuenta de lo que ocurría. La situación de Alemania era pésima, los marcos no valían nada y la gente quemaba billetes de miles de millones todos los días para calentarse.
La reciente instaurada República de Weimar era un auténtico desastre, un verdadero fracaso, una vergüenza hacia el pueblo alemán.
Los comunistas derrumbaban los antiguos monumentos del Imperio Alemán como por ejemplo las estatuas del Káiser Guillermo II u otras estatuas ajenas a la república instaurada recientemente.
También la república estaba en bancarrota y había un problema social impresionante. Los continuos golpes de estado de la derecha dejaban muertos por las calles. Los ciudadanos comunistas hacían intentos revolucionarios en el que morían todo tipo de gentes daba igual que fuesen niños, hombres, mujeres... Las fuertes crisis económicas eran un gran problema, la gente se quedaba sin trabajo y no recibía ningún tipo de ayuda. Era todo un verdadero desastre. En el año 1931 hubo casi 8 millones de parados. La banca no tenía dinero de ningún tipo porque tenía que pagar indemnizaciones a los vencedores de la guerra, es decir, a los aliados. Y lo que faltaba fue el crack del 29, una recesión económica impresionante que le quitó el poco prestigio que le quedaba a la república.

Mis padres, eran comunistas. Pero lo gracioso es que eran comunistas adinerados. ¿cómo podía ser eso?
A mí eso siempre me pareció raro porque al fin y al cabo¿no eran los obreros explotados los que votaban al partido comunista?
Mis padres, tenían ese tipo de ideas, les gustaba la idea del laicismo pero, desgraciadamente no era todo tan maravilloso como pensaban. Los políticos comunistas apenas respetaban los principios de las maravillosas ideas comunistas.

Otro tipo de partidos estaban ganando algo de poder el partido de Adolf Hitler estaba ganando escaños llamado NSDAP, Nationalsozialistische Deutsche Arbeiterpartei en alemán, un partido realmente fascista, ultraderechista y racista, un partido que no nos convenía. Odiaban a las otras religiones y a la que más al judaísmo. Mis padres tenían un miedo terrible porque cada elecciones conseguían más y más escaños y los alemanes se estaban votando a los fascistas.
Mis padres tenían muchísimo miedo, terrible inimaginable.
Estos eran ultraderechistas, imitaban las ideas fascistas italianas de Mussolini o de la radicalización de Primo de Rivera en la joven República Española.
En las elecciones, los ciudadanos alemanes y alemanas les votaban porque se dieron cuenta que los comunistas o los partidos tradicionales alemanes como los conservadores o liberales no oponían solución próspera no más que recortes a el sector público y el aumento de horas de trabajo y bajada de salario. Éstos nuevos partidos ofrecían unas soluciones atrevidas y peligrosas, que podían estallar en otra guerra pero, aunque así, la ciudadanía alemana les apoyaba. Las soluciones eran cesar los pagos de las indemnizaciones a los países que ganaron la guerra mundial como Gran Bretaña y Francia y por consiguiente si estallase alguna otra guerra renovarían totalmente la armada alemana con la última tecnología y la profesionalidad de los soldados. Si fuera necesario, en su plan de campaña incluían la completa movilización del país para protegerse de la presente agresión.

Hitler, quería recuperar el magnífico explendor de El Imperio Alemán, o del antiguo Sacro Imperio Romano Germánico que fue destruído por el voraz Napoleón Bonaparte, que luego implantó La Confederación del Rin, un estado títere o satélite del Imperio Francés.
Hitler era un radical cristiano, muy racista, sobre todo con los pobres judíos que nos quería exterminar de alguna forma.
Aunque éste fuese Austriaco, llegó un momento que tenía apoyo absoluto entre los alemanes y en las elecciones de 1933, finalmente ganó.
Con ésta victoria la democracia alemana murió definitivamente y se impuso una dictadura.
La primera medida que tomó Hitler fue suspender las indemnizaciones de la Gran Guerra a los países vencedores y por tanto, rompió el Tratado de Versalles.
Luego, lo más perjudicable para nosotros fue la extorsión y el robo a los judíos. Nos registraban a todos las casas y los policías se llevaban nuestras pertenencias más valiosas
A mi madre le robaron sus colgantes con piedras preciosas como jade y diamantes, hechos con materialas muy valiosos como el oro y la plata y se llevaron la máquina de escribir de mi padre y un colmillo de elefante traído del sur de África que se lo había traífo mi tío Jacob a mi padre cuando iba a hacer negocios a todas las partes del mundo para ampliar su gran negocio de cafeterías Dreiwards.
Mi padre por tanto empezó a desanimarse y preocuparse de todo, por el miedo y desgraciadamente su negocio fue decayendo por la depresión que tenía el pobre hombre. Mi madre dentro de lo que cabe era algo más ignorante y pensaba que la cosa no iba a ser para tanto que habría gente que se rebelaría.
Luego Hitler creó la Gestapo,la policía nacional durante la época nazi. Fue implantada para sembrar el orden en la calle y para detenernos a nosotros, los judíos.

Puso en marcha el plan Mein Kampf que éste consistía en el intento de exterminio de judíos en los campos de concentración y lo mismo les harían a los socialistas o comunistas que no apoyaban al partido.

Era un gran protector de la raza maldita raza aria, los alemanes puros y decía que los demás no tenían cavida en éste mundo.

Entonces, mis padres cogieron tanto miedo que decidieron irse a otro país, a Holanda precisamente. Decidieron una noche teniendo en cuenta la opinión los hermanos Aaron, Edni y yo, Isaac. Y por fin, lo decidieron. Venderíamos la casa y el negocio de mis padres y con aquél dinero compraríamos otra casa y mi padre montaría otra vez su negocio de banca en Ámsterdam.
Abandonaríamos Berlín el siguiente día y viajaríamos con aquella pena de dejar todo lo que te importaba en aquel momento atrás. Viajaríamos en tren y yo mientras me acuerdo que precticaba mecanografía con la máquina de mi padre en ese largo y aburrido viaje.