Prologue
Mi ansiedad y yo.Mi brazo izquierdo estaba repleto de rayones que poco a poco iban tornándose de un leve carmín, mi labio inferior estaba todo seco y agrietado, con pequeñas heridas que amenazaban dejar escapar minúsculas gotas de sangre.
Sentía que el aire era escaso, que ya no podía respirar.Estaba entrando en pánico.
El ambiente escolar nunca me gustó. Odio a la gente con la que comparto aulas y clases, odio a los profesores, odio todo.
Estar encerrado dentro de cuatro paredes blancas no era del todo lindo, prefería estar cómodo en mi habitación aprendiendo en línea. Claro, también hay que sumarle la presencia de treinta personas que obviamente no eran de mi agrado.
Sin embargo, respiré hondo, buscando calmar a mi sistema nervioso que estaba a la nada de colapsar. Dirigí mis orbes marrones hacía las agujas del antiguo reloj que se sitúa sobre la pizarra.
"2:25, queda poco", pensé.
Tan solo era esperar cinco minutos más para poder irme del infierno del aula.
Para luego ir al infierno menor; el subterráneo.
Cerré mis ojos lentamente; atraje mi mochila a mí pecho, abrazándola como si mi vida dependiera de ello y entrelacé mis manos, aún abrazando la mochila.
Inhala, exhala.
Tranquilo Hyuck, pronto habrá paz.
Al parecer me había levantado con el pie izquierdo, pues nada parecía salir como yo esperaba.
Resoplé con cierto fastidio, saqué la billetera de mi bolsillo, dispuesto a buscar un poco de dinero con el cual recargar la tarjeta que se encontraba en cero. Separé un par de billetes suficientes para poder pagar el pasaje de vuelta a casa, guardé la billetera y aproveché el momento para sacar mis auriculares de la mochila.
Tan solo alcancé a abrir el bolsillo, pues un chico ocasionó un choque entre su mochila y mi brazo.
-Lo siento mucho - dijo el muchacho, dejando de correr para dirigirse hacia mí, con su respiración agitada. -Estoy con un poco de apuro - agregó, para después agacharse y recoger el dinero que previamente había caído, entregándomelo.
Sentí mis piernas flaquear y mi labio inferior temblar. Con el poco de voluntad que quedaba en mi ser, tomé el dinero rápidamente, hice una pequeña reverencia con la cabeza y salí disparado hacia un kiosco.
Apoyé la tarjeta en el vidrio del mostrador y los dos billetes de $20, con eso sería suficiente para volver a mi hogar.
El dueño del kiosco me brindó una cálida sonrisa, y le agradecí internamente al universo de que el anciano amable entendiera mi deseo.
No tuve que esperar demasiado, en menos de diez minutos ya estaba mi tarjeta recargada.
-Gracias, nos vemos - murmuré bajo, para que solo el dueño y yo pudieramos escuchar esa simple frase.
Tomé el pequeño pedazo de plástico entre mis manos y volví a intentar sacar mis auriculares, teniendo éxito al fin.
Desenrosqué el fino cable blanco y lo conecté a mi teléfono móvil.
Spotify. Descargados. Heather.
Adoro esa canción con toda mi alma, no la puedo quitar de mi cabeza. Su melodía logra relajarme y me transmite demasiada tranquilidad.
Relajé mi cuerpo en un banco en el que me había sentado para esperar el transporte, coloqué mi mochila en mi regazo y puse total atención a la canción que sonaba desde Spotify.
Poco a poco mis ojos se cerraron, perdiéndome en la tranquila melodía de la pista que se reproducía.
Sentí una presencia a mi izquierda, acompañada de un profundo suspiro y el sonido de una lengua ser chasqueada dentro de una boca.
Decidí ignorar a la presencia y me volví a sumergir en la adictiva canción que estaba escuchando.
-But you like her better - entoné bajo e inconscientemente, acompañando el beat de la canción con leves golpes con mi pie derecho.
-Wish I were Heather - escuché una voz a mi izquierda acompañar mi canto. Abrí mis ojos de repente y giré mi cabeza para poder ver mejor al dueño de aquella voz algo ronca y gutural.
El muchacho que hace un rato me había chocado, ahora estaba sentado al lado mío, mirando con detenimiento mis manos juguetear con la tela de la mochila.
-Tercera vez que te veo en el día, el destino quiere que te vea seguido - alcancé a escuchar, debido a que la música seguía reproduciéndose.
Removí uno de los auriculares para poder escuchar un poco mejor a mi entorno.
-¿Tercera vez? - murmuré demasiado bajo, apretando con mayor fuerza el agarre a mi mochila.
El muchacho de cabellera azabache asintió con una sonrisa sin mostrar sus dientes. -Eres muy lindo y tierno como para pasar desapercibido en la universidad - elogió, emitiendo una leve risilla al finalizar. -Soy Mark, Lee Mark. ¿Tu nombre es igual de lindo que tu rostro, Canelita? - su mano se extendió en frente de mí a modo de saludo.
Me limité a fruncir mi ceño, algo enojado. ¿Acaso se estaba burlando de mi piel? Ese apodo parecía decirlo todo.
Empezaba a sentir mis ojos cosquillear ante el simple hecho de pensar que estaba siendo criticado por mi bronceada piel. Mis ojos se movían rápido, miraba a cualquier lado para evitar ver la cara de aquél desconocido.
Huí.
Tomé mi mochila y salí corriendo lo más rápido que pude hacia la salida del subterráneo.
Ya estando fuera, empecé a correr por las calles, intentando llegar a mi casa lo antes posible. Necesitaba descansar de este tan cruel día.
Odio tener que pasar por estas situaciones, odio no poder conversar ni hacer amigos en paz, odio sobrepensar todo lo que pasa. Odio mi ansiedad social y mis trastornos mentales.
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🍁 ⃝ 𝖦𝗈𝗈𝖽 𝖭𝗂𝗀𝗁𝗍 !𝖬𝖺𝗋𝗄𝗁𝗒𝗎𝖼𝗄 ꒱
FanfictionDonghyuck quería pasar una sola noche tranquilo, sin tener que tomar pastillas para dormir ni llorar por los dolores cabeza. Afortunadamente, su solución tenía apellido y nombre: Lee Mark. 🍁 ⃝ NCT fanfiction ! 🍁 ⃝ Romance + drama + fluff !...