C. II

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Chapter II
Pánico.











La insistente alarma hacía eco entre las cuatro paredes de la amarillenta habitación.

Donghyuck refregó sus ojos, soltó un suspiro exhausto y apagó la alarma proveniente de su teléfono celular. No tenía ganas de ir al colegio ese día.

A decir verdad, nunca tenía ganas de ir al colegio; pero ese día en particular, tenía menos ganas que nunca.

Terminó por sentarse en el borde de su cama, quedándose pensativo durante unos minutos. Luego, se colocó sus pantuflas color marrón y se dirigió a rastras hasta su baño privado.

El castaño se miró al espejo, estaba hecho un asco.

Con recelo y cansancio, tomó el cepillo para el cabello y empezó a desenredar su morocha melena. Acto seguido, tomó la pequeña plancha de pelo y la conectó, para luego, empezar a alisar algunos cabellos rebeldes que tenía debido a la estática.

Sonrió satisfecho al haber terminado de planchar su cabello, para luego abrir el tocador y sacar diversas cremas y cosméticos para su piel.

Untó la crema en su cara y manos, asegurándose de cubrir las áreas a la perfección, para al finalizar, comenzar a aplicar un sutil corrector para cubrir sus apenas notorias ojeras.

Una vez listo y luego de poner todo en su lugar, salió del baño, emprendiendo rumbo al comedor, donde ya su progenitora se encontraba sirviendo el desayuno.

— Buen día mi príncipe, ¿cómo amaneciste?— saludó con cariño la mujer, a la par que terminaba de servir café en una taza.

— Hola mami, todo muy bien, ¿y vos?— respondió Donghyuck, acercándose a depositar un suave beso en la mejilla de su madre antes de sentarse a degustar el desayuno.

Con una sonrisa en su rostro, Minsoo, la madre de Hyuck, tomó asiento al lado de su hijo y comenzó a ingerir la comida para acompañar a su hijo. — Ahora, ya está todo mejor, al saber que estás bien— respondió.

Siguieron gozando del desayuno en silencio, un cómodo silencio. Al haberse acabado toda la comida, el castaño decidió hablar, trayendo el tema que le torturó la cabeza la noche anterior. — ¡Mami, pude responderle a Mark anoche!— comentó con alegría, mientras ayudaba a su madre a alzar los trastes utilizados para desayunar.

— Eso es genial, mi vida. ¿Qué le dijiste?









— ¡¿Qué te dijo qué?!

— Por tercera vez, que quiere hablar conmigo a la salida. Pero será que sos imbécil o ciego, ¿no leés lo que dice ahí?— respondió Mark.

Jaemin estaba asombrado, le costaba procesar la información que le era brindada.

Lee Donghyuck citó a Lee Mark a que se conozcan por voluntad propia al terminar las clases.

— Pero qué mier-

— No pudo con mis encantos, es que soy irresistible.

El rubio frunció el ceño, mirando de arriba a abajo al pelinegro con cierto desprecio forzado. — El único encanto que tenés es el de que te va muy bien en fútbol, porque fuera de eso, no encantás ni a un sapo.

— Ay, callate un rato, haceme el favor— Mark le revoleó los ojos a su amigo, para luego comenzar a caminar hacia su aula correspondiente.

Jaemin le siguió, de todas formas, sus aulas quedaban en el mismo pasillo. El tema de conversación cambió, centrándose en la historia que el rubio nunca pudo terminar de contarle a su querido amigo: cómo él pudo hacer un avance con Renjun, su crush. El cual se encontraba caminando hacia él con una sonrisa.

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⏰ Última actualización: Jul 15, 2023 ⏰

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