Capítulo 18

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AZARIEL

Acomodo mi sombrero, sonriéndole al espejo, incluso le hago un par de poses como todo un rebelde sin causa para saber si me veo bien de cualquier lado.

—Sí, estás bien guapo, ya deja de asustar al espejo. —Louis entra a la habitación, vestido como yo pero más informal—. Ya está todo listo, lo de la sorpresa de bodas, quiero decir.

—¿Tan rápido?

—Obvio, aunque fue toda una aventura, Karen ha tenido a Emma encerrada en la habitación de sus padres, digo, en su habitación matrimonial, y ella ha insistido en salir a ver cómo va todo lo de la comida o si ya llegaron invitados, ya conoces cómo es de terca. Y con siete meses y medio, se aferra más a las cosas.

Me río. Por supuesto que ella quiere que todo quede perfecto, y yo también, por eso pedí la ayuda de todos los amigos que tenemos. Las cosas que he hecho en las últimas semanas han sido para que ella sepa que yo haré lo que sea con tal de verla feliz.

Incluso hablar con su madre.

—Puedes revisar si quieres —se acerca al espejo y también hace lo mismo que yo hice, peinando su semi largo cabello—. Karen y yo dejamos algunas cosas de más.

—No es necesario, quiero sorprenderme del resultado cuando lo vea junto a Emma. Muchas gracias por tanto, compadre.

—Ay, no me hagas llorar —Me da un gran abrazo—. Lo hago todo con gusto, Azariel, eres mi mejor amigo y el socio más chingón que he tenido en la vida... bueno, eres mi único socio al momento, pero tú me entiendes.

—Tendremos más pronto, así que espero que eso no cambie. —Nos reímos, aceptando también que ya es hora de salir.

Con la herencia, venían cosas secretas que el notario aseguró que Elías había puesto en los instructivos, la empresa sería asociada de por vida al campo, hasta decía que Emma debía firmar la documentación sin quejarse, y por supuesto que mi futura esposa ni se quejó, más bien pidió participar con las cuenta y ese será a partir de ahora su nuevo trabajo. También venía una carta para ella, una para mamá y otra para mí, en la de ella confirmaba con sus propias palabras la verdad que descubrimos, incluso decía que miráramos las cintas, y que Emilia no era mala, solo estaba lastimada y todas las decisiones que tomó, fueron para intentar sanarse de lo que había pasado con Ezequiel. En mi carta, me pedía cuidar de Emma, sabiendo bien que la volvería a ver después de su muerte por razones de negocios y que confiara mucho en mis decisiones, porque siempre eran bien tomadas. En la de mamá, por supuesto que él pensaba que no iban a morir juntos, porque todo decía que la amaría por siempre, y que nunca lo olvidara.

Sin duda Elías era un gran padre, a pesar de que jamás pudo tener hijos biológicos, Emma y yo fuimos y seremos siempre sus hijos.

—Ya llegó el juez. —Ernesto, igual de elegante, aparece por la cocina—. Ya Antonia lo llevó al granero, así que se me va para allá porque la novia no tarda en bajar.

Emocionado, me acomodo de nuevo el sombrero mientras Louis me arrastra al granero, burlándose de mi nerviosismo. Estando ahí, miro las caras conocidas que me van felicitando hasta que llego al final donde saludo al juez.

Espero por eternos cinco minutos hasta que vitalizo a Karen con su vestido morado con mariposas que eligió Emma, le sigue Antonia, con un diseño distinto, pero con la misma temática. Luego va Danna, a quien invitamos a la boda después de contarles a ella e Isaí la verdad de nuestra relación, Isaí hasta se puso contento de saber que siempre sí formaría parte de nuestra boda. Su apuesta se cumpliría mejor, dijo.

Y, finalmente, veo a Emma. Trae su vestido corto como lo quería, lleno de encajes de flores, cubriendo su barriga. Y lleva unas botas vaqueras blancas al igual que el sombrero.

Un hogar para dividir contigo© [Todo contigo #2] PRÓXIMAMENTE EN PAPELDonde viven las historias. Descúbrelo ahora