Eunoia

Capitulo II

"Todo tira"

Cada vez que Luca intentaba terminar una cuenta matemática, se volvía loco. No entendía como esos números podrían ser la explicación de todo un lenguaje, de un universo. Se tomo la cabeza con ambas manos, frustrado al no entender nada de lo que tenía anotado en su hoja, la tomo con furia y la partió en cientos de pedazos, a menudo, Luca se frustraba por no poder lograr la tarea que se le encomendaba, pero era Tobias quien le recordaba el relajarse y disfrutar del proceso.

Solo que ahora Tobias no estaba, Luca odiaba cuando desaparecía de esa manera.

Intento tomar un sorbo de su café, pero pronto se dio cuenta que la taza estaba vacía, ya no contaba con ningún método que lo mantuviera lúcido y concentrado en la tarea. Decidió dejarla de lado, harto de su propia frustración, los números le parecían muy interesantes y difíciles, no los entendía, pero quería hacerlo. Tal vez por la propia estima que le tenían todos o el ver cómo a su alrededor si podían con aquellas cosas.

Determinó que lo mejor era cambiar de aire, por lo que tomo la nota que su madre le había dejado en su escritorio, llamando a su criada, la nota era una invitación a la fiesta de mayoría de edad de la joven O'Brien, la hermana menor de la actual princesa heredera. Partirían al otro día por la mañana y Luca debía preparar sus maletas, pero eso en su lenguaje significa que su empleada lo haga.

—Karmen —la saludo cuando su empleada, una mujer de cincuenta años de cabello castaño con unas pocas canas, se adentraba en su cuarto con rapidez—, por favor prepara una maleta para una semana.

Luca se preguntaba si Tobias viajaría a aquella boda; sabía claramente que estaba en Amissa de contrabando, sus padres creían que él se encontraba en el Continente Sur estudiando abogacía como su hermano mayor. Solo que su amigo se había escapado en medio del viaje hacia Amissa con la intención de hacerse aprendiz de comerciante y poder formar su propia reputación, lejos del apellido familiar.

—Claro, Señor, ¿llevará traje? —le pregunto la empleada al saber perfectamente que Luca vestía generalmente con un pantalón de vestir y una camisa holgada, sin nada más.

—Si, pon también los gemelos que me regaló mi madre por mi cumpleaños, por lo menos si se enoja conmigo tengo una forma de conmoverla.

—Dejaría de hacerla enojar si no fuera tan rebelde, un día la matara de un susto con sus proyectos —lo regaña la empleada sacando la ropa del armario.

—Calla, Karmen, que si la nombras tanto aparecerá.

—No lo hará, salió con la vecina a comprar un vestido.

—Entonces no volverá hasta el anochecer.

Luca sabía perfectamente que su madre era una apasionada de la moda, cada detalle y combinación debía ser aprobada por ella y se mataba buscando trajes que la hicieron y vayan con la seriedad de la familia Ross. Bajó animadamente las escaleras sabiendo que nadie más se encontraba en la casa, por lo que le mandó la tarea al mayordomo de enviar un mensajero a la casa de su amigo para que venga. Este asintió y dio la orden en el momento, por lo que Luca solo se sentó a esperar su nuevo café mientras aguardaba por su querido y fiel compañero Tobias James.

Acomodo el almohadón detrás de su espalda en busca de más comodidad, la sala de su casa contiene tres sofás de estilo victoriano acomodados en forma de C, dos individuales y uno de tres personas; en el frente se encontraba una pequeña mesa decorada por un jarrón y más adelante una chimenea con un fuego que solo se volvía penumbra por las noches. Las paredes eran de color celeste, el favorito de su madre, en las esquinas del techo hacia decoraciones de oro que se enrollaban al gran candelabro que congaba en el centro. Era un lugar pequeño pero suficientemente grande para contener a varias personas, los muebles eran de un tono oscuro, había dos armarios de cristal que contenía toda la vajilla de la casa.