porque el que no sabe lo que quiere, sólo está por estar

zapatos nuevos

Yo creo en las supersticiones y ya lo sabías, por eso quisiste comprarme unos zapatos nuevos y yo te dije que no, porque hay una leyenda china que dice justo eso, que los zapatos a una pareja no deben obsequiarse porque son una forma de ayudar a que se vaya. Y yo me fui.

No éramos una pareja, al menos no para ti, no a tu vista, no como yo quería ni como tú evitabas. Nunca me quisiste para algo serio, para un futuro juntos, incluso si hacías planes conmigo a futuro, si decías querer estar a mi lado por años pero sólo pudiste fingir durante cuatro meses. Pero eso no significa que yo haya sentido eso mismo.

Sé que si tú me hubieras dado esos zapatos, yo me hubiera quedado si tú me hubieras querido claramente, fielmente, duraderamente.

Pero no. No lo hiciste o no lo sé, quisiera saberlo pero tengo miedo de la respuesta.

Y aquí estamos, caminando en aceras diferentes con personas diferentes o en soledad viendo cómo tú sí puedes. Como si desecharnos fuera tan fácil, como si no me hubieras amado o como si sentir amor y decirlo fuera tan sencillo en este momento. Como si después de haber vivido el amor de tu vida, los demás no importaran. Los demás fueran sólo de papel, papel que llora y se deshace en su misma celulosa. Papel que puedes pisar con esos zapatos viejos porque no quise darte nuevos, zapatos que usas para caminar y alejarte más. Caminar con cualquier persona que busque sacarte de esa miseria de la que no quieres salir, caminar, simplemente buscar alejarte de mí, de todo lo que nos prometimos y de todo lo que fingiste para que me quedara una noche más, un día más, una crisis más.

Tal vez porque sentiste demasiado amor por mí, o porque no me acoplé a lo que creíste merecer, ya sea eso bueno o malo. Y tal vez lo es, tal vez no me merecías de una buena o mala forma.

Y si no estábamos destinados a estar juntos, ¿tú tenías que mostrarme algo? Las supersticiones y mis creencias me persiguen, el creer que estábamos destinados a algo, aunque sólo fueras a romperme el corazón, incluso si esa tarotista nos dijo que yo lo haría. Me vio y me describió, te reíste porque sabías que era a mí a quien describía. Pero ¿por qué te quedaste? Sabiendo que yo lo haría, porque desde mi perspectiva yo lo di todo, te quise y te amé de una forma intensa, pero tal vez lo intenso no es para ti si no son drogas, si es sentir algo tan fuerte no lo quieres y tienes que salir con más personas para demostrarte que no fuimos nada, o genuinamente piensas y sientes que no lo fuimos.

Buscando tu presencia es simples detalles que me hacen sonreír, porque sí te extraño pero sé que no debería, y no me molesta extrañarte porque significa que sentí algo, algo lindo y algo bueno. No como tú, que buscas desecharme y pensar que te odio y buscar hacer lo mismo sólo para quedarte tranquilo.

No quise darte zapatos porque sabía que te irías, porque ya parecías querer hacerlo y traté de que te quedaras, que me quisieras, traté de ser suficiente, pero para ti nunca lo fui, nunca lo seré y no quiero serlo. Porque te extraño, porque te quiero, pero ya no quiero nada contigo porque sé que no me lo vas a dar, porque sé que merezco más, aunque a veces desearía que fueras tú, que tú estuvieras quieriéndome tanto que quisieras mi simple existencia.

Y tú no tuviste que darme zapatos para que yo supiera que tenía que irme, sólo necesité tu indiferencia para saber que yo no debí pertenecerte. Y sólo bastó con saber que pudiste buscarme, que sabías dónde estaba y me conocías tan bien como para encontrarme en algún lugar; pero no lo hiciste aunque yo cruzaba la calle al llegar, viendo a todos lados porque trabajabas a un lado de mi lugar favorito pero nunca pudiste ir a decirme que me quedara, inclusive si no era para algo romántico.

No tuviste que darme más que un corazón roto y pisoteado por tu egoísmo para saber que ya no había más de nosotros que salvar, porque caminé lejos de ti con zapatos viejos y lágrimas nuevas.

(agosto 11, 2022)