Pokémon Sol pero soy del Team Skull (Nuzlocke Roleplay)

Recuerdos Del Pasado

Lylia y yo fuimos lo más rápido que pudimos a la Aldea Marina, para pedirle al capataz de la tribu del mar que nos ayude a llegar a Palaunu. Nos subimos a su barco y navegamos hacia allí, porque el capataz sabía donde estaba. Al principio era un viaje tranquilo, pero luego apenas se veía por la niebla y el barco no paraba de moverse. También nos atacó un grupo de Sharpedo, pero conseguí auyentarlos gracias a Dory. Al final llegamos a Palaunu, aunque tardamos un buen rato. El capataz volvió a Poni en su barco (le presté a Dory por si le volvían a atacar los Sharpedo) y Lylia y yo fuimos a buscar la flauta. Lo primero que hice fue abrir el mapa de la Rotomdex, indicaba que estaba en medio del agua así que puse una cruz en el lugar que estaba para poder volver volando sin problemas. Estuvimos caminando por la pequeña isla y una palmera (que resultó ser un Exeggutor de Alola) nos atacó. Lo derroté sin complicaciones y seguimos nuestro camino. Se puso a llover y para no enfermarnos, nos pusimos a cubierto en una cueva que vimos atrás.

Supusimos que estaríamos un rato allí así que empezamos a hablar:

Lylia: La lluvia me recuerda a cuando de pequeña me puse a bailar con madre bajo la lluvia, aunque pillamos un resfriado que nos dejó varios días en cama.

Yo: ¿Y qué pasó?

Lylia: ¿Cómo qué qué pasó?

Yo: ¿Qué pasó para que cambiará tanto?

Lylia: No lo sé, de un día para otro padre desapareció investigando los ultraumbrales y desde entonces a Madre solo le interesan los ultraentes.

Yo: Vaya, lo siento mucho.

Lylia: No lo sientas, no es culpa tuya. ¿Tú alguna vez has bailando bajo la lluvia?

Yo: Si con bailar cuentas enfrentarse a un montón de Wishiwashi, sí.

Lylia: ¿Y que tal te fue?

Yo: Sinceramente solo pude pasar esa prueba porque tenía muchas pociones que recogí del suelo o me dieron otros entrenadores. Aunque la victoria se la debo a Mosca, - mirando su pokeball - estuvo mucho rato resistiendo los ataques del dominante.

Lylia: Me alegro de que te fuera bien.

Yo: Me fue bien a medias, murió uno de mis pokémon y fue una pena porque me ayudó mucho contra Kaudan y el 1r dominante. Siempre te recordaré Kenneth.

Lylia: Lo siento mucho.

Yo: No lo sientas, no es culpa tuya.

Lylia: Aparte de Kenneth y aquel Wingull que usaste contra Kaudan...

Yo: Currucucu.

Lylia: ¿Has perdido algún otro pokémon?

Yo: Sí, ¿te acuerdas de Pájaro Loco?

Lylia: ¿Aquel Pikipek que si no recuerdo mal sacaste contra Tilo para cambiarlo al instante?

Yo: Si, fue el 1r pokémon que capturé y el 1º que no pudo soportar el arduo Recorrido Insular.

Lylia: Es una pena.

Yo: Ya.

Lylia: Tus pokémon te quieren mucho y confían en ti. ¿Cómo lo haces?

Yo: La persona que me enseñó a combatir me dijo que tenía que ver atraves de los ojos de mis pokémon para comprender la situación. Así es como hemos acabado entendiéndonos tan bien.

Estuvimos un largo rato hablando, ella me contó historias de cuando era pequeña y yo le contaba detalles de mis pokemon, mi experiencia en el recorrido insular e historias junto al Team Skull.

Al final terminó de llover y pudimos continuar nuestro camino.

Subimos por una colina y vimos una especie de pedestal con una flauta anaranjada y con decoración solar. Cogí la flauta y la metí en mi mochila. Ya teníamos las 2 flautas quedaba volver al altar de Poni. Gracias a Charizard, Lylia y yo volvimos a la Aldea Marina sin problemas. El capataz me devolvió a Dory y fuimos hacia la casa de Hela.