𝙲𝚑𝚊𝚙𝚝𝚎𝚛 𝙸.

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❛❛  𝘚𝘢𝘭𝘵 𝘢𝘪𝘳, 𝘢𝘯𝘥 𝘵𝘩𝘦 𝘳𝘶𝘴𝘵 𝘰𝘯 𝘺𝘰𝘶𝘳 𝘥𝘰𝘰𝘳
𝘐 𝘯𝘦𝘷𝘦𝘳 𝘯𝘦𝘦𝘥𝘦𝘥 𝘢𝘯𝘺𝘵𝘩𝘪𝘯𝘨 𝘮𝘰𝘳𝘦
𝘞𝘩𝘪𝘴𝘱𝘦𝘳𝘴 𝘰𝘧 "𝘈𝘳𝘦 𝘺𝘰𝘶 𝘴𝘶𝘳𝘦?"
"𝘕𝘦𝘷𝘦𝘳 𝘩𝘢𝘷𝘦 𝘐 𝘦𝘷𝘦𝘳 𝘣𝘦𝘧𝘰𝘳𝘦"  ❜❜

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El aire salado me agobia, pero ella está aquí.

El pánico se apodera lentamente de cada célula de mi cuerpo, sin embargo, trato de convencerme de que nada saldrá mal.

No puede, porque 𝘦𝘭𝘭𝘢 𝘦𝘴𝘵𝘢́ 𝘢𝘲𝘶𝘪́.

¿Soy fatalista?, un rápido análisis hacia mi persona concluiría que no tengo remedio. Pero ella está aquí. Está aquí y no le importa.

Respiro profundo y cierro los ojos. Es efímero. Sé que nuestro tiempo juntas está contado y que debería estar disfrutando cada segundo, en lugar de dejar que mis tormentosos recuerdos creen una avalancha de inseguridad que me hará ahogarme antes de alcanzar la orilla.

Siento sus delicados dedos en mi cabello y un suspiro abandona mis labios. Es cuidadosa, dulce... No sé qué fue lo que hizo que se fijara en mí; no sé qué vesania pudo poseerla para estar aquí conmigo, pero para este punto, creo que ya no hay vuelta atrás.

Estoy enamorada.

Su respiración se mezcla con la mía y de pronto ya no percibo el salitre en la atmósfera. Solo la siento a ella. El apacible aroma a frutos rojos que desprende su cabello, contrastado con el toque sutil de vainilla en su piel... Me vuelve loca.

Es absurdo. Irracional. Imprudente, incluso... Pero elijo ignorar todas las advertencias. Ignoro a la voz de Joseph dentro de mi cabeza, que a gritos me suplica que abandone por completo la insensata idea de vivir esta aventura... Pero, ¿cómo puedo hacer eso, si la siento en cada hueso de mi cuerpo?

Me pregunta en un susurro si estoy bien, si estoy segura... Sé que escucha el tormentoso ruido de mi cabeza, porque lo hace varias veces al día, sin importar cuál haya sido mi respuesta anterior. No le respondo con palabras, porque junto a ella no son necesarias. Nuestra conexión va más allá de lo banal, de lo común. La sujeto de la cintura y la obligo que tome asiento sobre mí. Suelta un pequeño chillido por la sorpresa, pero no le doy tiempo de analizar demasiado lo que está ocurriendo.

La beso.

La beso para intentar recordarle por qué estamos aquí en primer lugar. Nos queremos, somos víctimas de un amor furtivo y escandaloso, pero puramente intenso y pasional.

Presiono mis labios con, tal vez, demasiada delicadeza. Le doy tiempo de apartarse, pero no lo hace. En su lugar, profundiza el contacto y me regala la placentera y ardiente presencia de su lengua. Cuando la entrelazo con la mía, solo puedo presenciar un espectáculo de fuegos artificiales en la parte trasera de mi mente.

¿Esto está mal?
Y si lo está... ¿por qué se siente tan bien?

Tenemos nuestro lugar especial. Un rincón secreto donde nos encontramos después de clases para... esto. No soy capaz de aparentar frente a ojos ajenos, y parece que ella tampoco. Me toca con la misma hambre, se aferra a mí con la misma necesidad...

𝘕𝘦𝘤𝘦𝘴𝘪𝘥𝘢𝘥.

Sí, es la palabra correcta. Porque nunca antes había necesitado algo tan fervientemente como la necesito a ella.

𝙖𝙪𝙜𝙪𝙨𝙩Donde viven las historias. Descúbrelo ahora