𝙲𝚑𝚊𝚙𝚝𝚎𝚛 𝙸𝚅.

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❛❛  𝘉𝘶𝘵 𝘐 𝘤𝘢𝘯 𝘴𝘦𝘦 𝘶𝘴 𝘭𝘰𝘴𝘵 𝘪𝘯 𝘵𝘩𝘦 𝘮𝘦𝘮𝘰𝘳𝘺
𝘈𝘶𝘨𝘶𝘴𝘵 𝘴𝘭𝘪𝘱𝘱𝘦𝘥 𝘢𝘸𝘢𝘺 𝘪𝘯𝘵𝘰 𝘢 𝘮𝘰𝘮𝘦𝘯𝘵 𝘪𝘯 𝘵𝘪𝘮𝘦
'𝘊𝘢𝘶𝘴𝘦 𝘪𝘵 𝘸𝘢𝘴 𝘯𝘦𝘷𝘦𝘳 𝘮𝘪𝘯𝘦
𝘈𝘯𝘥 𝘐 𝘤𝘢𝘯 𝘴𝘦𝘦 𝘶𝘴 𝘵𝘸𝘪𝘴𝘵𝘦𝘥 𝘪𝘯 𝘣𝘦𝘥𝘴𝘩𝘦𝘦𝘵𝘴
𝘈𝘶𝘨𝘶𝘴𝘵 𝘴𝘪𝘱𝘱𝘦𝘥 𝘢𝘸𝘢𝘺 𝘭𝘪𝘬𝘦 𝘢 𝘣𝘰𝘵𝘵𝘭𝘦 𝘰𝘧 𝘸𝘪𝘯𝘦
'𝘊𝘢𝘶𝘴𝘦 𝘺𝘰𝘶 𝘸𝘦𝘳𝘦 𝘯𝘦𝘷𝘦𝘳 𝘮𝘪𝘯𝘦. ❜❜

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Así como llegaste decidiste marcharte.
Como una promesa que se lleva el viento.
Un anhelo perdido entre recuerdos marchitos y botellas de vino vacías bajo la cama.

Un deseo que, infortunadamente, no llegó a cumplirse.

¿Qué me queda ahora?

Las marcas de tu labial en mi camisa blanca. El fantasma de tus uñas arañando mi espalda... El café en las mañanas, las miradas coquetas entre seminarios que cualquier persona pudo haber interpretado como lo que era, de haber prestado atención.

Pero todo lo que empieza tiene su final. Lo sé; siempre he sido consciente de que no duraríamos para siempre, pero esperaba equivocarme. O al menos, esperaba que nuestro marcador no alcanzara su límite tan de prisa.

Te escapaste y acabaste siendo un momento más entre la infinidad del tiempo. Pero, un momento que llevaré en mi corazón hasta su último latido.

Nos recuerdo con una sonrisa, pese a la desgracia que me embistió sin previo aviso. Puedo vernos todavía envueltas entre tus sábanas de seda. Tus piernas entrelazadas con las mías, tu suave risa en mi cuello, haciéndome cosquillas.

¿Cómo pudo no ser real?
Después de tanto... ¿Realmente signifiqué algo para ti?

No, por supuesto que no.

Nunca fuiste mía. No realmente.

Otros brazos te esperan cada noche; te arropan, te protegen, te cubren de todo lo malo que ocurre en el mundo. Y desearía ser yo.

No me dijiste. ¿Por qué no me advertiste que tenías una familia?

Analizo en retrospectiva nuestra relación y me llena de aflicción entender que no fui más que una diversión pasajera para ti. Un cambio en la rutina, una aventura que no duraría más allá del verano.

Eres feliz. O al menos, eso aparentas. Pelean más de lo que nosotras lo hacíamos, pero debe ser reconfortante para ti, porque sigues ahí. Nunca me miraste así, nunca me diste ese lugar... Y ya comprendo que es porque no me pertenecía.

Tus te amo me saben amargos ahora y quiero odiarte. Necesito odiarte, porque también necesito superarte. Pero no puedo.

Fui tu distracción, pero por el contrario, tú fuiste mi todo.

¿Por qué dejaste que llegara tan lejos si nunca me quisiste de la misma manera?

Te veo en todos lados, ¿cómo quieres que te saque de mi cabeza?

Nunca fuiste mía, pero por un momento, se sintió como si solo existiéramos las dos. Deseo congelar el tiempo en ese pequeño infinito que en algún instante nos perteneció. Donde yo era tuya, donde me jurabas entre besos y gemidos que solo me querías a mí. Donde hacíamos planes a futuro, donde me permitías fantasear con que lo nuestro era una realidad.

Pero te fuiste. Duraste junto a mí el mismo período de tiempo que duraba una botella de vino en nuestras manos. Duraste lo mismo que nuestra canción favorita cuando sonaba en la radio; los mismos instantes que invertimos en bailarla donde quiera que estuviéramos.

Un deseo no cumplido.
Un anhelo desesperado.
Un grito de corazón herido.

Nunca fuiste mía...
Pero yo lo fui.

𝙖𝙪𝙜𝙪𝙨𝙩Donde viven las historias. Descúbrelo ahora