Capitulo 2

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*Pandas sedientos*
Malía
Estoy llegando
                                                          Yo
                                            Ya salí, estoy casi
Lara
No tardo, me tengo que vestir

Malía
Vives justo al lado, ¿como puedes llegar tarde?

Lara
Que no tardo pesada

Justo en ese momento levanto la cabeza del móvil y me encuentro con Malía, que ya venía poniendo mala cara.
-Yo la mato, es que es flipante.
-Ya sabes, cuánto más cerca vives más tarde llegas.
-Tendríamos que haber ido a otro, seguro que así llegaría puntual, además es donde trabajaba mi ex pero claro, soy masoca y tengo que ir.
-¿Tu ex? ¿Y porque no lo dijiste antes?
-¿Que parte de "soy masoca" no entiendes? Además Lara me echaría la bronca por querer ir allí y buscaría otro sitio y más si ahora se entera de que no se lo he dicho, así que cállate o mueres.
-Uy que miedo me das.
-Camila no es broma.
-Que si pesada. Entonces... ¿Esperas encontrarte con el? ¿Era el de seguridad o algo?
-Noup, el que sirve en la barra.
-Vamos que hoy vamos a bailar poco y beber mucho.
-No, que me vea bailar, que vea lo que se pierde.
-Mirala que fuerte e independiente parece

Entonces llegó Lara, vestida perfecta como si no hubiese tenido que llevar toda la prisa del mundo, es que es guapísima, y eso que las rubias no me van, prefiero el pelirrojo natural de Malía. En resumen, que las veo mil veces más guapas que yo. Una vez dentro de la discoteca Malía fue la encargada de coger los primeros vasos, vi su cara de decepción nada más darse la vuelta, resultó que el no estaba, peso eso no impidió que bailara y disfrutara con nosotras.

Después de que Malía trajera los próximos 3 tragos yo ya no era persona, no veía borroso y si que entendía lo que decía, pero eso no significaba que tuviera sentido, Malía Lara y yo bailábamos y nos pegábamos las unas en las otras, Lara se acercaba al más mayor que veía y que creía que tendría dinero, Malía pensó que sería buena idea bailar con algún chico o chica que se acercara por si alguno de los amigos de su ex estaba por ahí y luego se lo contaban a él... Muy enrevesado todo. Llegados a cierto punto Malía ya no traía las bebidas y yo las había perdido de vista, así que decidí, como persona responsable, acercarme a la barra y pedir todo lo que hubiera en ella con un nombre que me dijera algo así como "bebe esto y muere."

-Uno de.... De... De lo que quieras. -dije y levanté la mirada a un chico con el pelo corto negro apoyado en su lado de la barra muy cerca de mi.
-Mira, tendrás que ser más específica.
-No se que beber.
- Pues no bebas.
- Tú no deberías ser simpático e intentar vender? Amargado -En una situación normal no sería tan grosera, pero las palabras salieron de mi boca antes de pensarlo
-Bueno, si tan amargado soy puedes perfectamente levantar tu culo de la silla e irte a bailar con los tíos de antes.
-¿Me estabas mirando?
-Vigilo a todo el mundo.
- No creo que eso sea tu trabajo.
-Y yo no creo que tengas ni puta idea de lo que va mi trabajo.
-Tú tampoco parece que tengas mucha idea.

En ese momento un hombre empezó a llamar l atención del chico y sin ni si quiera mirarme se fue a atenderle.
-Pero... Y mi puta bebida? - Dije gritándole
-Cuando te aclares me llamas, y si no vete a dormir la mona.
-¡Eres muy desagradable! -Grité levantándome de la silla para irme a la pista.
-¡Y tú muy pesada!

Encontré a Lara tirada en uno de los asientos medio dormida y a Malía aún bailando y para mi sorpresa besándose con una chica. Cogí a Lara de los hombros para levantarla y le hice gestos a Malía para indicarle que nos íbamos, ella con señas me dejó claro que se quedaba, dejé a Lara en su cama y como no tenia fuerzas para más me quedé dormida a su lado.

Al día siguiente me desperté y un olor a vomito inundó la habitación seguido de varios sonidos que parecían venir directos del averno. Lara estaba tirada en el suelo con la cabeza pegada al váter, se giró para mirarme y estaba más pálida de lo que yo pensaba.
-¿Como puedes si quiera mantenerte en pie?
-Me controlo bebiendo. -mentí, no iba a decir que el tío de la barra no me quiso servir. Aún así me encontraba mejor de lo que esperaba.-¿Encontraste a tu sugar?
-No creo que el tipo de sugar que busco tenga muchos ánimos para bailar toda la noche en una discoteca donde el maximo de edad son 35 años.
-¿Hiciste un tanteo de edades?
-No, pero me lo imagino.

Malía mandó una foto por el grupo con dos personas en una cama aparentemente dormidas.
- Chicas, me ha tocado el gordo. Salimos esta noche otra vez?
-No le digas eso a Lara, está que no puede ni mirarse a la cara.
-Esta noche estará como nueva, ya verás.
Y a mi por alguna razón que desconozco no me importaba volver a salir, es más, quería hacerlo. Se me vinieron unos ojos verdes a la mente. Tal vez si que supiera porque.

Soñando con esposasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora