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Ahora más que nunca su final estaba lejos de llegar, había sido salvado, antes de que su corazón diera su último latido fue salvado, pero nisiquiera el palpitar de su corazón lo hacía sentir vivo, el sentimiento de morir lo hizo sentir vivo, el estarlo no lo hacía.

Pero ahí se encontraba, más vivo que nunca.

Justo como Jeon Jungkook lo planeó, hizo todo lo posible para salvar a Park Jimin de la muerte.

-Señor Jeon el joven Park despertó.
Mencionó un sirviente.

-Ahora voy.
Respondío sin expresión alguna.

Sin esperar más se dirigió a la habitación en la cuál reposaba el joven Park.

Entro en silencio, encontrandose con unos bellos ojos felinos color esmeralda, brilando aún mas que los atardeceres, su mirada cargada de miedo y la suya aún neutra.

-No debes de temer Park.

Un gran escalofrío recorrió la piel del fragil cuerpo de aquel joven, erizando cada parte de si, estaba confundido y aterrorizado, tan solo escuchando la voz profunda de aquel hombre le hizo querer callar.

-¿No sabes hablar?

El señor Jeon no ayudaba a que las palabras de aquel muchacho salieran de su boca, quedandose atoradas en su garganta.

La poca paciencia que tenia el señor Jeon se agoto dando grandes pasos para la cama en dónde se mantenía el joven.

-Si no hablaras haré que lo hagas, y te arrepentirás de no haberlo hecho.
Dijo mientras lo señalaba con su dedo índice.

El realmente quería hablar pero las palabras no salían de su garganta.

Sus pensamientos lo estaban consumiendo, no sabía donde se encontraba, con quién, y mucho menos el porque.

-Estoy alargando tu hora de muerte, si no hablas ahora tendré que acortar tu sentencia y acabar contigo ahora.

Entre abrió su boca para mencionar algo, pero nada salió.

Miro directamente los ojos de su acompañante, fue ahí que noto el color de estos...

Rojos

Sin duda fue la mirada más intimidante que había visto en toda su vida, pero también la más bella, se sintió hipnotizado de tan solo ver atravez de estos una noche oscura y estrellada en tonalidades rojas,  no se explicaba porque los ojos de aquel hombre tenian aquel color, pero valla que le queda bien.

Nuna había chocado miradas con unos ojos como aquellos, cuando lo hizo los pensamientos se fueron y solo se enfoco en la belleza de estos, pero esto estaba mal, no conocía al tipo de nada.

Lucía como un demonio, pero de los que caían del cielo.

~¿Qué se supone qué hago aquí?¿Cómo conoces mi apellido? ?¿Quién eres?
Hablo con esfuerzo.

Su voz sonaba como la de un ángel, nunca había escuchado la voz de un ángel, pero sin duda se sentía como si ahora mismo la estuviera escuchando.

-Estas aquí porque te salve la vida, no solo conozco tu apellido Park Jimin, y soy tu sombra.
Respondió sus dudas, sin resolver ninguna.

~Por alguna razón no recuerdo que me hallas salvado la vida, mi pregunta fue el porque sabías mi apellido, no si también sabías mi nombre, y no se a lo que te refieres con que serás mi sombra.
Dijo aquello incorporandose de la cama.

-Pronto todo tendrá sentido Park.

~¿Pronto? Quiero que todo tenga sentido ahora.

-Eso sería apresurado, posiblemente intentarias escapar.

~¿Y qué si lo intento?

-Tendría que matarte, no puedes escapar de este lugar, no puedes escapar de mi Park Jimin.

~Puedo hacerlo, no pertenezco a este lugar.

-Tienes razón no perteneces a este lugar, pero me perteneces a mi.

~¿Pertenecerle?

-Eso mismo ahora es de mi propiedad.

~No soy de nadie, que equivocado esta.

-Es mío desde ahora.

~¿Acaso me compro? Nisiquiera de esa forma le perteneceria.

Cansado se acerco y tomo su muñeca, haciendo que le mirase a los ojos.

-He dicho que me perteneces, nadie cuestiona mis ordenes.

~Yo las cuestionare, mientras sean una mentira no tengo porque aceptar.

-No he mencionado una mentira, me pertenece joven Park.

~Siga soñando.

-No tengo que hacerlo, si sueño algo solo lo consigo, como en este caso, no tengo que soñar para que me pertenezcas, porque ya lo haces.

~Despierte de su ensoñación, no le pertenezco, nunca lo haré, no tengo nada que hacer aquí, me iré en cuanto pueda.

-No te irás Park Jimin, esta es tu vida ahora, pronto tendrás que ir a dormir a mi habitación, no saldrás hasta que entiendas ésto, además, no tienes a dónde ir, y aunque lo tuvieras no te dejaría libre, me perteneces a mi, no puedes irte sin importar cuánto lo desees.

~Me iré, y ni tú ni nadie va a impedirlo.

-Hazlo, vete lo más lejos que puedas, a dónde sea que vallas ahí estaré, soy tu sombra, no me notarás, nunca lo haz hecho ¿Cierto? Siempre he estado contigo, entonces ahora seré tu tormento, no podrás deshacerte de mi, te acompañaré en cada paso, cada movimiento, incluso en cada pestañear, ahí estaré, estaré hasta que pueda escucharte decir que me perteneces.

~No puedes hacerlo.

-Ya lo he hecho, durante toda tu vida, y durante el resto de está.

~Es imposible, nunca te he visto en mi vida, acepta que no te pertenezco.

-Lo hacés, sin importar cuánto lo niegues, mi maldición ya callo sobre ti.

~Suenas como un completo loco.

-Lo estoy cariño, completamente, solo recuerda que es un honor serlo.

~¿A qué te refieres con maldición?

-Si te vas ha bañar sería más fácil de saberlo, así notarás que me perteneces.
No puedes irte, nunca lo harás.

Nada sono como una advertencia, sono completamente como una afirmación.

Y entonces callo en cuenta que estaba atrapado.

Y la idea no le disgustaba del todo...

937...LJ

Drowned in your blood~KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora