Un castigo o una bendición, ver morir a las personas que quiere, ver morir al amor de su vida, estar sol por muchos años mientras espera a que ella regrese a el.
Podrá cambiar su destino?
Podrá el amor vencer a la ley de Dios?
Vivir para que ella m...
Todo comienza en el pueblo de Doja, un hermoso lugar prospero lleno de vida gobernado por los sabios, nobles y bondadosos reyes Inutaisho Xu e Irasue.
Los reyes solo pudieron tener un hijo el príncipe Sesshomaru Xu porque pocos años después que el príncipe naciera la reina callo presa de una extraña y terrible enfermedad que la confino a estar en cama y no paso mucho tiempo cuando la reina murió y el rey devastado por la muerte de su esposa no podía visualizar lo que sucedía a su alrededor hasta que fue demasiado tarde, cuando se dio cuenta lo que pasaba le pidió a su hombre de confianza, amigo y general Inuyasha Kim, que protegiera a su hijo, que hiciera lo que el no pudo hacer por el futuro rey de Doja, dejo en su testamento claro que el príncipe cuando fuera mayor se casaría con la Srta. Rin Kim quien era la hermana del general Inuyasha, al día siguiente del mandato del rey murió.
El joven príncipe creció, con el pasar de los años se fueron marcando rasgos varoniles que lo hacían ver agraciado entre las mujeres, era un joven alto cabello plateado y ojos dorados cual sol como lo fueron sus difuntos padres era una gran mezcla de los dos reyes. Doja en un lugar adecuado para vivir parecía ser un lugar pacifico, pero sin que nadie lo supiera dentro del palacio imperial se encontraba la mayor contaminación el secretario del iba poniendo en contra al príncipe Sesshomaru del general Inuyasha, poco a poco iba llenándolo de rencor mal infundado trataba día con día a que el príncipe desistiera de casarse con la hermana del general pero lo que el secretario no sabia es que el príncipe Sesshomaru ya esta enamorado de la hermana del general, tenia por costumbre escaparse todos los días a una hora establecida para observar a la que seria su futura reina Rin Kim, era el ser mas hermoso que había visto, hasta su nombre era hermoso estaba cautivado por la joven doncella, su largo cabello ébano, sus ojos cafes dorados y sus labios rojos eran el complemento perfecto para su futura reina, ese día como de costumbre estaba espiando a la doncella pero cometió un error hizo un ruido que alerto a la chica y volteo al lugar de donde provenía el ruido y vio a ese hermoso chico que nunca había visto, tanto fue su asombro que hizo caer uno de los platos de porcelana con los que estaba practicando para caminar como una Gran Reina, antes que alguien mas lo viera desapareció del lugar.
El príncipe Sesshomaru estaba convencido que lo que lo que le decía su secretario en contra de su general y futuro cuñado era verdad el pueblo aclamaba a Inuyasha mas que a su propio Rey, así que tomo una decisión y comenzó a enviar a Inuyasha a lugares inhóspitos y guerras de las nadie sobreviviría pero el era una excepción a esa regla siempre el volvía, seguía regresando a Doja.
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El día de la boda de su hermana el debía partir a una nueva guerra iba vestido con un traje de guerra su cabello largo estaba recogido en una cola mediana, se mostraba sereno para su hermana, esperaba que el rey la cuidara y que no sufriera, se detuvo a medio camino vio como el carruaje donde iba su hermana avanzaba al palacio y el tomaba otro camino uno que lo llevaría otra guerra de la que no debía regresar vivo.
Pasaron varios meses, cuando se escucho el sonido de la trompeta de la tropa de Inuyasha, Rin estaba emocionada volvería ver a su hermano, después de tanto tiempo, pero nadie esperaba lo que sucedería ese día, Inuyasha quería reunirse con el rey pero ni el ni sus hombres tenían permitido entrar al palacio imperial, el secretario indico que si avanzaban matarían a sus hombres y a sus seres queridos un por uno, pero decidieron avanzar al palacio y cada uno de sus hombres caían los pocos que sobrevivieron se protegían para no morir aun Inuyasha irrumpió en el palacio y lo primero que vio fue a su hermana, nadie sabe lo que hablaron solo fueron unas cuantas palabras pero fue suficiente para que el rey se llenara de cólera y gritara:
-Nadie tiene permitido fraternizar con ella, ya que la reina de Doja esta de parte del traidor
Y lo siguiente que vieron fue una fecha que atravesaba el corazón de la reina lanzada por unos de los soldados de reino pero fue permitida por su propio rey y esposo. Inuyasha se detuvo su hermana había caído no sabia si seguir avanzando o detenerse, algo pasaba por su mente y avanzo pero uno de los soldados del palacio lo corto con su espada evitando que avance uno de los solados de Inuyasha se acerco a el, algo dijo el General a su soldado el cual llorando tomaba la espada del general y lo atravesaba con ella, para después el mismo soldado ser acecinado por los hombres del rey.
El pueblo de Doja estaba triste, el palacio imperial estaba lleno de sangre y muerte, lo que mas los tenia triste era que el General Inuyasha había muerto también, todas esas muertes se pudieron evitar si Inuyasha se hubiera detenido, pero el decidió avanzar y condeno a muchos con su decisión, cuentan las personas que en castigo a sus actos Dios revivió a Inuyasha dándole la inmortalidad, haciéndolo vivir con sus recuerdos y su dolor aun presente de todo lo que perdió con la espada aun clavada en su pecho la vos de Dios le hablo a un moribundo Inuyasha.
-Vagaras por el mundo Inuyasha, hasta el día que la novia del Guardián Inmortal aparezca y será ella la que te libere de esta inmortalidad al retirar la espada de tu pecho, en ese momento regresaras al mundo de los muertos y serás libre para siempre y podrás descansar al fin.
Han pasado 950 años, desde ese día, no se sabe si el Guardián Inmortal, encontró a su novia o si aun sigue vagando por el mundo esperando a esa chica que lo libere de su castigo.
- Es una historia muy triste Abuela Kaede... dijo una Srta.
- Pues esa es la historia del Guardián Inmortal... dijo la anciana
- No creo que Dios hiciera algo así Abuela Kaede, pobre hombre que cruel castigo, no fue un hombre malo, el rey tampoco lo era solo estaba cegado por las mentiras que le dijo el secretario del reino. La anciana la escuchaba atenta a lo que decía la joven hasta que volvió a hablar.
- Esta ves si vas a llevar algo Sukiomi o te vas a quedar mirando todo como siempre.. dijo la anciana
- Quiero esto Abuela ... dijo Sukiomi mientras sonreía y tomaba una vincha para el cabello.
- Porque estas tan contenta hoy Sukiomi
- Ah, pues estoy me dieron una buena noticia, estoy embarazada Abuela, por eso estoy tan contenta.
- Otro niño mas en el mundo, que se puede hacer bueno te felicito Sukiomi
- Gracias por tus buenos deseos Abuela Kaede, me voy cuídate
