01

33 3 0
                                    


Querido Dio Brando, espero que te encuentres bien y con salud. Te escribo desde un aparato tecnológico de alto calibre según mi nieto Joseph Joestar. Gracias por todo y perdón por mi repentino abandono, Necesitaba tiempo, gracioso, ¿no? Tiempo para pensar, En vos, en mí, en nosotros.

Quiero terminar con el sufrimiento de mis emociones, acabar con el penar de mi corazón. Esto no es sano para ninguno de los dos, te imagino feliz en los brazos de otro, derritiendo tu corazón y mostrando tus emociones a otro, te deseo la felicidad y el amor más puro.

Yo estoy bien, cada día acepto más al nuevo mundo, es difícil pero no imposible. Extraño el ayer, pero me intriga el mañana.

Y, así como vos, trato de formar una nueva vida, un nuevo yo, que pueda adaptarse a este nuevo mundo.

Realmente te deseo lo mejor con Enricco Pucci, me genera felicidad tu autonomía y responsabilidad, a Padre le hubiese encantado verte formar una familia con la persona que escogieras. Sé que pasaron muchas cosas que no debieron ocurrir entre nosotros, se cometieron errores y resalvos, pero no voy a permitir que nadie se interrumpa en tu paz ni en la mía.

Conocí a alguien, me entiende y comprende, no conoce al Jonathan Joestar de hace cintos de años, conoce al nuevo Jonathan Joestar, al bibliotecario que trabaja de turno completo y se leyó todos los libros de la biblioteca.

Repito una vez más, gracias por permitirme florecer una vez más y gracias por permitirme a mi ver como floreces.

                                                          Atte: Jonathan Joestar 

Cortos JonadioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora