Capitulo 2

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—¡Ahh!— gimió fuertemente Jiang Cheng al sentir la manipulación de su cuerpo ante la merced del desconocido que tocaba sin pudor alguno su cuerpo. Lo hacía de manera tan experta como si ya conociera todas las zonas erógenas del cuerpo de la persona a la cual mantenía bajo su dominio y está no fuera la primera vez en la que se encuentran en tan lujuriosa situación. Eso hacia que adrenalina pura recorriera por todo su ser y su racionalidad de la que tanto se enorgullecía se evaporó por completo.
Jiang Cheng olvidó hasta como las cosas llegaron hasta este punto pero es algo en lo que puede pensar después. Por ahora es incapaz de crear algún pensamiento coherente .

Completamente desnudo, tendido en la cama y retorciéndose de placer proyecta una vista realmente lujuriosa, él lo sabe bien y a pesar de que sugirió hacer esto hubiera preferido tener unos cuantos tragos de alcohol en su sistema por lo menos.

Lan Xichen no esperaba gran cosa del pobre diablo con el que terminó en una habitación de dudosa procedencia después de su primer encuentro. Sin embargo, aquí estaba, otorgándole el honor de que él se entretuviera con su cuerpo, este muchachito resultó ser algo más allá de lo que esperaba y que satisfacía el aburrimiento que anteriormente sentía por ello exprimiría hasta la última gota de su ser para saciar su curiosidad.

—¡Ahg! Ya no… no-yo…— Jiang Cheng ya no es capaz de hablar con coherencia, su miembro pide a gritos que lo dejen liberarse pero la cinta ajusta a el no le permite acabar. Esto frustra a Jiang Cheng que está a punto de rogar por su liberación. Algo muy inusual en él.

Aunque escucha las palabras entrecortadas del niño en sus brazos y los movimientos corporales le dicen que está en su límite, Lan Xichen de es implacable, no parará hasta su curiosidad este saciada. Por ello, reduce el ritmo de su mano sobre el pene de Jiang Cheng mientras dirige su poca al delicado cuello de Jiang Cheng para morderlo levemente, esto hace que el cuerpo de Jiang Cheng se estremezca todavía más y s espalda de arquea tratando de conseguir más de ese delicioso y adictivo toque. Lan Xichen baja suavemente hasta los pezones erectos de Jiang Cheng y los succiona como si fueran el más dulce caramelo, esto termina con el poco pudor que aún tenía Jiang Cheng quien gime tan alto demostrando cuán complacido está.

—Por, por favor, déjame correrme— gimotear Jiang Cheng con la esperanza de ser liberado.

Sin embargo, Lan Xichen es verdaderamente perverso. Con una sonrisa ladina acerca sus labios al oído de chino y dice: —Realmente estás disfrutando de los juegos previo…— simuló pensar por un momento sin detener sus suaves caricias —Me pregunto cuando más disfrutarás de ser follado, pequeña criatura lasciva.

—No, yo… no ¡Ahhhh!— Jiang Cheng no pudo terminar de hablar porque repentinamente la cinta fue removida y el ritmo se aceleró de tal manera que sentia en el cielo justo antes de alcanzar su orgasmo, cuando esté al fin llegó se sintió en la gloria, nunca había experimentado algo tan placentero y menos con un desconocido. Respirando agitadamente los sentidos de Jiang Cheng vuelven a él y medita como es que terminó en las sábanas de una cama de un motel de paso teniendo intimidad con un desconocido.

 。。。

 
—Ha sido un buen dia— comentó Wen Ning mientras contaban dentro de un callejón oscuro la cantidad de tarjetas robadas — Creo que ya deberíamos regresar al basurero y festejar, ¿No lo crees?

Wen Ning siempre se comportaba ansioso cuán sabía que después de que Jiang Cheng consiguiera una cantidad aceptable de dinero volverían a Poria y ahí se volvería vulnerable solo para él. Es un hábito extraño, pero no puede quejarse, en el momento en que a Jiang Cheng se le sube el alcohol a la cabeza es más dócil y frágil.

Wen Ning ama verlo así, tan delicado y dependiente de él. Cuando Jiang Cheng toma una tristeza profunda se refleja en sus ojos y solo él sexo es capaz de hacerlo olvidar por un momento su amargura. Ambos saben eso, sin embargo, no tiene eso importancia, solo una relación de codependencia, nada de sentimientos profundos de amor; al menos no por parte de Jiang Cheng.  Cada quien decide las mentiras que quieres creer y para Wen Ning su única preocupación es ser el único en la vida de Jiang Cheng.

—Me gustaría ver los alrededores una vez más… Wen Ning, adelante tu, daré una vuelta y volveré— dijo Jiang Cheng que por algún motivo se sentía motivado a conseguir un ingreso de dinero extra ya que casualmente hoy era la fiesta del cumpleaños del gobernador de Rizso y muchas personas de diferentes lugares habían asistido a tan elegante evento. Era una oportunidad que no se podía desaprovechar—Quiero conseguir un poco más y si no puedo volveré en seguida, no te preocupes.

—Pero… Jiang Cheng —trato de objetar Wen Ning, siento un pequeño malestar en su estómago al ser separado por su pareja para quedarse solo en una enorme ciudad en la cual si descubrían que venía de las afueras de estas lo capturarian y lo mantendrían en prisión por un tiempo en el mejor de los casos. Obviamente no quería eso para su amado a pesar de saber que Jiang Cheng era un hombre muy listo no se sentía seguro de dejarlo e irse como si nada

—Ya te lo dije— se adelantó en contestar Jiang Cheng — Ni que fuera la primera vez que hago algo así. Confía en mí.

—No es que no confíe, pero las multitudes son grandes hoy y…— Wen Ning no supo como continuar para validar su preocupación así que se resigno a mitad de oración — Se lo terco que puedes llegar a ser. Solo ten cuidado y no te metas en problemas.

—No lo hare— dijo Jiang Cheng rodando los ojos. El no causaba problemas, el mundo es el que parece tener problemas con él por como es — Vete ya. Nos veremos más tarde.

Con esa sencilla promesa Wen Ning se resigno, soltó un leve suspiró, tomo el botín y subió a su motocicleta estacionada en las afueras de callejón y condujo a velocidad rumbo a Poria donde esperaría a que su amado regresara.

Después de perder a Wen Ning de vista, Jiang Cheng Camino por las calles de Rizso como cualquier ciudadano normal, solo que él estaba buscando su próxima víctima. Todo iba de lo más normal, hasta que…
 
¡No puede ser! Pensó.
 
Pero, ¿Y si es? Se cuestionó
 
Ella… Que ella precisamente sea quien esté justo frente a sus ojos es un tipo de milagro.

Su corazón late como loco ante la esperanza de que Jiang Yanli sea la persona que camina toma del brazo del tipo con traje costoso. Su sonrisa es deslumbrante como siempre y sus finos y delicados rasgos siguen ahí a pesar de los años solo se ve ligeramente madura; la mujer de diecinueve años que debe ser.

Jiang Cheng se encuentra inmóvil y no sabe cómo actuar con coherencia. Ha soñado tantas veces con volverlos a encontrar que casi si vuelve loco por la desesperación más de una vez. Y aquí está, por primera vez en la realidad, la posibilidad de poder acercarse y poder abrazarla, asi que de manera impulsiva, Jiang Cheng se acerca a pasos agigantados, casi corriendo hacia la chica de dulce sonrisa, su hermana mayor. Esta tan cerca que ha ignorado los llamados de advertencia de los guardaespaldas y los guardias de seguridad que en el momento en que su andar es detenido no procesa con exactitud qué es lo que pasa… hasta que ya es muy tarde y se encuentra rodeado por la seguridad del edificio donde Jiang Yanli ha entrado sin notar la presencia de Jiang Cheng.

Esto es decepcionante y a la vez problemático. Ahora, ¿Cómo se deshace Jiang Cheng de ellos? Es imposible. El es un indocumentado y todos en Rizso odian a las ratas de alcantarilla como él.

—Muéstrame tu identificación— demanda el oficial a cargo
Jiang Cheng suelta una maldición por bajo y mira desafíante an oficial.

Él sabe bien que ha cometido un error demasiado grande, por descuido ha llamado la atención la seguridad y es posible que no salga ileso de esta, las posibilidades de que lo dejen ir solo con una advertencia es casi nula. A punto de contestarle al oficial una voz sutil habla

—¿Ocurre algún problema?— la pregunta es arrojada como si fuera un asunto trivial

—My lord— todos menos Jiang Cheng hacen una veneración hacia el hombre que acaba de llegar para llamar la atención de todos.

También es en ese momento en que Jiang Cheng voltea y se encuentra con la mirada ámbar fundido que lo mira fijamente y sin vacilar causa en Jiang Cheng una increíble dosis de nerviosismo y mantenerle la mirada le resulta todo un reto.
 
Ese fue el momento clave que unió nuevamente sus vidas. Desde entonces el destino se adaptó para que sus caminos siempre se encontrarán. Eso era lo que él inevitable destino podría hacer.


Hola, hola... Como que empezamos bravas jajaja. Tengan paciencia. Dentro de poco se explicará cómo es que el impulsivo Jiang Cheng terminó así.

Espero que les haya gustado el capítulo 👋 zaijian

Inevitable destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora