ᴄᴀᴘÍᴛᴜʟᴏ 21

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«Quiero pintarlo en todas las paredes, gritarlo de arriba abajo en los pasillos, quiero ponerlo en luces brillantes, porque no puedo mantenerlo callado

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«Quiero pintarlo en todas las paredes, gritarlo de arriba abajo en los pasillos, quiero ponerlo en luces brillantes, porque no puedo mantenerlo callado. »

— ¡Espera, espera! ¿a dónde vas así? — Richard lo detuvo del brazo antes de que pudiera avanzar más. Christopher se miró completo, soltando un quejido al recordar que seguía en bañador y con el jersey de Joel todavía puesto cubriendo el resto de su desnudez. Por suerte ya estaba relativamente seco, ya que en su maleta había una toalla que pasó con su cabello y la colocó sobre el asiento del auto para no mojarlo.

— ¿Q-qué quieres que haga? ¡No puedo cambiarme ahora!

Christopher estaba tan alterado que comenzaba a trabarse al hablar, incluso podía verlo temblar como si fuera un perro chihuahua nervioso. Se agitaba el cabello en ese gesto característico, dando saltos sin despegarse del suelo, podía ver sus ojos comenzando a brillar por las lágrimas que se acumulaban. Conocía tanto a su hermanito, que Richard sabía que si no trataba de, al menos, quitarle algo de su angustia solo un poquitín, tendría alguno de sus leves ataques de ansiedad ahí mismo. Odiaba cuando eso sucedía, porque él también se desesperaba y entonces los dos estaban tan histéricos que era un completo caos.

— Oye, oye, mírame — así que, suspirando, lo sujetó de los hombros, mirando sus ojos. El menor imitó la forma en que tomó aire y lo dejó salir, hasta que los dos estuvieran un poco menos tensos —. ¿Traes ropa de cambio ahí? — al ver la afirmación, continuó — Entonces ponte una camiseta y después entramos, ¿de acuerdo? Voy a estar ahí.

— ¿N-no me vas a dejar solo?

— No — sonrió un poquito, tocándole la cabeza como si fuera un cachorro —, no vas a estar solo ¿uhm? — Christopher asintió, por lo que Richard le dio un par de palmaditas en los hombros, hablando suave — Anda, vístete y entremos.

Tomando una bocanada de aire para tratar de calmar la ansiedad, el menor se acercó a la camioneta de nuevo para abrir su maleta y sacar de ella la camiseta grande y simple que llevaba de cambio, quitándose el jersey antes de ponérsela con manos temblorosas. Pensó en cambiarse el bañador, pero siendo honestos, entre más rápido termine todo, más rápido podrían irse. Además de que no estaba del todo seco, así que acabaría por humedecer la ropa.

Sus ojos enfocaron el jersey en el asiento, sintiendo el pecho pesado al recordar la sonrisa tan sincera y hermosa en los labios de Joel, con ese destello radiante en sus ojos al dársela, la manera tímida de pedirle que la usara en el partido. Le dolía el hecho de estar ahí, a dos horas de la ciudad, en un asunto delicado, en vez de estar en las gradas apoyando a su novio. Solo esperaba que el partido no hubiese comenzado y así al menos llegar en la mitad, lo que le importaba, incluso en un momento como ese, era no decepcionar a Joel.

A pesar de que eso signifique decepcionar a su familia.

Cerró la puerta del coche, tratando de reunir valor, y entonces siguió a Richard dentro de la casa.

Kiss Me Like Nobody's Watching || VirgatoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora