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¿Cómo terminó en esta situación?

Aprieta las sabanas con sus manos buscando aferrarse a cualquier cosa que no sea el hombre frente a él, aquel hombre que lo devora como si su sangre fuera el más delicioso de los manjares.

La sensación es extraña, no es dolorosa, de alguna forma se siente placentero, posiblemente tenga que ver con las habilidades extrañas de los vampiros.

Dazai le aseguró que no dolería y que si lo hacía Chuuya podía decirle y se detendría, casi prefiere que sea doloroso; si fuera así, él podría manejarlo, pero esta sensación es tan extraña para alguien quien hasta el día de hoy no se había dedicado a nada más que a cuidar a sus dos hermanas.

Aprieta los labios con la misma fuerza que los puños a las sabanas, siente su corazón acelerarse, casi como si su cuerpo quisiera entregar más sangre a cambio de que esta nueva sensación no se detenga.

Chuuya piensa que es estúpido, simplemente está nervioso porque es su primera vez.

Y entonces se detiene, Chuuya deja escapar un suspiro cuando la lengua de Dazai pasa sobre su herida para cerrarla.

Chuuya regula su respiración mientras observa a Dazai lamerse los labios para quitar cualquier rastro de sangre.

—¿Pasa algo Chuuya?— Pregunta el castaño.

Chuuya, preso de su propia ignorancia, mira a Dazai confuso antes de preguntar:

—¿Que fue eso que sentí?— Realmente quiere saber —¿Por qué no me dolió que me mordieras?—

Chuuya asumió que el "No dolerá" era como cuando su Ane-san le decía de pequeño que no le dolería que le quitarán astillas o que lo vacunaran; un pequeño dolor fácilmente soportable como ese.

Dazai sonríe mirando la marca de mordida en el cuello del pelirrojo.

—Es un mecanismo que desarrollaron los vampiros desde hace siglos, si a nuestra comida no le duele alimentarnos será menos reacia a una próxima vez— Dazai desliza sus fríos dedos por el cuello de Chuuya.

Un escalofrío recorre la columna del pelirrojo, su cuello se siente tan sensible.

Pero Chuuya, quien está aquí por contrato para alimentar a Dazai, golpea ligeramente la mano de este, no hay razón alguna para que lo toque.

—¿No solo matan a las víctimas?—

—Los antiguos vampiros lo hacían así, pero no era el método más efectivo — Responde —Ahora somos más civilizados, pero la mala fama aún nos persigue —

Chuuya juega con sus manos, traga saliva con nerviosismo.

—¿Siempre será así?—

—Si— Dazai lo mira como si Chuuya fuera una presa, hay algo profundo y oscuro en esos ojos rojos como la misma sangre que hace a Chuuya sentirse en riesgo ¿Era deseo? El pelirrojo no estaba seguro, solo le sostuvo el contacto visual.

No va a morir esta noche ¿Verdad?

Dazai regresa a inclinarse sobre Chuuya, raspa suavemente los colmillos sobre la piel del humano.

—¡Espera!— Dazai se detiene, aunque aún mantiene su posición.

—¿Qué sucede?—

—¿No comiste ya?— Cuestiona.

—Aún no estoy satisfecho — Responde —Tómalo como cuando pides un segundo plato —

Malas decisiones Donde viven las historias. Descúbrelo ahora