Viajes al infinito

Con el velo blanco y la ropa negra

La vida y la muerte son las únicas cosas que sabemos que nos van a acompañar siempre. Mi vida era hermosa, tenía una familia perfecta y un novio perfecto esperándome en el altar para nuestro casamiento. Nunca tuve dudas de quererlo, nunca tuve dudas para casarme con él, hasta ese día, yo diría que fue el mejor día de mi existencia pero a la vez el peor. Estaba terminando el maquillaje para la boda, tenía el vestido entre mis manos cuando un mensaje de un número desconocido llegó a mi celular.
El mensaje contenía una foto de mi futuro esposo acostándose con una chica, la cual yo no conocía ni tampoco me importaba. Mi corazón tan lleno de amor se llenó de odio, rabia y deseos de venganza. Luego de siete años de relación, viene a hacerme eso a mí, yo que nunca le he hecho nada malo. Me sentí en uno de esos momentos donde todo se te viene abajo y no sabes qué demonios hacer con la miserable realidad de tu vida. Nada podía hacer, mis padres habían vendido su casa en la ciudad para ayudarme con la compra de mi nueva casa. No tenía a nadie, mi ropa estaba ya acomodada en la habitación donde deberíamos vivir juntos. Todo lo mío era suyo y sin ni siquiera firmar un papel. Mi mente estaba llena de odio. A ella solo venían recuerdos de cuando era pequeña y con una tijera separaba a mis osos de peluche el cuerpo de la cabeza, eso era lo que quería hacer con aquel desgraciado. Luego de recordar tales cosas decidí casarme para hacerle imposible la vida a ese gran hijo de su madre,que en un solo segundo había roto mi corazón.
Desde pequeña la psicóloga decía que no podía sufrir decepciones porque tenía síndrome de psicopatía prematura y creo que esa parte de mí que ni yo misma conocía estaba saliendo a la luz. En la fiesta de la boda aproveché que mi esposo estaba entretenido para tomar el celular y hacer unos cuantos pedidos. Al llegar a la nueva casa luego de una boda perfecta, unos paquetes nos esperan en la puerta. Desde que saqué el título de guardaespaldas profesional sé muy bien defenderme y mucho más que bien atacar. Preparo un trago con la mitad del frasco de las gotas que uso para dormir y se lo doy a mi esposo quien me miraba con una sonrisa de oreja a oreja. Se le veía en los ojos la felicidad que le daba casarse con la cornuda del año. Mi esposo durmió por aproximadamente dos días, en los cuales me dio tiempo investigar todas las guarradas que me había hecho. Resulta ser que tenía una amante desde hacía tres años y por si fuera poco estaba embarazada, lo que para su suerte la chica vivía en un rancho cerca de las afueras de la ciudad.
Pensó que me vería la cara de imbécil. Las mujeres captamos todo tipo de señales y si tenemos un síndrome de psicopatía mucho más. A veces las señales están justo en frente de nuestros ojos pero no tenemos la mente lo suficientemente sucia para verlas bien. Luego de que el perro infiel de mi esposo muriera, es decir despertara, se dio cuenta de que estaba atado de pies y manos en el sótano de la casa y tenía una amputación hecha de su órgano genital masculino. Yo misma me dediqué a aprender cirugía leyendo en Google por lo que decidí cortarle la parte que él consideraba más importante en su cuerpo. Tenía los ojos cerrados cuando con delicadeza tomé un cuchillo entre mis manos, la sensación de tener el control de su vida es deliciosa, conseguí anestesia pero no se la puse, después de todo merece sufrir como la maldita rata que es. La verdad es que aunque tenía todo el material necesario me fue difícil que su circulación no colapsara. Su pubis estaba negro, al parecer la infección estaba subiendo pero eso es lo que menos importaba en este momento, si de algo estaba segura desde el minuto en que le di la bebida con el somnífero era de que no saldría vivo de esta casa.
Estaba muy débil cuando despertó y me miró a los ojos con odio preguntándome cuál fue el motivo por el que le hice eso. La verdad es que no sé cómo tuvo la fuerza de despertar, creo que debería haberle amputado también los almacenes de espermatozoides que le quedaron. La felicidad llegó a mí cuando miró sus entrepiernas y vió que su elemento de conquista había desaparecido, no sé si estaba consciente de lo que había pasado, pero yo sí estaba contenta de lo que había hecho si hubiera tenido más tiempo me hubiera divertido haciendo picadillo con su piel, al fin y al cabo el trabajo más sucio ya está hecho. Tenía un arma en mis manos lista para disparar cuando entró la policía por la puerta insitándome a detenerme. Ya sabía que venían, la vecina chismosa de abajo ya lo había gritado a los cuatro vientos.
Mi sonrisa se hizo aún más grande cuando delante de todos esos guardias le pegué un tiro en la cabeza y otro en el hombro. Un impacto de bala suena a mí alrededor, y luego un dolor en mi pecho. La bala me atravesó, mi sangre esparcida por el suelo y la sonrisa en mi cara más grande que nunca. Logré mi objetivo.
Hay personas que no pueden evitar ser lo que realmente son. Yo viví toda la vida pensando que tenía un corazón blanco cuando en realidad la oscuridad me estaba comiendo por dentro. Desde el día de mi muerte mi fantasma se dedica a localizar a los hombres infieles de todo el mundo y provocarle impotencia en sus órganos reproductores. Así que ya saben, si son infieles cuídense mucho porque pronto vendrá el fantasma de Donatella a cobrarles todas las infidelidades que le han hecho a personas que no se lo merecían. Ella viste con un velo blanco y un vestido negro y amenaza desde las sombras a todo aquel que engañe de la peor manera.

Isaac, eres mi próxima víctima...

Nota de la autora
Hola chicos aquí tienen un poquito de terror. Sorry por los que se sintieron identificados no era mi intención jaja. Espero que lo hayan disfrutado tanto como yo disfruté escribiéndolo. Es terror, imaginación..... para que los que me conocen no vallan a pensar que soy psicópata ni nada parecido que los conozco mal pensados.

Los quiero mucho y hoy les recomiendo escuchar Take me to church.

Besitoooss ya mañana publicaré más cuentos.
Naitelys