She || Michaeng

Chapter 13

Recuerden: Esta letra es para el narrador omnisciente.
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Hoy, un día cálido y refrescante tocó. Las personas caminaban por ahí, alegres de la vida. Mientras, dos chicas sentadas en el banco de un pequeño parque cerca de su ciudad hablaban animadamente, contentas y con esa chispa.
Lo inseperado ocurrió. La (ahora) pelirosa de cabellos cortos beso a la castaña. Sus labios se unieron en un profundo beso, demostraba todo el amor que había y que por supuesto, tenían.
Al separarse, se vieron a los ojos y como si el destino lo quisiera, sonrieron al mismo tiempo. Juntaron sus manos y volvieron a caminar hacia quien sabe dónde.
La escuela terminó. Tendrían más tiempo que pasar juntas.

De un momento a otro, la castaña frenó el paso y habló:

-¿Te cuento algo loco? -pregunta la castaña-

-Claro, sin ser tímido -contestó riendo la de cabellos rosas-

-Antes de que me conocieras, era un tipo de "¿espía?"

-¿Porqué lo dices? -la curiosidad en la pelirosa ahora era intensa-

-Por que...en la escuela secundaria, te veía día a día, mañana a mañana. Las horas eran infinitas al verte. Supuse que tenía que hablarte en algún momento y así fue.

-Asi que...¿eras mi espía? -preguntó con una sonrisa ladina en su pequeño rostro-

-Algo así. Me volvía algo abusiva con verte continuamente. Me canse de estar escondida y, aquí estoy -termino de hablar sonriendo hacia la de baja estatura. Sonrisa que iluminaba más que las estrellas-

-Wow, si que eras secreta. Jamás te descubrí. Habían veces que sentía miradas, pero las ignoraba, creía que eran de la gente a mi alrededor.

-Yo estaba a tu alrededor.

-Y quien lo diría, quien diría que me terminaría enamorando de mi linda y maravillosa espía.

Las sonrisas mutuas no faltaron. Las miradas cómplices aparecieron. Las palabras se agotaron y los labios se juntaron. Lento y suave. Una descripción breve de como podría llegar a sentirse aquel toque de labios.
Los pájaros cantaban, era como si estuvieran en un cuento de hadas o princesas. Ellas eran las principales protagonistas, viviendo la vida de sus sueños.

La mayor se separó lentamente, sintiéndose tonta, tal cual su acompañante.

Sus frentes unieron tiernamente, con dulzura.

-¿Qué te parece si ya nos vamos? hace mucho rato estamos paradas en este extraño lugar -habló la menor, algo asustada-

-Si pequeña ya podemos irnos.

-Genial. Oh, en lo que llegamos a casa, ¿podemos comprar helado?

-Claro linda, lo que sea por ti -dijo para dirijirse a la heladería más cercana-

Para las dos, sería noche de pijamada. Unas amigas deberían llegar no dentro de mucho, debían apresurarse si querían estar a tiempo.

El camino fue tranquilo, no querían ir rápido ninguna, solo disfrutarse la una a la otra.

Nadie sabe cómo ni cuando se enamoraron tan profundamente. Lo que si sabían era que nunca se separarían, eso lo tenían prometido.
Su más diminuta promesa. Con la que hicieron un pacto juntando sus deditos meñiques, diciendo "lo prometo" y con una palma levantada.