Capítulo I

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Correr, jamás se me dio bien, tengo una pésima condición, cualquier cosa que implique correr les apuesto que un bebé con un año de edad sería más rápido que yo, se preguntaran a que va todo esto, pues había salido con mi mejor amiga a comprar cosas, de regreso a casa comenzó a llover así que decidí cortar camino lo cual fue una malisima idea, al pasar por un callejón el cual daba malas vibras a millas de distancia, al pasar por una casa un perro me salto, sentí como mi alma abandonaba mi cuerpo, agarre toda la energía que tenía en el cuerpo y corrí, mi respiración estaba agitada, lo corazón latía tan rápido que sentía que saldría de mí pecho, al girar por otro callejón encontré un gran contenedor de basura, abajo había unas cajas las cuales me ayudaron a subir al estar arriba empuje las cajas para que el perro no subiera, el perro se detuvo en frente del cubículo de basura, mientras me ladraba, por el momento estaba agradecida por no haber perdido ningún trozo de piel, pasando un rato un chico se acercó y le habló al perro, el canino se acercó a el amable,el sujeto le colocó una correa para retenerlo.

-Una gran disculpa, Dobby no suele ser grosero no se que le paso, puedes bajar no te hará nada.– el chico habló, yo estaba como gato espantado, con los pelos de punta y el alma en la lengua.– ¿No piensas bajar?

Interrogó  el chico.

-Lo haría pero tumbe las cajas para que el canino no me arrancará un pata.

El chico ató la correa a un poste, y camino hacia el basurero.

-Déjame ayudarte. –me senté en la orilla del cubículo, le di mi mano al chico y lo tomé de apollo para bajar, el cubículo no era muy alto pero aún así cómo la tremenda gallina que soy me daba miedo, al bajar me sentí como mis piernas temblaban. –Nuevamente me disculpo, no se que le paso, espero y te encuentres bien.

Si estoy bien, solo me mié y casi muero de un infarto.

-Estoy bien, deberías cuidar mejor al Dobby, digo como recomendación.

El chico está apuntó de volver a hablar cuando comienza a sonar mi móvil, lo saque de la mochila, al mirar la  pantalla me percaté de quien me llamaba.

Señora Mamá

Madres, mire la hora y me di cuenta que ya era tarde y llegar tarde a mi casa era como  sentenciarse a la muerte, si el perro no me mataba de un susto mi madre lo haría con un chanclaso. Por obvias razones salí disparada como bala, corrí y corrí hasta llegar a casa. Saqué las llaves de mi mochila, al momento de que iba a insertar la llave en la perrilla, la puerta se abrió, alcé la mirada y pude ver a mi madre la cual me fulmino con la mirada, me examinó de pies a cabeza, tenía el pelo mojado, los converse llenos de lodo y olía a perro mojado con un toque a basura,mi madre suaviso su mirada en segundos.

-Pero por dios parece que te revolcaste como perro resien bañado,qué te paso?

No madre él perro me iba revolcar a mi si no corría.

-Hay mamá, para empezar al regresar del centro comercial comenzó a llover, tome un atajó y fui perseguida por un perro durante quince minutos me subí a un basurero para salvarme de una buena mordida y tuve que esperar como diez minutos hasta qué alguien llegó, luego corrí tanto que siento que mis pulmones se desfilaron.

Por suerte mi madre no me regaño, al contrario fue por una toalla para secarme, y me preparó un café, después de terminar mi café me metí a bañar, ya que mi madre dice que el agua de la lluvia es mala y me puedo resfriar, al terminar de ducharme me puse la pijama la cual consistía de un jogger gris que me quedaba super holgado, una camisa oversize color blanco y unas medias negras, me termine de secar el pelo y me acosté a ver una serie, como me es de costumbre me quede dormida mientras veía la serie.

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