Como les decía
Hoy el mundo se le dio la gana de ponerme en situaciónes incómodas, al darme la vuelta mi mirada de cruzó con un par de ojos azules, un chico acostado en orilla a final del árbol.
-Sabes eres muy ruidosa.
El chico hablo mientras se ponían de pie, note lo alto que era, su cabello café cobrizo, una piel blanca brillosa, sus ojos azules brillosos.
-Perdón no sabía que había alguien ahí usualmente no me encuentro gente durmiendo en arboles. - hablé, no podría explicar la vergüenza que sentía en ese momento de seguro el chico creía que era una loca que hablaba sola aquel joven se me había peculiarmente conocido pero no recordaba de dónde.
El chico, tomó su mochila y se volteó a verme, se quedó pasmado un momento mientras me miraba , después de unos segundos hablo. - Bueno chica de los gritos el lugar es todo tuyo, grita cuánto quieras.
Y siguió su caminó,no me dio tiempo de responderle , aquí claramente se puede ver cómo alguien puede perder la dignidad en menos de un minuto. En definitiva hoy no era mi día, me quedé pensando en lo que me restaba de tiempo, al terminarse las horas libres volví al salón, para mi re contra cagada suerte con este maestro tuvimos que cambiar de salón, al entrar al aula busque un lugar y hallé
uno justo en medio del chico del jardín y la chica de los pasillos.Iba darme la vuelta e ir a la enfermería y fingir un dolor de cabeza, pero no tuve tiempo, detrás de mi estaba una mujer la cual me miró a través de sus lentes.
—Va algún lado señorita?
La maestra ya había llegado.
–No a ningún lado.
Gire sobre mi propio eje, intente fingir que todo estaba bien, no había nada más falso que mi actitud despreocupada, me sentí bastante incómoda, como si no estuviera lo suficientemente infeliz, la maestra la terminó de regar más.
–Supongo que has de ser la nueva chica de intercambio. - habló la maestra, solo asentí. -Presentese, la escuchamos.
Cosas que prefiero antes de que hablar en esta clase, número uno, prefiero ser correteada por el perro de aquel día, número dos subir el Everest en tacones, número tres hacer un ritual satánico, y así podría seguir con esta lista pero no se puede, la presentación es algo a lo que no le encuentro sentido, bueno si tiene pero en este momento no, el universo o Dios no estaban a mi favor,hablar es algo tan sencillo pero lo estaba complicando mucho lo siento no es mi culpa ser una sobrepensadora, estaba más tranquila el día que salte de un avión que hoy y lo único que tenía que hacer era decir mi nombre.
En el momento que abrí la boca para hablar, alguien tocó la puerta, un sujeto se asomo a través de ella.
-Hay junta escolar.
La maestra dirigió su mirada hacia a mi.
-Bueno dejaremos las presentaciones para otra ocasión, hasta luego chicos, tiene clase libre.
Sin más que decir la maestra tomo sus cosas y salió del salón, todos se apresuraron y salieron del salón, pude sentir como mi corazón volvió a latir , con toda la calma del mundo guarde mis cosas, no tenía nada que hacer así que me iría a casa,tome mi mochila camine hacia la puerta, saqué mi móvil y mis audífonos, al cruzar la puerta pegue un brinco, el chico del pateó estaba afuera,su espalda apoyada en la pared, su mirada centrada en el teléfono, era atractivo si me lo preguntaban, pero continúe con mi camino ignorandolo.
-Chica de los gritos.
Gritaron de tras de mi, no había que ser un genio para saber quién era, camine más rápido fingiendo que no había escuchado , me apresure a ponerme los audífonos, gire por un pasillo que quien sabe a donde llevaba, pero continúe con mi camino, me detuve en algún lugar de la escuela como era de esperarse no sabía dónde estaba, la escuela era bastante grande y yo lo bastante tonta como para perderme, decidí hacer lo más prudente y regresar por donde vine, seguí el mismo camino pero a mitad del trascurso fui intersectada por un segundo creí que había sido en chico del jardín pero cuando levante la mirada, mis ojos se clavaron el novio de aquella chica del pasillo, me dirigió una mirada de odio absoluto, trague duro e intente no ponerme nerviosa, me reze tres padres nuestros y le pedí a Dios que nada malo pasara.