PYT (Pretty Young Thing)

Capítulo 2

Desde ese primer sábado juntos, Lisa se había enganchado a Michael. Le encantaba estar cerca de él, disfrutaba de su lado juguetón y tonto, le encantaba escucharlo filosofar o expresar sus ideas en voz alta, a veces estaba un poco perdida, pero luego simplemente se deleitaba con el sonido de su suave voz musical que parecía enviar escalofríos. por su columna vertebral.
No pasó mucho tiempo antes de que supiera que nunca conocería a un hombre más cautivador, más excitante o adorable que Michael Jackson. Había sido cebada, y ahora estaba atrapada. Después de conocer a Michael, parecía caminar en una especie de aturdimiento alucinatorio, sin concentrarse en clase, ajena a sus amigos de la escuela. Cada hora de vigilia la pasaba pensando en él. Si no estaba con él entonces estaba planeando el tiempo que estaría con él, a menudo soñando despierta en clase.
Pero tenía que tener cuidado, si su madre sospechaba algo, ya no tendría acceso al hombre que ahora veía como una droga adictiva, y nunca podía tener suficiente. Ella ansiaba su compañía, su sonrisa, el sonido de su voz, su risa hermosa y cordial, su naturaleza gentil y amable. Se había caído y caído con fuerza, no había vuelta atrás. Cuando se embarcó por primera vez en esta aventura, había pensado que simplemente sería divertido tener un amigo genial como Michael Jackson. Pero ahora estaba mucho más allá de eso.
Ahora... ahora ella lo amaba. Él no lo sabía y ella no se lo diría, pero aun así se sentía así. Estaba segura de ello. Durante el último año se había arraigado en su corazón y no había forma de sacarlo, no es que ella quisiera hacerlo.
"Me gustaría que estuvieras en casa para la medianoche de la noche de la fiesta, Lisa", instruyó Priscilla, devolviendo a Lisa a la realidad. "¿Estás bien?" preguntó su madre.
"Umm... sí, seguro... a la medianoche".
Lisa miró su reloj. Michael Bush iba a venir a la casa de Encino para hacerle las pruebas. Le dijo a su madre que iría a ver a Tracey para hablar sobre los arreglos de la fiesta. Su madre no cuestionó nada.
Mientras Lisa conducía hacia Encino, se preguntó cuánto tiempo podría mantener esta farsa. En algún momento se descubriría su engaño. Lo que era peor que engañar a su madre era el hecho de que Michael no tenía ni idea de que ella estaba pasando tiempo con él a espaldas de Priscilla. Era un alma tan confiada. Hubo algunas ocasiones incómodas en las que él sugirió pasar el rato en su casa, y Lisa de alguna manera se las arregló para escapar, pero aparte de eso, no hubo contratiempos y su pequeña farsa permaneció intacta.
Pero no podía durar para siempre... y mientras pensaba en el momento en que se revelaría la verdad, sintió un nudo en el estómago.
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Michael Bush le tomó las medidas y dijo que tendría la chaqueta lista para mañana. Ella le dio las gracias y Michael lo acompañó. Regresó unos minutos después.
"¿Así que te quedas a cenar?" preguntó Michael.
"¿Eso es una invitación?"
"Creo que sí", sonrió.
"Genial, entonces me quedaré".
"Excelente. Mamá dice que estará listo en aproximadamente media hora. Se sentó en la cama junto a ella. Parecía un poco nervioso.
"¿Algo mal?" ella preguntó.
"Hmm... bueno, he estado pensando... no sé si es una gran idea ir contigo a esta fiesta el jueves. Quiero decir, ¿y si me descubren?
"Bueno, te iba a hablar de eso. Creo que deberías ir como el hombre lobo en Thriller. Ya sabes, usa una de esas máscaras, de esa manera nadie lo sabrá".
"Oh, ¿y usar la misma chaqueta de Thriller que tú?" Ella asintió. "Así que iríamos como pareja: ¿tú serías el zombi y yo el hombre lobo?"
"UH Huh."
"Supongo que podríamos."
"¡No suenes tan entusiasta, Michael!" dijo, sintiéndose un poco herida. Tal vez en realidad no quería ir y estaba buscando una manera de salir de esto. Ella decidió perdonarlo. "Mira, si no quieres ir, no lo hagas. No te sientas obligado conmigo de ninguna manera.
Ella se levantó de la cama pero él la detuvo, agarrándola de la mano. "¿Por qué estás tan enojado?" Ella no pudo responder, de lo único que era consciente era del hecho de que él le estaba sujetando la mano. Podía sentir un calor viajar por su brazo y por todo su cuerpo. Qué poder tenía sobre ella. "¿Lisa?"
Ella se apartó de su mano, si estaban conectados un segundo más no habría esperanza de una conversación coherente. "¿Qué?"
"Pregunté por qué estás enojado. ¿Por qué saltaste a la conclusión de que no quería ir?
"Oh, ya veo, eso. Hmm... bueno, no estabas exactamente saltando de alegría ante la perspectiva. Solo quiero asegurarme de que no lo haces por obligación.
"Ven aquí, siéntate", dijo, palmeando el lugar a su lado en la cama. Ella obedeció. "No quise sonar poco entusiasta, solo tengo algunas reservas. Eso es todo. Pero supongo que estoy siendo tonto. Por supuesto que me encantaría ir. Y si estoy disfrazado, entonces no tengo que preocuparme de que nadie sepa quién soy. Supongo que puedo experimentar un poco de normalidad para variar".
"Sí", estuvo de acuerdo. "Nadie lo sabrá nunca."
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