Capítulo I. Sin mí

7 0 0
                                    

—¡Basta! —dijo mi padre, molesto como de costumbre y arrebatándome mi teléfono— este celular me lo quedo, ¡todo el día te la pasas tirada! Haz algo de provecho, maldita zángana

—¿Ya te desahogaste, Gustavo?—dije en tono sarcástico

—Estoy harto de ti. Solo eres un estorbo. Y si en 5 minutos no veo tu cuarto EN ORDEN... ¡Te castigo por un mes 

—Ya, ¿y?

—5 MINUTOS, LORENA— se fue azotando mi puerta como un ogro

Otro día más, un día menos, ¿me debo alegrar por seguir viva? creo, ¿lo estoy? ni de broma. Supongo que algún día me llegará la motivación

—LORENA— gritó mi padre enfurecido— ¿Ya recogiste?

—Sí... —La verdad que no, y no lo haré, que piensa este viejo— ya lo estoy terminando

—Eso espero

Bueno, la verdad, lo terminé haciendo. No por mí, sino por él; sí me da algo de pena y empatía por él, tener que aguantarse él mismo y luego tenerme ahí, debe ser duro para él. En fin, después de esto tengo que ir a la universidad, se deshará de mi unas horas.

—LorenAA— dijo Esperanza— pensé que te habías muerto, me alegra que no

—Pues estoy aquí, ¿no?

—Eres muy divertida— lo dijo con una felicidad inmensa, la verdad a veces no sé si yo soy el pedazo de sal o en realidad ella es demasiado tonta como para no darse cuenta que me cae mal— vente, vámonos al auditorio

—No, iré al baño

—Lorena,  ven conmigo, ¿sii? y te compro un helado

—SÓLO, sólo te acompaño por el helado— dije emocionada— pero solo si es de chocolate

La acompañé, obligada, sí, pero al final de cuentas, me iba a comprar mi helado

—¿sabes? me caes bien, a veces pienso que eres mi única amiga. Me escuchas, me acompañas, me das consejos. Te quiero, Lorena

La miré fijamente y quería llorar, digo, la mayor parte del tiempo no la soporto, pero el hecho que me haya dicho algo tan sincero sin siquiera ser algo mutuo, me partió.

—Yo también te quiero, Esperanza— dije  con un pequeño nudo en la garganta

—...Lorena, tengo que contarte algo importante

—¿Ajá?

—Creo que...

—¿Ajá?

—No sé cómo lo vayas a tomar...

—¿Me vas a decir o?— dije un poco confundida

—Es que... —comenzó a acercarme lentamente su mano a la mía— sé que no debería pero...

—Esperanza, hablamos después, necesito irme, mi papá me está hablando. te veo luego.

 Me levanté rápido y sin mirar atrás me fui, creo que sé a lo que se refería y no sé cómo reaccionar. No sé realmente cómo empezó eso de Esperanza hacia mí, pensé que era 100% heterosexual o ¿será que me iba a decir otra cosa? No, no creo, acercó su mano hacia a mí muy raro, pero, ¿y si sí era otra cosa? BUENO YA BASTA, no sobre-pienses, no sobre-pienses, no sobre-pienses Lorena, luego lo hablas con ella

Llegué a mi casa y vi a mi padre sentado en la sala, algo raro en él, siempre se queda en su cuarto esperando a mi madre

—Oh, Lorena, ¿por qué tan temprano? bueno, la comida está en la mesa, puedes comer ahora o esperar a tu mamá para comer los tres juntos

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Aug 17, 2022 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

La FloridaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora