❛ cuando miró los girasoles no puedo
evitar pensar en ti. . . ❜
──────────────────── "CUANDO LOS ASTROS SE ALINEEN PARA NUESTRO REENCUENTRO, NOS VOLVEREMOS A VER" era un bella frase que los integrantes del imperio de Nyx solían utilizar para despedirse de aquellos seres queridos que no volverían a ver en un gran tiempo o posiblemente no lo volvieran a hacer, y así como una despedida, era un pequeño rezo a la diosa Stella para que proteja a los seres queridos de los que se despedían y logré alinear un nuevo reencuentro para que ambos estén juntos. Existía en festival que se festejaba cada que el imperio entraba en conflicto o guerra, uno lleno de abundancia y felicidad, donde se ofrecían grandes ofrendas a la deidad de las estrellas y el destino así como regalos para aquellos que irían al campo de batalla.Ellos jamás perdieron una guerra. En toda su historia desde el principio de su creación, jamás hubo una derrota y era eso lo que mantenía la fe de cada habitante en lo más alto así como el nombre del imperio.
O al menos así era. . . Hasta que el imperio de Caín arraso con las calles de su gente e hizo de aquel alegre lugar un cementerio sangriento.
Aún podía recordar los gritos de auxilio, aquellos que imploraban piedad, el como sus mucamas lloraban y rezaban a su diosa por una salvación mientras sus ropas eran rasgadas y sus cuerpos tomados violentamente contra su propia voluntad, así como los desmembramientos de sus guardias y aquellos jóvenes aprendices que habían terminado en el palacio para una mera orientación que acabo siendo su último paseo antes de cruzar el umbral hacía la muerte.
Fue tan doloroso y difícil, que cuando tuvo al bastardo príncipe, Damián Castillo, frente suyo y manchado con la sangre de su gente, no pudo hacer más que paralizarse y sollozar del miedo antes que su fiel sirvienta perdiera la cabeza.
Fueron tan crueles y brutales que Nanami se preguntó si ellos realmente eran humanos y no demonios salidos de la fosa del infierno dónde el hijo ilegítimo de Stella los encerró.
Desde pequeña se le inculcó que debería de rezar durante tres días seguidos sin probar bocado alguno para que Stella la escuchará y cumpliera sus deseos. Pero ella llevaba 30 lunas comiendo solo pan duro y agua, pero jamás fue escuchada.
No importaba cuántas veces repitiera aquella frase Nanami al cielo nocturno mientras pensaba en su bella madre, su duro pero amoroso padre, su amable hermano mayor y encantadora sobrina, ante el pasar caluroso de los días, iba perdiendo la fe en poder verlos.
Pero fue el trece de agosto en el calendario imperial cuando se cumplió su deseo. . . Más, no fue como esperaba.
Porque aquel mismo príncipe que la encerró y mato a su gente, sirvió en bandeja de plata y oro las cabezas de sus familiares e hizo arder el lugar donde nació mientras a ella la colocó en primera fila de lo que él consideraba un espectáculo.
Ese día la fe de Nanami murió.
Dios no la escucho, ni a ella ni a su gente.
Entonces. . . ¿Por qué seguir luchando? ¿Qué le quedaba? ¿Gente? ¿Amigos? ¿Familia? ¿Su prometido? ¿El hijo que su cuñada cargaba en su vientre? ¿Aquel que tuvo la desgracia de nacer el mismo día que aquellos bárbaros los invadieron?
Su pobre sobrino. . . Posiblemente ni siquiera haya tenido la oportunidad de abrir sus ojos antes de perder la vida. ¿De qué color habrían sido sus ojos? Ah, era una pregunta ridícula. Todos los miembros de la familia imperial de Nyx tenían los ojos de un suave y claro celeste, aquel fácilmente confundible con el agua de un bello y limpio lago.
Recordando las palabras de su dulce cuñada, su nombre debería de ser Hajum. El siguiente en la línea de sucesión del trono al ser el hijo del heredero a la corona estrellada de Stolas.
Ahora ya no lo sería.
Nadie.
Aquella corona que fue bendecida por la misma diosa Stella para el primer emperador y cuyas piedras divinas eran sus lágrimas cristalizadas se había perdido en la conquista de su hogar. Nadie sabía dónde estaba ni lo que pasó, simplemente se sabe de la gran ira del príncipe al ver que su mayor botín no estaba ahí.
Sabiendo todo eso, ¿qué harían ustedes?
¿Aceptarían su destino?
¿Recibirían a la muerte con los brazos abiertos y una vez en el más haya buscarían desesperadamente a sus seres queridos para abrazarlos y buscar el consuelo que no tuvieron en sus últimos momentos de vida?
Nanami no.
Ella deseaba venganza.
Y tendría venganza.
Después de todo, ojos por ojo, diente por diente, sangre por sangre y familia por familia.
CHARLOTTE.
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𝗦𝗔𝗡𝗚𝗥𝗘 𝗜𝗠𝗣𝗨𝗥𝗔 ✸ las joyas de la princesa.
Fanfic𝗦𝗔𝗡𝗚𝗥𝗘 𝗜𝗠𝗣𝗨𝗥𝗔 | las mismas lágrimas que derramé yo por la muerte de mi familia, las soltarán ellos una vez sientan la muerte seguirlos cual cazador anhelante de sangre. ༉ ── en donde el emperador de arbezela toma por amante f...