"Quiero jugar a un juego, Hanma Shuji. Tú eliges, vivir o morir."
Basado en la saga de películas : "Saw". Créditos a los autores.
☢️No hace falta haberse visto ninguna película (no contiene spoilers). Solo hace falta que no seas sensible a temas co...
El amor. Qué bonito es el amor. El amor te hace sentir cosas que ni tú mismo imaginaste. Ver a la persona que amas frente a tí puede llegar a alegrarte mucho el día. El amor es un sentimiento especial y único que se siente hacia una persona, y no existe solo el amor de enamoramiento, sino otro tipo de amor. El amor de la familia u amigos o el amor que tú das a los demás.
No obstante, el amor también duele. El amor también puede ser doloroso. Especialmente cuando la persona que te gusta habla de otra persona que le gusta enfrente a tí.
— Me sigue gustando la misma chica de cuando yo era pequeño. Ella era y es una muy linda castaña, con una sonrisa única y unos hermosos ojos del mismo color que su cabello. Actualmente es enfermera y tiene un esposo rubio y de ojos claros que trabaja en una pizzería como repartidor — Me explicaba como si nada, ¡cómo si no supiera que él me gustaba! — ¿Por qué un chico tan inútil tenía que acabar con una mujer tan hermosa y genial? — Preguntó, frustrado.
Yo solamente le miré. No dije nada, ya que no sabía qué decir. ¿Un chico como Kisaki, enamorado de una idiota? ¿En serio, quién no querría estar con Kisaki? Está tan enfermo pero a la vez es tan inteligente que es imposible que no te conquiste. Su cerebro va un paso por delante que el de cualquier otro ser humano. Es simplemente fantástico.
Por eso lo quiero para mí. Kisaki es mío, y de nadie más.
[ 🩸 ]
Kakucho Hitto: 16 de febrero de 2015; 5:00 PM.
Toqué mi ojo por instinto: no lo notaba. No podía ver con mi ojo izquierdo, no estaba. No entendía nada, ¿por qué solo podía ver con el derecho? Me quedé mirando justo a la televisión que había en frente. Con suerte no me encontraba atado, estaba simplemente en una silla de madera. Eso sí, llevaba un aparato bastante extraño en el cuello.
¿Por qué me está pasando ésto a mí? ¿Un simple chico como yo, con una vida normal? ¿Qué demonios hacía en está situación?
De repente, la televisión se encendió, mostrando así un muñeco bastante extraño. Si un niño tuviera ese juguete yo creo que le tendría miedo, porque no era para nada tierno. Aquel especie de muñeco montaba un triciclo, comenzando a hablar casi al instante en el que paseaba sobre éste. También era bastante tétrico el hecho de que aquel muñeco moviera la boca al hablar, aunque era obvio que alguien le controlaba.
Hola Kakucho Hitto, quiero jugar a un juego. Hasta ahora, a lo que podemos llamar tu vida, te has ganado la vida espiando a otros. La sociedad te considera un informante, una rata, un soplón. Yo te considero indigno del cuerpo que posees y de la vida que se te ha dado. Ahora veremos si estás dispuesto a ver.. hacia adentro en lugar de hacia afuera. El aparato que tienes en el cuello es una máscara de la muerte. La máscara tiene un temporizador, y si no encuentras la llave a tiempo la máscara se cerrará. Piensa que es un atrapamoscas.
Con cada palabra que decía aquel muñeco mi cuerpo sufría algún que otro escalofrío. ¿Era aquello algún tipo de broma pesada? Porque sin dudas no daba ni puta gracia.
Al ver lo que reflejó de repente la pantalla me hizo saber que no, no era una broma. La televisión estaba enseñándome a mí, tumbado en una camilla, con un hombre que parecía estar haciéndome algo. Entre la calidad de la cámara y el señor en medio no podía deducir bien qué demonios me estaba haciendo.
Lo que estás viendo en este momento es tu cuerpo hace unas horas. No te preocupes, estás dormido y no sientes nada. Te voy a dar una pista de donde está la llave, así que escucha con atención. La pista es ésta: está en tus ojos. ¿Cuánta sangre derramarás para seguir con vida? Vivir o morir, tú decides.
En la televisión se pudo ver de repente una ecografía de mi cabeza que enseñaba exactamente, que la llave estaba en mi ojo, en el izquierdo, el ojo en el que no podía ver. Por instinto miré hacia todos lados, viendo un bisturí en una mesa. Lo cogí y lo acerqué a mi ojo, dispuesto a sacar esa llave.
Pero simplemente no podía. Cada que lo acercaba dolía demasiado, era un dolor inexplicable. Que te lo hagan ya debía doler, ¿pero hacertelo a tí mismo? ¿Hay peor tortura que eso? Comencé a temblar. No podía saber cuánto tiempo me quedaba, era imposible saberlo. Solo sabía que dentro de poco moriría si no hacía algo.
Dejé el bisturí de lado y comencé a gritar, pidiendo ayuda entre lágrimas. Estaba asustado. Me abracé a mi mismo mientras notaba como los segundos pasaban. En cualquier momento podía morir, y yo no sabía cómo impedirlo sin tener que hacer ese sacrificio.
Lo último en lo que pensé antes de morir fue en mis amigos y en mi pareja, notando como aquella trampa se cerraba, matándome sin siquiera poder evitarlo. En aquel momento ví una luz: la luz de la libertad.
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