VII

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¿Ser la pequeña de la familia tiene sus ventajas? Por supuesto, decir que no sería mentir

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¿Ser la pequeña de la familia tiene sus ventajas? Por supuesto, decir que no sería mentir. Pero no era el jardín de flores que todos pensaban. No voy a decir que dura es mi vida ni quiero que escribáis "Pray for Hazel" en las redes sociales.

Simplemente no era tan buena como la gente pensaba. Mi hermano mayor se enfadaba casi por oírme respirar en la misma habitación que él. Blair por otra parte era como una madre y por eso mismo, me costaba mucho conectar con ella. Ninguno de los dos me tomaba realmente en serio.

La dupla galáctica eran Blair y Nate, los guapos, los populares, los recordados. Yo era a la que decían: "¿Lockwood? ¿Cómo Blair y Nate Lockwood?". Y yo como sí: "Sí ¿De cuál de los dos quieres el autógrafo?".

Tampoco voy a quejarme mucho sobre eso, me gusta quejarme, pero prefiero no hacerlo mucho de mi familia porque sé que me cuidan a su manera y que me quieren… pero hay cosas que me hacen sentir como si fuera un pez fuera del agua.

Es verdad que había distinciones entre mis hermanos y yo, mi padre por alguna razón no nos trataba de la misma forma. Nate dice que soy su consentida, Blair que solo me cuida más por ser la pequeña, yo creo que es que me cree inútil.

Me sentía como Rapunzel atrapada en la torre con la mujer que la secuestró. Solo que William Lockwood era mi padre de verdad y daba más miedo. Se que la comparación es mala, mi padre no era un tirano la mayor parte del tiempo y compensaba su excesiva autoridad y vigilancia con regalos. De ahí que me llamaran mimada, que conste aunque no me creáis, que yo no le pedía nada de eso. Bueno, creo que os estoy aburriendo con mis cosas.

Me lo habían dicho en ocasiones, que hablo mucho y no digo nada. Que si podía dejar siempre de hablar de los mismos temas… en fin. A nadie le importaba mucho lo que yo tenía que decir, menos a Zev.

Zev era como mi mejor amigo, uno raro que veía en ocasiones por la zona de Central Park, generalmente comiéndose un bocata de uno de los puestos de comida callejera que había por la zona. Y de hecho, justamente Zev era el motivo de estar desde las 5 de la tarde hasta las 8 de la noche dando vueltas como posesa a Central Park con la esperanza de verle.

Just A Dream ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora