CAPITULO 18

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"¿Tienes que irte?" Pregunté con un leve quejido.

"Sabes que mamá nos matará a las dos si ninguna de las dos aparece". Dijo con una suave carcajada.

"Lo sé, y ya me siento culpable por no haber ido este año". Murmuré.

"Oye, ellos lo entienden. Te lo prometo. Sobre todo mamá. Te echa de menos pero entiende que no quiera volver a casa ahora mismo. Está contenta de no tener que ver a María". Dijo riendo.

"Sabes, lo entiendo. Sé que ustedes la odiaban". Dije con una risa.

"Realmente lo hacíamos. Así que gracias por romper con ella". Dijo Yelena, con una brillante sonrisa en su rostro.

"Sí, por supuesto. Pero bueno, he enviado tu regalo a la casa y mamá dijo que lo envolvería para que tengas algo que esperar". Dije con una sonrisa.

"¿Qué me has comprado?" Preguntó, animándose de repente.

"No te lo voy a decir. Que sepas que espero que me des las gracias una vez que lo abras". Dije con una sonrisa.

"¿Podemos parar en casa de Wanda para que pueda despedirme de ellos?" Preguntó en voz baja.

"Como si no fuéramos a hacerlo ya". Dije, negando con la cabeza.

"Sí, Millie nunca me perdonaría si me fuera sin despedirme de ella. Somos las mejores amigas, ya sabes". Dijo Yelena con una sonrisa de satisfacción.

"Sí, sí, sé que estás tratando de robármela". Dije negando con la cabeza.

"Bueno vamos entonces, van a querer despedirse de su favorita". Dijo ella, echándome fuera de la puerta.

"Jesús, cualquiera diría que eres tú el que sale con ella". Refunfuñé.

Ella se rió, subiendo al coche con Peter. Yelena se había encariñado lo suficiente con Peter como para seguirlo en Instagram. Por supuesto, el hecho de que ella hiciera eso no hizo más que descubrir mi tapadera con él y rápidamente se dio cuenta de quién era yo. Por suerte, el chico sabía guardar un secreto y prometió que no se lo diría a nadie. Me incliné a creer que no lo contaría así que no le amenacé con demandarle como podría haber hecho. Además, era un buen chico y no necesitaba asustarlo de esa manera. Hizo la simple pregunta de si Wanda lo sabía y le informé de que no lo sabía y sus ojos se abrieron de par en par con sorpresa y asintió con la cabeza en señal de comprensión. Pude ver que otras preguntas se arremolinaban en su cabeza pero se abstuvo de hacerlas y se lo agradecí. Nos llevó a casa de Wanda, hablando alegremente conmigo de diferentes cosas, sobre todo de lo que supone no tener por fin gente que siga todos mis movimientos mientras estoy aquí porque no me reconocen y le hice saber lo agradecida que estaba por ello. Se limitó a sonreír y a asentir con la cabeza antes de que Yelena se metiera en la conversación para cambiar de tema. Era agradable escuchar a Yelena y a Peter hablar de cosas diferentes, tenían una edad relativamente cercana y Yelena le puso al corriente de que iba a volar a Ohio para estar con nuestros padres en Navidad y él me miró, levantando una ceja en forma de pregunta silenciosa.

"No, no voy a ir con ella. No este año". Dije en voz baja.

"Bueno, está bien Nat, de todas formas tu lugar es estar con Wanda". Dijo con una sonrisa.

"Sí, hasta que ella descubra tu secreto". Yelena murmuró.

"¡Yelena!" La regañó Peter, sacudiendo la cabeza con un suspiro.

"No, no, está bien Peter. Ella tiene razón. No tengo ni idea de lo que pasará cuando se lo diga, joder, ni siquiera sé cómo se lo voy a decir". Dije con la respiración agitada.

Deseo de Navidad (Wandanat)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora