Todos los Dioses eran especiales, ninguno era considerado más que otro, ni tampoco tenía más que su par. Había equidad. Como cada día en el Olimpo estos buscaban una nueva forma de divertirse. A tanto llegó su aburrimiento que un día, unos cuántos,pusieron especial atención al planeta tierra. Crearon los cielos y los océanos; el firmamento y las bestias; la luz y la oscuridad. Teniendo el escenario, faltaban los protagonistas. Pero ¿quién dirigía el show? Aquí es dónde todo cambió, los dioses comenzaron a pelear entre ellos. Había quiénes consideraron que solo fue una creación de mal gusto, que todo lo que había en la tierra era un error; y por otro lado, estabamos los que creíamos que había que hacerse cargo de nuestras acciones. El ateneo terminó con la decisión dividida, de que cada Dios se ocuparía de una parte para que, esas criaturas que estaban poblando la tierra, vivieran de la mejor manera; y qué, luego de la resurrección ellos tengan la posibilidad de ser dioses. De ser seres perfectos. Para darles esa oportunidad a los inmortales; nacieron varios grupos de dioses, los primeros en partir fueron Destino, Muerte, Sueño, Destrucción, Deseo, Desespero y Delirio. Pero no todo salió como esperaban, porque existía esa delgada línea entre el bien y el mal. Porque estos son subjetivos, incluso para los Dioses.
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Fui llamada para cumplir en una misión. Los primeros han perdido la visión para la cuál fueron enviados. Mi misión: bajar como Ágape, sin saber que soy Ágape, y ayudar al Dios de los Sueños a que recupere el amor por los humanos. Porque estamos para protegerlos, no para odiarlos. Dejo esto grabado para el kairo, porque al bajar tendré que buscarlo en mis sueños. Sin el saber quién soy y sin recordarlo.
