Prólogo: Hierro fundido

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Las obras presentadas aquí para la creación de este fanfic son:

Fate Stay Night (フェイト/ステイナイト) y Fire force (En'en no Shōbōtai/ 炎炎ノ消防隊)

Y los personajes utilizados en esta no son de mi propiedad, sino de Kinoko Nasu [Fate Stay Night] y Atsushi Ohkubo. [Fire Force]

Apoyen al creador original.

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Desde las llamas que consumen el cuerpo y el fuego que destroza el alma, él surgió.

En este basto mar de desesperación, hollín intoxicante y cenizas de lo que una vez fue, él caminó.

De entre todos los que fueron atrapados por tal evento catastrófico, ancianos, adultos, jóvenes, adolescentes, niños e incluso bebés. Nadie fue excluido. 

El calor intenso de las repentinas llamas que azotaron la ciudad, en las cuales él siguió hacia delante sin importar quien fueran el que pidiera ayuda, todos eran consumidos sin excepción. 

Todo era corrompido por esa llama profana.

Y él no era diferente.

Aun si las llamas solo habían logrado lamber el cuerpo del chico, diferentes quemaduras hacían que su piel ardiera y el humo caliente inhalado le hacía sentir que respiraba agujas. Pero aun así, continuó.

Gritos de ayuda de madres desesperadas para que sus hijos por lo menos tuvieran oportunidad de vivir, ignorados.

Gritos de dolor por aquellos menos afortunados que quedaron solos contra aquel fuego profano, que los devoraba con lentitud, ignorados.

Los lamentos de parejas que no lograron salvar a su amor del desastre. Encontrando que el fuego los llevará al mismo destino, la muerte.

Todos y cada uno de ellos fueron ignorados por el chico. 

Las maldiciones de aquellas llamas no fueron las únicas que azotaron al niño. Aquellos que lloraban por ayuda al único ser libre de todo el tormento creado por estas llamas los pasaba de largo. Sus manos cubriendo sus orejas y los ojos color bronce agotando sus lágrimas. Y aun así podían perforar las maldiciones y desprecio a su joven cerebro, marcándolo cada vez más.

¿Había ignorado a sus seres queridos de igual manera?, ¿Había pisado sus cuerpos para escapar de este infierno?, ¿O es que ni siquiera tenía padres?, No lo sabía, y realmente no le interesaba tales cosas ahora mismo. Necesitaba salir, huir de estas llamas sedientas de vida.

Todo el centro de la ciudad estaba inundada por el curso más natural de todo aquel ser vivo al cumplir su meta. Solo que está vez la mancha obscura y malvada sobre todas las personas en la ciudad ensombreció a todos y cada uno de los ciudadanos de Fuyuki. La muerte había venido por todos ellos de la forma más cruel posible.

Se podía sentir por el aire, como un niño jugando en un parque. La muerte se paseaba con entusiasmo, disfrutando de las cosechas traídas por la entidad originaria de todo esto. Un ser malvado dándose conocer en el plano existencia de los humanos fue quien causó todo esto, y si era honesto este Dios encerrado en lo que se le conoce como el gran grial, pudo disfrutar de hacer sufrir a los humanos que tanto detestaba.

—Agh — El pequeño quejido del infante al caer sobre la tierra hirviendo fue apagado por el crepitar constante de todo lo consumido por el incendio. Con un esfuerzo hercúleo logró darse la vuelta para estar frente al cielo, aquel cielo estrellado que era sustituido por capas y capas de humo tóxico.

Llamas de esperanza.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora