Capítulo 3/?

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Al día siguiente mis padres tenían una reunión en otro hotel en el centro de la ciudad, por lo tanto yo quedé con Dake para hacer algo en la tarde, la tenía libre ya que ese día tenía turno de noche.

Me terminaba de duchar cuando suenan unos golpecitos en la puerta de mi habitación, rápidamente me envolví la cintura con una toalla y fui a ver quién era. Abrí cuidadosamente la puerta y me encontré con Caterina, me oculté tras la puerta.

-Hola Ki... wow-rió Caterina.
-Ho... hola, ¿qué pasa?-pregunté nervioso, o sea, obviamente.
-Te venía a invitar a desayunar, si quieres espero a que te vistas...-ella se sonrojó.
-Oh, claro.

Cerré la puerta y saqué una camiseta y unos shorts, hacía calor.
Cuando terminé de vestirme bajé a desayunar con Caterina, ella estaba sentada en una esquina del comedor sola, aún lucía un poco sonrojada.

-¡Llegaste!-Caterina sonrió de oreja a oreja.

-Si, no es como que demore tanto en vestirme, no soy mujer-dije yo en tono de broma.

-Ay, tonto-dijo ella riendo y dándome un pequeño golpe en el brazo, yo me quedé mirando su mano como un imbécil.

-Y... ¿qué quieres comer?-ella me preguntó al ver que yo estaba pegado observando su mano como permanecía sobre mi brazo, de verdad soy un imbécil.

-Eh... no lo sé, quiero un café y cupcakes, sí, eso-Ni siquiera pensé lo que dije, simplemente lo hice.

-Está bien, iré a buscar el café, tú ve por los cupcake a esa mesa de ahí-dijo señalando una mesa enorme.

Me acerqué a la mesa y tomé cuatro cupcakes, dos para ella y dos para mí. Los elegí todos de chocolate porque yo AMO el chocolate, sí, soy un cerdo lo sé.

Me senté en la mesa y acomodé los cupcakes para que lucieran todos bonitos, sigo intento impresionar a Caterina y no sé por qué. Luego ella llegó con café y leche, yo me moría de hambre pero intentaba disimularlo.

De pronto Caterina vió los cupcakes y sonrió.

-Iré a buscar cupcakes para mí.

-No te preocupes, traje estos para los dos-sonreí haciéndome el tierno y el caballero, ese no era yo, me doy asco.

-No, no es eso... Es que no me gusta el chocolate-Caterina sonrió y se alejó en dirección a la gran mesa.

Todo se derrumbo dentro de mí.

Dejó de ser perfecta, de un momento a otro. Debes creer que soy un estúpido por pensar esto pero... Imagínate, a ti mism@ organizando tu boda, eligiendo todo y de pronto no puedes tener pastel de chocolate porque a tu pareja no le gusta.

HORRIBLE.

TERRIBLE.

ESPANTOSO.

Puedo ser un poco dramático, pero siempre debes pensar en las consecuencias. (Consejo del tío Kieran)

Volviendo a la realidad, ella volvió con unos cupcakes de red velvet y no sé qué otras basuras. No eran chocolate. Traté de distraerme de su mal gusto y conversar con ella, a decir verdad era una chica simple, agradable y dulce, todo lo contrario a mí. Yo soy arrogante, orgulloso y egocéntrico, pero como ustedes lectoras (si eres un chico esto igual se puede aplicar, o quizás no, ve tú) son unas masoquistas, aman a los tipos como yo y por eso leen estas cosas.

La conversación con Caterina fue bastante plana, monótona. Yo no he vivido grandes cosas en mis dieciséis años, por eso disfruto hablar con gente aventurada, experimentada y un poco loca. Caterina... No era así.

Para la suerte de mi aburrimiento, ella debía trabajar, entonces me dediqué a recorrer el hotel en busca de entretenimiento. De pronto me encontré con Dake, estaba corriendo por un pasillo, me hizo una cena con la mano y siguió corriendo, yo le levanté las cejas y seguí caminando con tranquilidad. Después de dos minutos pasó de vuelta pero se detuvo a mi lado, lucía cansado.

-¿Qué pasó?-me reí de él, parecía un perro.

-Es que... Mi jefe me está chantajeando para que trabaje más de lo normal..
Y como no tengo donde dormir, no me queda otra opción-mi corazón irlandés se pone blando con este chico, estaba tan cansado.

-Pero... Sabes, podrías quedarte en mi habitación, hay espacio y podrías dormir en un saco de dormir o algo, así no tienes que trabajar y me haces algo de compañía-Kieran corazón de abuela.

-¿Lo dices en serio?-Dake se emocionó, yo asentí con la cabeza.

Sus ojos brillaron y de pronto me abrazó, yo odio los abrazos pero... Sentía una simpatía especial por él, quizás una amistad prematura. No solté el abrazo.

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⏰ Última actualización: Jul 27, 2016 ⏰

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