❝sorry can't save me now❞
EL ARMUERZO comenzó siendo tranquilo, cómo cualquier otro. El resto de las chicas aparecieron poco después de la segunda clase, todas habían llegado tarde. Me llevaba una patata a la boca mientras escuchaba y observaba. Aria meneaba sus brazos con tal rapidez que lograba perderme en cada uno de sus movimientos sin entender absolutamente nada de lo que salía por su boca.
-Además de eso, ¡Kennedy terminó conmigo! -chilló agobiada-. No puedo creer que lo hiciera, ni una miserable explicación supo darme.
-Él perdió algo que no valoró -intervine, confiada y segura-. Se arrepentirá.
-Uhmmm, no estoy muy segura de ello, chicas... -interrumpió Liv volteando su cabeza a un lado señalando algo a su izquierda-. Es una manera extraña de arrepentirse, ¿no?
Todas posamos nuestras miradas en ellos, Kennedy abrazaba a otra chica justo a nuestro lado. Reía, mostrándose despreocupado después de terminar con una relación de casi un año y medio. Aria empuñó sus puños furiosa y decepcionada. Por suerte Zoe la detuvo.
-No lo hagas, Aria, hazle saber que no lo necesitas.
-Es qué, si lo necesito -confesó. Me sentí apenada por ella, conocía a Aria y podría asegurar que no habría chica tan buena, atenta, observadora y detallista que ella. Era un ángel, un ángel de los que son complicados de encontrar.
-Nos tienes a nosotras -murmuré, posando una de mis manos sobre la suya, haciéndole saber que estaría ahí para cualquier cosa. Me sonrió levemente. Elevé mi mirada por una milésima de segundo, encontrándome con la mirada perdida del chico con el cuál choqué-. ¡Vuelvo enseguida!
Corrí, lo más rápido que pude hasta alcanzarlo. Sintió que alguien lo perseguía, ya qué, se giró bruscamente.
-Creo que, tengo algo que te pertenece -hablé rápidamente sacando el pequeño arito de mi bolsillo. Estiré la mano sonriente hacia él, frunció el ceño, pero aún así lo aceptó.
-Gracias -murmuró observándome con detalle. Carraspeé mientras balanceaba mis pies. Escondí la cara por instinto, sentí su mirada penetrante sobre mi cicatriz-. No la escondas, Garber, es una imperfección bonita.
Abrí la boca varías veces, buscando algo que decir. Chasqueó su lengua.
-Compartimos clases juntos.
-¡Oh! Sí, ¡te recuerdo! -recordé emocionada-. ¿Lucas? ¿Luka? Luk...
El chico frente a mí elevó una de sus cejas, abriendo uno de sus ojos a la perfección, en este instante noté cómo tenía los ojos más preciosos que jamás vi. Azul eléctrico.
-Luke, es un placer al fin conocerte -respondí sonriendo levemente y estirando una de mis manos. La miró extrañado-. Venga ya, no me dejes colgada, ¿no?
Entrecerró sus ojos, pero me sorprendió el ver que aceptó. En cuanto la palma de mi mano hizo contacto contra su piel, sentí cómo esta se erizaba. Observé un pequeño brillo iluminar sus ojos, sonreí al notarlo.
-Llevas faltando a clase una semana pero luego te encuentro aquí, ¿por qué?
-No me apetece entrar.
-¿Pero sí pasearte por los pasillos? -volví a preguntar.
-Haces muchas preguntas -masculló sacando algo de su bolsillo. Era una cajetilla, tabaco precisamente. Caminó ignorando mi presencia por completo, me mordí el labio inferior, llevé mi mirada hacia la mesa la cuál había sido habitada por mis amigas, pero para mi sorpresa, ya no estaban. No pensé mucho más en salir corriendo.
-¡Luke! ¡Oye, camina más despacio! -me quejé.
-¿Que camine más despacio? No entraba en mis planes hacerlo -añadió prosiguiendo con su camino. Bufé y corrí para quedarme a su lado. Me miró de reojo con algo de confusión.
-¿Dónde vamos? -pregunté llamando por completo la atención del chico-, Quiero decir, ¿dónde vas?
-¿Ya te he dicho que haces muchas preguntas, Garber?
-Si -mascullé rodando mis ojos-. Lo hiciste. Por segunda vez.
Un silencio se inundó, mis pies se movían tras él. Se sentó sobre unas gradas y posó algo sobre sus labios. Me senté a su lado, dejando caer la cabeza hacia atrás. Respiré el aire fresco que movía mi rubio cabello. Arrugué mi nariz.
-¿Por qué sigues aquí? -soltó, incliné mi cabeza en su dirección.
-Porque... quiero ser tu amiga -me encogí de hombros despreocupada-. Y porque me has caído teóricamente bien.
-¿Teóricamente?
-Si.
-¿Por qué teóricamente?
-No lo sé, yo sólo quería parecer intelectual -respondí divertida. Me senté frente a él y observé cómo expulsaba el aire de su boca-. ¿Tienes alcohol?
-¿Quién trae alcohol al instituto?
-¿Y tabaco? -me defendí. Luke se encogió de hombros despreocupado. Dejó el aire en sus pulmones y lo expulsó-. ¿No entrarás a la próxima clase?
-No sé. ¿Tú?
-Supongo.
-¿Quieres que te acompañe? -soltó pisando el cigarro con su pie. Fruncí el ceño-. A clase.
-¿De verdad?
-Hablad cómo si fuera la primera vez que alguien dice algo cómo eso.
-Yo... es la primera vez que tengo un momento a solas con un chico -me rasqué la nunca nerviosa ante su reacción. Escuché con soltó una carcajada-. ¿Qué es tan gracioso?
-Te juzgué mal. Pensaba que eras aquella chica popular. Amaneciendo cada noche en una cama diferente -confesó sin apuro. Me levanté del suelo tras él sintiendo el calor difamar mi rostro.
-Oye, yo no... ni siquiera yo...
-Tranquila, no es necesario que digas algo que no quieres.
Me sorprendía la forma en la que respetaba cada una de mis decisiones, la forma en la que hablaba acerca de cada tema.
-¿Por qué pensaste que podría ser una chica popular? -pregunté una vez que comenzamos a caminar hacia el interior del instituto.
-Entras en el estándar de belleza que impone la sociedad para catalogar a una persona cómo popular. -confesó discretamente.
-¿Acaso estás llamándome popular por ser guapa, Luke?
-No soy un mentiroso, Garber.
Rodé los ojos. Llegamos a la clase siguiente, me giré para mirarlo.
-Eres un chico interesante, Luke. ¿Volveremos a vernos?
-Ya sabes dónde encontrarme -añadió guiñando uno de sus ojos. Sonreí asistiendo y observando cómo se alejaba de ahí.
-Heather, tenemos que hablar -escuché la voz seria y estricta de Liv. Me giré encontrando una mirada furiosa. ¿Y ahora que hice?
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𝐆𝐇𝐎𝐒𝐓 𝐎𝐅 𝐘𝐎𝐔| Luke Howland
Fanfiction𝐆𝐎𝐘| Yo te enseñaré a soñar, angelito de mi suerte. Antes prefiero la muerte que verte llorar.