Flores de Noche (Yamine Renri x Gahata Meiji)

Prólogo y aclaraciones

TODO lo referente a personalidades o datos del trasfondo de los personajes que verás en este fanfic son headcanons, es decir, que todo sobre sus personalidades y pasados es inventado. Al carecer de datos canónicos es imposible hacer un fanfic sobre UTAU, VOCALOID, etc. que se base puramente en datos oficiales, así que tengan en mente que esto solo es mi interpretación; son mis headcanons chistositos.

No sé por qué decidí subirle la edad a las protagonistas, pero como lo hice con ellas, también lo haré con los demás personajes que aparezcan. Osea que todos serán dos años mayores a su edad oficial, no sé, pongámosle que esto ocurre 2 años en el futuro.
Para los UTAUs con edades que "no tienen sentido" (según yo) o con perfiles hechos puramente en broma (Namine Ritsu, Yokune Ruko, etc.) solo le añadí dos años más a las edades que tienen en mis headcanons.

Este es el fin de las aclaraciones. Lo único que me queda por decirles es que espero que disfruten el fanfic. Aunque no sea totalmente serio, tarde mucho en actualizar y no espero que alguien además de mis amigos lo lea, espero que si otra persona se interesa en él lo disfrute.

- - - - - - - - - - - - - -

Renri Yamine tiene 19 años y es una chica muy positiva y bondadosa que emana buenas vibras, aunque también es una muchacha bastante tímida.
Cuando aún estaba en la escuela primaria decidió que cuando creciera quería ir a una universidad y estudiar algo que le gustara y, después de un año de descanso que se tomó porque la preparatoria la había dejado hecha polvo, al fin logró lo que quería.

Su amiga y compañera de piso, Meiji Gahata, es una chica de 18 años, muy justa y que muestra unos pocos rasgos de liderazgo. Meiji es algo pícara y, a pesar de no tolerar las injusticias, puede llegar a ser un poco rebelde a veces. Al contrario que su compañera, esta es bastante extrovertida y ama las fiestas.
Meiji trabaja en una floristería y es la vocalista de una banda de rock medianamente popular. Se rumorea que es una bruja y, como estos rumores le causan gracia, bromea con esto.

- - - - - - - - - - - - - -

Una Renri notableme cansada abrió la puerta de su habitación, saludó con la mano a su compañera y se echó a la cama.

—Puff... Menudo día.

Meiji, que estaba ordenando los libros de la pequeña estantería que tenía la pelirrosa, colocó el último de ellos en su lugar y se acercó a la otra muchacha.

—¿Qué tal ha ido tu primer día, Renri? —preguntó la albina— Se ve que te ha dejado sin energías.

Renri giró a ver a la otra chica, que se había sentado al borde de la cama.

—Ha estado bien, pero la uni es muy grande y cuando nos han estado enseñando el lugar... ¡Puff! He tenido que andar tanto que ni siquiera siento los pies.

—¿Ah, sí? ¿Qué tan grande era?

—No quiero ni pensarlo... Lo peor es que tuvimos que tomar las escaleras porque los ascensores estaban fuera de servicio.

—Oh cielos, pobre de ti.

Meiji se levantó de la cama.

—Voy a prepararte algo de comida, ¿okay? —dijo acariciando la cabeza de su amiga— Me quedaré contigo para que me cuentes todo lo demás mientras comes.

—No, no, no hace falta, puedo hacerme un sándwich o algo ahora después. —respondió la otra cuando Meiji estaba a punto de salir por la puerta.

—No seas tonta —le respondió Meiji entre risas— Estás demasiado cansada, Renri. Hoy cocino yo, tú quédate descansando.

* * * * *

Unos minutos después, Meiji volvió con una bandeja con algo de comida para su compañera.
Renri se incorporó para comer y Meiji volvió a sentarse al borde de la cama. Ambas estuvieron un momento conversando tranquilas, hasta que...

—¿Hay algo que te preocupa?

La pregunta de la albina casi hizo a Renri atragantarse con la comida. Un silencio incómodo cayó sobre la habitación, aunque por suerte, Meiji le puso fin a este rápidamente.

—Si te quedas callada y no me cuentas me voy a preocupar mucho —regañó a Renri.

—Es que... —Renri tardó unos segundos en pensar cómo seguir la frase— ¡N-no hay nada que me preocupe! Por eso... Por eso no sabía qué decirte.

—Renri, querida, llevamos siendo amigas desde la secundaria, así que te conozco muy bien.

—¿Y...?

—Sé que estás mintiendo. De hecho, es bastante obvio.

—¡N-no te estoy mintiendo, Meiji! ¿Por qué lo haría...?

Una gota de sudor bajó a la mejilla de la pelirrosa.

—Porque no quieres preocuparme —le respondió la otra muchacha.

—...

Después de presionarla por un rato, Meiji logró hacer hablar a su amiga.

—Está bien, está bien... Perdona, Meiji, es cierto que no lo quise decir para no preocuparte —dijo Renri.

—Verás... —continuó— Este primer día ha estado bien, todo se ve muy prometedor, estoy segura de que me voy a divertir y mis compañeros parecen simpáticos, pero-

—¿Son ellos lo que te preocupa? —interrumpió Meiji— Tus compañeros, digo.

—Sí... —respondió la pelirrosa— Es cierto que parecen muy simpáticos, pero... Es que...

—No te atreves a hablarle a ninguno de ellos.

—...Exacto. Ya sabes lo mala que soy con los desconocidos, Meiji.

La albina se levantó de repente, sorprendiendo a su compañera.

—¡Tranquila, Renri! —exclamó— Yo te puedo ayudar con eso.

—¿Eh? ¿Cómo?

—Con magia. —Meiji soltó una pequeña risa traviesa.

—¿Magia...?

«Oh, ¿tal vez esté bromeando para subirme el ánimo?» pensó Renri.

—Creo que debí contarte esto antes, pero...

Meiji corrió a apagar la luz y seguidamente abrió la ventana, dejando que el viento entrara a la habitación y la luz de la luna y las farolas de la calle iluminaran la habitación.

—Los rumores son ciertos, Renri. Soy una bruja.

—Eres una... ¿Qué?

Hubo un pequeño momento de silencio. Ningún ruido presente, solo las dos chicas mirando fijamente la una a la otra.

—De acuerdo, te preguntaré por eso más tarde. —Renri rompió el silencio— Primero necesito que me resuelvas otra duda.

—Pregunta lo que quieras.

—¿Por qué has apagado la luz? ¿Y por qué abres la ventana? Hace algo de frío afuera...

Meiji rió.

—¡Es porque la luz de la luna hace que mis poderes se puedan apreciar mejor!

La "bruja" corrió a cerrar la ventana y volver a prender la luz.

—Es broma. Solo lo hice para lograr un efecto dramático.